Ponderando las noticias
Se les prohíbe casarse
La mala conducta del clero con relación a lo sexual, algo que un obispo luterano describió como “un problema oculto por generaciones”, finalmente ha salido a la superficie. Sin embargo, el periódico Los Angeles Times informa que junto con eso se han presentado “desconcertantes revelaciones públicas y costosos pleitos que han obligado a varias iglesias a declararse en quiebra”. El Times señala que los agentes de seguros dicen que en los tribunales hay pendientes hasta 2.000 casos de abuso sexual en que están implicados miembros del clero.
Debe notarse además que, según se informa, algunos de los delincuentes más notorios son clérigos católicos romanos. A. W. Richard Sipe, un sicoterapeuta que fue monje benedictino, se entrevistó con 1.000 sacerdotes y otros 500 hombres y mujeres, y muchas de estas últimas personas han informado actividad sexual con miembros del clero. La revista Times da los cálculos de este sicoterapeuta de que aproximadamente la mitad de los 53.000 sacerdotes católicos romanos estadounidenses ha violado su voto de celibato. Según Sipe, un 28% del número total de sacerdotes tiene en la actualidad relaciones con mujeres, mientras que, además, de 10 a 13% tiene relaciones sexuales con hombres adultos, y 6% participa en relaciones sexuales con menores, usualmente varones. Dentro de los últimos seis años, más de 100 pagos por la mala conducta de clérigos han costado a las autoridades católicas entre 100.000.000 y 300.000.000 de dólares.
Muchas personas creen que la mayoría de estos problemas pudieran eliminarse si se permitiera que los sacerdotes se casaran. Algo que pudiera sorprender a muchos es que la Biblia en ningún lugar prohíbe el casamiento de los ministros cristianos de Dios. Sin embargo, la Iglesia Católica ha prohibido el matrimonio de los sacerdotes desde el siglo XII. Es interesante que, al referirse a la gran apostasía o abandono de la adoración verdadera que se introduciría después de la muerte de los apóstoles, Pablo escribió que “algunos se apartarán de la fe, prestando atención a expresiones inspiradas que extravían y a enseñanzas de demonios, por la hipocresía de hombres que hablan mentiras, [...] que prohibirán casarse”. (1 Timoteo 4:1-3.)
¿Por qué hay tanta violencia?
Hubo gran sacudida y horror en Canadá cuando Marc Lepine, de 25 años de edad, cometió asesinato en masa en el recinto de la Universidad de Montreal. A sangre fría asesinó a 14 mujeres estudiantes de ingeniería, e hirió a otros 13 estudiantes, entre ellos 4 hombres, antes de disparar su arma de fuego contra sí mismo. Fue uno de los asesinatos en masa más horribles de la historia de esa nación. El primer ministro dijo que aquellos asesinatos irracionales eran “una tragedia humana de enormes proporciones”.
El periódico The Toronto Star informó que en los Estados Unidos “desde la II Guerra Mundial ha habido más de 100 asesinos del tipo que mata a grupos de personas, y la mayoría se ha presentado en las últimas dos décadas”. Sin embargo, el padre de una de las víctimas de Lepine se quejó así: “¿Por qué hay tanta violencia en el mundo? ¿Por qué se hacen esto unos a otros los seres humanos?”.
La Biblia da una explicación clara del aumento de la violencia en nuestros tiempos. El apóstol Juan escribió: “El mundo entero yace en el poder del inicuo”. (1 Juan 5:19.) Como el aire que respiramos, un mal espíritu que proviene de Satanás, “el inicuo”, domina el pensamiento, los deseos y las mismas acciones de la mayoría de la gente. Con su espíritu de rebelión, egoísmo y orgullo él “está extraviando a toda la tierra habitada”. (Revelación 12:9.) Sin embargo, los verdaderos adoradores de Dios se consuelan con el conocimiento de que “el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. (1 Juan 2:17.)
¿Dónde está “la Ciudad de David”?
Si usted visitara Jerusalén y le pidiera a alguien que lo dirigiera al monte Sión, lo más probable sería que lo enviaran a un promontorio o colina al sur de la ciudad vieja. En esta colina, que tiene al este el valle del Tiropeón y al oeste el valle de Hinón, está la Iglesia de la Dormición, de cúpula cónica.
Sin embargo, los mapas y las ilustraciones que ha publicado la Sociedad Watch Tower colocan el monte Sión en una colina más pequeña al este de lo que hoy llaman el monte Sión. Esta colina está separada de la otra al oeste por el valle del Tiropeón, y tiene al este el valle del Cedrón.
¿En cuál de estos dos lugares estaba el monte Sión original? La revista Biblical Archaeology Review (mayo y junio de 1990) concuerda en que “el promontorio o colina oriental era el monte Sión original, [...] que el rey David quitó a los jebuseos”. Después de su caída, este baluarte jebuseo fue conocido como “la Ciudad de David”, y también fue llamado “Sión”. (2 Samuel 5:7.) La Biblical Archaeology Review indica que “los arqueólogos han determinado, sin lugar a dudas, que esta estribación estrecha”, a la cual suele llamarse la colina oriental, es el monte Sión bíblico donde David estableció la sede administrativa y religiosa para la nación de Israel. (2 Samuel 6:11, 12, 17.)