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¿Resucitarán los suicidas?¡Despertad! 1990 | 8 de septiembre
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Aunque el quitarse la vida es algo que de ningún modo es justo ni está justificado, el apóstol Pablo ofreció una esperanza preciosa incluso para algunos injustos cuando dijo ante un tribunal romano: “Tengo esperanza en cuanto a Dios [...] de que va a haber resurrección así de justos como de injustos”. (Hechos 24:15.)
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¿Resucitarán los suicidas?¡Despertad! 1990 | 8 de septiembre
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Afortunadamente, podemos evitar esa “contradicción interna” por medio de aceptar dos verdades bíblicas compatibles. La primera es: “El alma que peca... ella misma morirá”. (Ezequiel 18:4.) Y la segunda: la verdadera esperanza para las almas (personas) muertas es volver a la vida mediante una “resurrección así de justos como de injustos”. (Hechos 24:15.) Entonces, ¿podemos abrigar alguna esperanza razonable para con las personas que se suicidan?
Un injusto que resucitará
A un delincuente que estaba sentenciado a muerte, Jesús le dijo: “Estarás conmigo en el Paraíso”. Aquel hombre era injusto, no un suicida consternado sino un infractor de la ley que había admitido su culpabilidad. (Lucas 23:39-43.) No tenía la perspectiva de ir al cielo para gobernar con Jesús, y por lo tanto, el Paraíso en el que podía esperar estar cuando volviese a la vida sería la hermosa Tierra bajo la gobernación del Reino de Jehová Dios. (Mateo 6:9, 10; Revelación 21:1-4.)
¿Para qué resucitará Dios a este delincuente? ¿Para recordarle sin piedad sus pecados anteriores? Parece improbable, pues Romanos 6:7, 23 dice: “El que ha muerto ha sido absuelto de su pecado”, y “el salario que el pecado paga es muerte”. No obstante, aunque no se le tomarán en cuenta sus pecados del pasado, todavía necesitará que el rescate lo eleve a la perfección.
Por consiguiente, el teólogo Albert Barnes estaba equivocado y confundió a otros cuando afirmó: “Los que han obrado mal serán resucitados para ser condenados, o declarados malditos. Este será el único objetivo de su resurrección”. ¡Qué indigno es eso de un Dios de justicia y amor! Por el contrario, al resucitar a este anterior delincuente (y a otros injustos) en una Tierra paradisiaca, se les suministrará una oportunidad excelente para ser juzgados según lo que hagan después de su resurrección. (1 Juan 4:8-10.)
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