La vida y el ministerio de Jesús
El hombre rico y Lázaro
JESÚS ha estado hablando a sus discípulos sobre el uso apropiado de las riquezas materiales, y ha explicado que no podemos ser esclavos de estas y a la misma vez ser esclavos de Dios. Los fariseos también están oyendo, y empiezan a hacer gestos de desprecio a Jesús, porque aman el dinero. Por eso él les dice: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones; porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios”.
Ha llegado el tiempo para que cambie la situación de las personas que son ricas en bienes mundanos, poder político y control e influencia religiosos. Van a ser rebajadas, y las personas que reconocen su necesidad espiritual van a ser ensalzadas. Jesús señala a este cambio cuando pasa a decir a los fariseos:
“La Ley y los Profetas eran hasta Juan [el Bautizante]. Desde entonces se declara el reino de Dios como buenas nuevas, y toda clase de persona se adelanta con ardor hacia él. En realidad, más fácil es que pasen el cielo y la tierra que el que quede sin cumplirse una pizca de una letra de la Ley”.
Los escribas y los fariseos se enorgullecen de su alegada adherencia a la Ley de Moisés. Recuerde que cuando Jesús le dio la vista milagrosamente a cierto hombre de Jerusalén, se jactaron: “Somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés”. Pero ahora la Ley de Moisés ha cumplido su propósito de conducir a los humildes a Jesucristo, el Rey designado por Dios. Por eso, desde el principio del ministerio de Juan personas de toda clase, especialmente personas humildes y pobres, se esfuerzan por llegar a ser súbditos del Reino de Dios.
Puesto que ahora ha llegado el cumplimiento de la Ley mosaica, está por ser quitada la obligación de observarla. La Ley permite el divorcio por varias razones, pero Jesús ahora dice: “Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada de un esposo comete adulterio”. ¡Cómo tienen que irritar a los fariseos declaraciones formales como esa, especialmente cuando se considera que ellos permiten el divorcio por muchas razones!
Al continuar hablando a los fariseos, Jesús usa una ilustración sobre dos hombres cuya condición o situación cambia radicalmente con el tiempo. ¿Puede usted determinar a quiénes representan los hombres, y lo que significa su cambio de situación?
“Pero cierto hombre era rico —explica Jesús—, y se ataviaba de púrpura y lino, y gozaba de día en día con magnificencia. Pero a su puerta solían colocar a cierto mendigo, de nombre Lázaro, lleno de úlceras y deseoso de saciarse de las cosas que caían de la mesa del rico. Sí; además, los perros venían y le lamían las úlceras.”
Jesús aquí representa mediante el rico a los líderes religiosos judíos, lo cual incluiría no solo a los fariseos y a los escribas, sino también a los saduceos y a los sacerdotes principales. Estos son ricos en privilegios y oportunidades espirituales, y se comportan como el rico de la ilustración. El que estén vestidos de púrpura real representa su posición favorecida, y el lino blanco es ilustración de que se consideran a sí mismos justos.
Esta orgullosa clase del rico desprecia por completo a la gente pobre y común, y la llama ‛am ha·’á·rets, o gente de la tierra. Por eso, el mendigo Lázaro representa a estas personas a quienes los líderes religiosos niegan el alimento espiritual y los privilegios espirituales debidos. Así, como se desprecia al Lázaro cubierto de úlceras, se desprecia a la gente común, y se la ve como enfermos espirituales que solo deben asociarse con perros. Sin embargo, los de la clase representada por Lázaro tienen hambre y sed de alimentación espiritual, y por eso están a la puerta procurando recibir cualesquiera míseras porciones de alimento espiritual que caigan de la mesa del rico.
Jesús ahora pasa a describir cambios en la condición del hombre rico y la de Lázaro. ¿Cuáles son estos cambios, y qué representan? Consideraremos estas preguntas en el número siguiente de esta revista. (Lucas 16:14-21; Juan 9:28, 29; Mateo 19:3-9; Gálatas 3:24; Colosenses 2:14.)
◆ Según lo indica Jesús, ¿qué cambio tiene lugar con el principio del ministerio de Juan?
◆ ¿Qué ha de ser quitado después de morir Jesús, y qué efecto tendrá esto en el asunto del divorcio?
◆ En la ilustración de Jesús, ¿a quiénes representan el rico y Lázaro?
◆ ¿Qué información esperamos que se presente en el número siguiente de esta revista?