El punto de vista bíblico
¿Son las Navidades un regalo procedente de Dios?
¿PUEDE usted imaginarse un año sin Navidades? ¿O el 25 de diciembre sin regalos? ¡Hasta soldados en batalla han cesado de pelear en el día de Navidad y han intercambiado regalos! Millones de personas creen que las Navidades son un regalo procedente de Dios. Pero ¿lo son?
Se informa que de cada cuatro, más de tres personas alrededor del mundo contestarían que no. Esa cifra lo incluye a usted si es hindú, budista, musulmán, judío, agnóstico o ateo; además, usted no creería que Cristo es el Hijo de Dios ni que las Navidades supuestamente celebran el nacimiento de Cristo. No obstante, el futuro de todos —cristianos o no cristianos— está vinculado con la creencia en Jesucristo.
El verdadero regalo de Dios a la humanidad
Más de mil millones de personas alegan que reconocen a Jesucristo como el Salvador de la humanidad. La Biblia concuerda con esto: Jesús fue un hombre perfecto. Vivió una vida inmaculada y se mantuvo libre de cualquier condición que pudiera justificar su muerte. De modo que tenía el derecho de vivir para siempre y llegar a ser padre de una raza humana perfecta.
Pero él no reclamó ese derecho. Más bien, murió como “rescate en cambio por muchos” de la humanidad existente, dejándoles como legado la perfección humana y vida eterna. Por lo tanto, Jesús es el don o regalo de Dios para la humanidad. (Mateo 20:28; 1 Pedro 2:21, 22; Hebreos 2:9, 10.)
El que usted acepte este don puede traerle beneficios duraderos. La Biblia dice que “tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16.) Así que es importante que tengamos fe en Cristo; nuestra vida futura depende de ello. Por eso, como la cuarta parte de la humanidad celebra el nacimiento de Jesús en las Navidades. Sin embargo, ¿realmente nació él en el día de Navidad?
¿Cuándo nació Jesús?
Cuando Jesús nació en Belén, “también había en aquella misma área pastores que vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños”. (Lucas 2:8-11.) Pero en esa región de Palestina la temperatura nocturna como promedio es de 7 °C (45 °F) en diciembre. Algunos días caen lluvias frías. Aquellos pastores no hubieran estado a campo raso con sus rebaños durante la noche. Su costumbre era ponerlos en un albergue protegido.
Además, los padres de Jesús viajaron a Belén debido a que César Augusto ordenó que todos los habitantes del Imperio se inscribieran, “y todos se pusieron a viajar [...] cada uno a su propia ciudad”. (Lucas 2:1, 3.) ¿Hubiera escogido el gobernante romano un mes frío y lluvioso para exigir que sus súbditos —quienes a menudo se rebelaban— hicieran viajes largos y arduos? ¡Difícilmente!
Entonces, ¿cuándo nació Jesús? Hay prueba contundente de que la fecha fue a principios de octubre. El profeta Daniel predijo que el Mesías (Cristo) aparecería al principio de una “semana” de siete años y que sería “cortado” a la mitad de esa semana, o sea, después de tres años y medio, al morir una muerte sacrificatoria. (Daniel 9:24-27.) Jesús emprendió su ministerio como el Cristo cuando era “como de treinta años”. De modo que contaba con unos 33 años y medio cuando murió en el día de la Pascua a principios de abril. (Lucas 3:21-23; Mateo 26:2.) Hubiera cumplido 34 años de edad unos seis meses después, en octubre. Evidentemente, ¡no nació en diciembre!
¿Honran a Cristo las Navidades?
Pero mientras se honre a Cristo y se observe el espíritu de las Navidades, ¿para qué ser tan escrupulosos en cuanto a la fecha? Al fin y al cabo, la fiesta es sagrada para los adoradores devotos. Es el tiempo de villancicos e himnos, un tiempo para regalos y reuniones familiares. Es un tiempo nostálgico, un tiempo para recordar. Sin embargo, en esto pudiera estribar el problema.
A menudo los recuerdos tienen que ver con placeres personales que no están relacionados con Cristo. Los regalos no siempre expresan el gozo de dar, sino, más bien, el placer de recibir. También están las juergas con excesos y la creciente comercialización de la ocasión. Este es el espíritu que hace que las Navidades sean populares, pero en realidad no honran a Cristo.
Por lo tanto, surge la pregunta: ¿Son las Navidades siquiera una celebración cristiana?
El origen de las Navidades
Los adoradores politeístas del Sol observaban una celebración correspondiente. De acuerdo con The Encyclopedia Americana, tales personas de la Europa septentrional “celebraban su fiesta principal de Yule en el solsticio de invierno para conmemorar el renacimiento del Sol [...] Las saturnales romanas [...] también tenían lugar en este tiempo, y se cree que algunas costumbres navideñas tengan sus raíces en esta antigua celebración pagana. Algunos eruditos afirman que el nacimiento de Cristo como ‘la Luz del Mundo’ se hizo análogo al renacimiento del Sol para hacer que el cristianismo fuera más significativo” a los conversos que anteriormente habían honrado a sus propios dioses mitológicos con tales festividades.
No obstante, los seguidores de Jesús no celebraron la conmemoración del nacimiento de Cristo en absoluto... ni el 25 de diciembre y ni siquiera en octubre. Y esto fue cierto hasta aproximadamente la mitad del cuarto siglo. Orígenes, historiador del tercer siglo, escribió que “de ninguna, entre todas las personas santas mencionadas en las Escrituras, hay el registro de que haya observado un [...] cumpleaños. Solo pecadores (como Faraón y Herodes) hacían ocasiones de gran regocijo del día en que habían nacido”. (Génesis 40:20-23; Marcos 6:21-28.) De acuerdo con la Cyclopedia de McClintock y Strong, los judíos de tiempos bíblicos “consideraban las celebraciones de cumpleaños como parte de la adoración idolátrica”.
¿Es posible honrar a Cristo con festividades que originalmente fueron organizadas en torno a dioses míticos y la adoración idolátrica? La Biblia contesta: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque [...] ¿qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos?”. (2 Corintios 6:14-16.) El adornar fiestas idolátricas con un nombre cristiano no hace que estas lleguen a estar en armonía con Cristo.
Muestre verdadero aprecio por el don de Dios
¡Fue con buenas razones que Jesús no mandó que se conmemorara su nacimiento! Pero sí inauguró una Conmemoración obligatoria de su muerte. (1 Corintios 11:23-26.) Él murió para que usted pudiera tener vida. Y usted puede mostrar aprecio por esto y verdaderamente honrarlo mediante no ir más allá de sus instrucciones. Como él dijo: “El que tiene mis mandamientos y los observa, ése es el que me ama. A su vez, el que me ama será amado por mi Padre”. (Juan 14:21.)
Tal obediencia es aun más importante debido a que Jesús actualmente no es ni un bebé ni un Salvador muerto. Fue resucitado a vida inmortal al tercer día después de su muerte y se le ha dado “toda autoridad [...] en el cielo y sobre la tierra”. Como el Gobernante legítimo de la humanidad, dentro de poco él eliminará toda causa del dolor para que los que verdaderamente lo aman puedan recibir el don de la vida eterna en una Tierra paradisíaca. (Mateo 28:18-20; Hechos 2:22-36; Romanos 6:23; Revelación 21:1-5.)
En efecto, Cristo —no la Navidad— es el don o regalo procedente de Dios.
[Ilustraciones en la página 21]
¿Conoce usted el origen de estas costumbres navideñas?
[Recuadro en la página 22]
Tienen sus raíces en la mitología
◻ La celebración de cumpleaños era común en muchas culturas politeístas. Se efectuaban ritos idolátricos en honor a los dioses patronos de cada cumpleaños en particular, y también se celebraban los cumpleaños de dioses mitológicos como Saturno y Apolo. En su libro The Christian Book of Why, el Dr. John C. McCollister declaró lo siguiente: “Los cristianos del primer siglo no celebraban la fiesta para honrar el nacimiento de Jesús... por la misma razón que no honraban ningún otro aniversario de cumpleaños. Todos los cristianos en aquel tiempo creían que la celebración de todos los cumpleaños (aun el del Señor) era una costumbre de los paganos”.
◻ Algunos pueblos de la antigüedad pensaban que ciertas plantas de follaje perenne como el muérdago y el acebo tenían grandes poderes mágicos. Decoraban sus casas con estas para protegerse de los espíritus inicuos y de las brujas. De esta práctica se desarrollaron las decoraciones navideñas.
◻ En la mayoría de las culturas politeístas se veneraban los árboles. Se creía que bosquecillos sagrados eran habitados por los espíritus de sus antepasados y les ofrecían regalos a cambio de favores. Esto todavía se practica en África Occidental.
◻ La costumbre navideña europea de quemar un enorme [...] tronco en la chimenea se puede remontar a los escandinavos, quienes encendían enormes hogueras en honor a Thor, el dios del trueno.
◻ El dar regalos, en vez de hacerse según el modelo de los regalos que ofrecieron los llamados reyes magos o astrólogos, realmente se basa en la fiesta pagana romana de las saturnales (fiesta que honraba al dios Saturno) y en las celebraciones de las calendas (Año Nuevo), festividades en las que se daban regalos.