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¿Qué significa el hablar en lenguas?¡Despertad! 1975 | 22 de marzo
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EL Pentecostés del año 33 de la E.C., fue una fecha sobresaliente en la historia humana. En ese día se fundó la congregación cristiana por medio del derramamiento del espíritu santo de Dios sobre 120 discípulos de Jesús que estaban reunidos en un aposento alto en Jerusalén. La Biblia relata que, como resultado de esto: “Todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes.”—Hech. 2:4.
Este “hablar en lenguas” no fue un flujo de palabras incoherentes de personas en un éxtasis religioso. Los extranjeros presentes comprendieron lo que se estaba diciendo y quedaron asombrados, preguntando: “¿Cómo es que oímos, cada uno de nosotros, nuestro propio lenguaje en que nacimos? . . . los oímos hablar en nuestras lenguas acerca de las cosas magníficas de Dios.”—Hech. 2:8, 11.
Según Hechos 2:14-21, el apóstol Pedro explicó que el hablar en lenguas en esa ocasión significó que el espíritu santo de Dios había sido derramado sobre esos discípulos cristianos en cumplimiento de Joel 2:28-32.
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¿Qué significa el hablar en lenguas?¡Despertad! 1975 | 22 de marzo
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Pero, ¿no ha habido informes de personas que han hablado en lenguas desde los días de los apóstoles de Jesucristo? ¿No hay muchos ejemplos en la actualidad? Uno no debería apresurarse a concluir que el hablar en lenguas hoy día significa un derramamiento del espíritu santo. ¿Por qué no? Porque en realidad no se asemeja al hablar en lenguas del cristianismo del primer siglo. Los cristianos en el Pentecostés hablaron en lenguas acerca de “las cosas magníficas de Dios.” (Hech. 2:11) The Expositor’s Greek Testament (El comentador del Testamento Griego) señala que la palabra griega para “cosas magníficas” se usa “no solo de la Resurrección del Señor . . . , sino de todo lo que los profetas habían predicho, de todo lo que Cristo había hecho y lo que el Espíritu Santo había conferido.”
En otras palabras, el hablar en lenguas entre los cristianos originalmente sirvió para edificar a los oyentes con información acerca del propósito de Dios en conexión con Jesucristo. En armonía con esto, el apóstol Pablo indicó que todo lo que se hablara en lenguas fuera traducido, “para que la congregación reciba edificación.” (1 Cor. 14:5, 27, 28) Pero el hablar en lenguas hoy día, si es que se le puede traducir en absoluto, a menudo sencillamente significa “Dios es grande,” “Dios es bueno,” o expresiones similares. En ocasiones aun puede ocurrir habla obscena. D. A. Hayes, en su libro The Gift of Tongues, relata una experiencia semejante:
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