De nuestros lectores
Lavarse las manos Tengo 11 años y quiero agradecerles el artículo “¡Lávese y séquese las manos!” (22 de noviembre de 1998). Me animó a lavarme las manos antes de comer y después de ir al baño. Las infecciones son frecuentes aquí, así que el artículo fue muy útil.
M. F., Italia
Placeres sencillos Gracias por el artículo “Los niños prefieren los placeres sencillos” (“Observando el mundo”, 22 de noviembre de 1998). Vivo separada de mis hijos, y se me permite verlos solo una vez cada tres meses. No sabía qué hacer cuando pasábamos tiempo juntos, de modo que hacía muchos planes por temor de que se aburrieran. Justo antes del día de visita leí el artículo. Llegó en el momento preciso.
M. Y., Japón
Serpientes Les agradezco mucho el reportaje “Mitos comunes sobre las serpientes” (22 de octubre de 1998). Los siete puntos que señalaron acaban definitivamente con mucha de la ignorancia popular respecto a estos fascinantes pero incomprendidos animales.
R. K., Estados Unidos
Prevención de quemaduras Me inquietó la lectura del artículo “Precauciones al cocinar”, de la sección “Observando el mundo” (8 de diciembre de 1998). En él se aludió a una hoja informativa que sugería cocinar utilizando las hornillas delanteras. Pero eso contradice el consejo que he escuchado para los padres: que siempre deben usar las hornillas de atrás, fuera del alcance de los niños.
M. B., Inglaterra
Gracias por recordarnos esta medida de seguridad. La recomendación a la que hicimos referencia se dirigía principalmente a las personas mayores. A algunas se les ha prendido la manga al estirar el brazo para agarrar una olla en la hornilla de atrás. Por supuesto, las madres con niños pequeños seguirán colocando las ollas fuera del alcance de estos.—La Redacción.
La apariencia de Jesús Muchas gracias por la serie de artículos “Jesús: ¿Qué apariencia tenía? ¿Qué es actualmente?” (8 de diciembre de 1998). Con frecuencia se representa a Jesús incorrectamente en iglesias, pinturas y películas. Me agradó leer en particular acerca del papel que desempeña en la actualidad y el que tendrá en el futuro. No es un simple recién nacido en un pesebre.
M. W., Austria
Nunca había disfrutado tanto con un reportaje. Estoy convencido de que esta serie ayudará a que muchos confíen en los testigos de Jehová y en nuestras revistas.
B. D., Yugoslavia
Me encantó leer que Jesús no fue un debilucho ni andaba siempre con una expresión facial de melancolía, como lo ha representado el arte popular. Más bien, fue una persona varonil y robusta que imitó a su Padre, el “Dios feliz” (1 Timoteo 1:11).
R. O. R., Brasil
En la página 8, ustedes dicen que “Dios transfirió la vida de Jesús a la matriz de una virgen judía”. Puesto que Jesús era perfecto, ¿significa esto que no había en él ningún indicio de los genes de Adán?
J. G., Estados Unidos
Antes de la concepción de Jesús, el ángel Gabriel le dijo a María: “Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios” (Lucas 1:35). Al parecer, el espíritu santo de Dios fertilizó un óvulo en la matriz de María al transferir la vida de su Hijo primogénito de la región de los espíritus a la Tierra. Seguramente el espíritu santo se encargó de que la fuerza de vida perfecta masculina de este Hijo anulara cualquier imperfección adánica existente en el óvulo de María, al tiempo que se conservaban algunos rasgos genéticos. Es probable que Jesús se pareciera a su madre.—La Redacción.