“El día del Señor”
“POR inspiración llegué a estar en el día del Señor.” (Revelación 1:10.) Eso dijo el envejecido apóstol Juan —representado arriba— en el primer capítulo del libro bíblico de Revelación. Sus palabras nos ayudan a establecer el tiempo del cumplimiento de las magníficas visiones que él pasa a describir.
Sin embargo, no todos concuerdan con esa manera de verter Revelación 1:10. Por ejemplo, la Nueva Biblia Española lo vierte así: “Un domingo me arrebató el espíritu”. No obstante, la mayoría de las versiones de la Biblia traducen la frase griega téi ky·ri·a·kéi he·mé·rai como “el día del Señor”. Pero muchas afirman, en notas, que esa expresión se refiere al domingo. ¿Es cierto eso?
La obra católica alemana de consulta Herders Bibelkommentar explica así el razonamiento tras ese parecer: “Aquí [en Revelación 1:10] no se hace referencia al Día del Juicio Final, también conocido como el ‘Día del Señor’, sino a un día específico de la semana. Los cristianos primitivos empezaron a celebrar el primer día de la semana como el día de sus oficios religiosos principales ya a mediados del primer siglo (Hech. 20:7; 1 Cor. 16:2)”. Sin embargo, los dos textos bíblicos que se citan en esa obra de consulta no prueban de ningún modo que los cristianos del primer siglo consideraran el primer día de la semana como “el día de sus oficios religiosos principales”.
El primer texto bíblico, Hechos 20:7, solo dice que Pablo, sus compañeros de viaje y varios cristianos de Troas se reunieron el primer día de la semana para tener una comida. Puesto que Pablo se marchaba el día siguiente y no los vería de nuevo por algún tiempo, aprovechó la oportunidad para hablarles detalladamente.
En el segundo texto bíblico, 1 Corintios 16:2, se animó a los cristianos de Corinto a apartar dinero “cada primer día de la semana” con el fin de tener algo que contribuir a los que estaban necesitados en Judea. El erudito Adolf Deissmann indica que probablemente ese día era día de pago. De todos modos, la sugerencia de Pablo era práctica, pues el dinero podría acabarse durante la semana.
En ninguna parte de la Biblia dice que los cristianos de la era apostólica consideraban el primer día de la semana, llamado ahora domingo, como algún sábado cristiano o un día apartado exclusivamente para sus reuniones regulares de adoración. Fue solo después de la muerte de los apóstoles cuando se llegó a considerar de esa manera el domingo y se le llamó “el día del Señor”. Eso fue parte de la apostasía que predijeron Jesús y los apóstoles mismos. (Mateo 13:36-43; Hechos 20:29, 30; 1 Juan 2:18.)
Entonces, ¿qué es “el día del Señor”? El contexto de Revelación 1:10 señala a Jesús como el Señor a quien pertenece ese día. La Palabra de Dios identifica expresiones como “el día de nuestro Señor Jesucristo” con un tiempo de juicio para la humanidad y la restauración del Paraíso. (1 Corintios 1:8; 15:24-26; Filipenses 1:6, 10; 2:16.)
Por eso Hans Bruns, en su traducción y comentario Das Neue Testament (El Nuevo Testamento), tiene razón cuando dice: “Algunos afirman que él [Juan] habla aquí del domingo, pero es mucho más probable que se refiera al ilustre Día del Señor, que, después de todo, es a lo que se refiere toda la descripción subsiguiente”. W. E. Vine dice: “El ‘Día del Señor’ [...] [es] el Día de su juicio abierto sobre el mundo”. El Lexikon zur Bibel (Lexicón bíblico), por Fritz Rienekker, dice que está claro que “el día del Señor” se refiere al “día del juicio”.
El entender correctamente la expresión “el día del Señor” nos ayuda a comprender todo el libro de Revelación. Además, la evidencia indica que ese día ya ha comenzado. ¡Qué importante es, pues, que ‘oigamos las palabras de la profecía de Revelación y observemos las cosas escritas en ella’! (Revelación 1:3, 19.)
[Fotografía en la página 27]
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