Su esperanza... ¿Dios, o las riquezas?
“Por años ella se escondió en su elegante casa que tenía alrededor una cerca cuyos dos portones de hierro estaban cerrados con llave.”
ASÍ fue como un informe noticiario describió a una viuda rica que fue asesinada por unos ladrones que se metieron en su casa y le robaron joyas y un millón de dólares. Después de hallar el cadáver la policía usó una carretilla para sacar otros cinco millones de dólares en efectivo que había en el hogar. La policía también encontró miles de “regalos de cumpleaños” con tarjetas que decían “Para Jesucristo” y “Para Dios”.
Aparentemente, esta heredera no tenía amigos y vivía en constante temor. Pregúntese, ¿cuán valiosos realmente eran los millones de dólares que ella valoraba tanto? Por otra parte, ¿cuán rica era para con Dios? Usted seguramente sabe que el favor de Dios no se puede comprar con “regalos de cumpleaños”, y que la paz de Dios no resulta de las riquezas que uno posea. Eso se puede ver por el consejo bíblico de ‘cifrar nuestra esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios, que nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas’. (1 Timoteo 6:17.)
¿Por qué son tan inseguras las riquezas? Pues, usted probablemente sabe cuán ciertas son las palabras de Jesús: “Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan”. (Mateo 6:19.) Usted reconoce que siempre hay el peligro de que el fuego consuma un hogar. Algunas personas guardan sus cosas valiosas en los bancos, pero, ¿no se han metido los ladrones a robar allí también? Hasta los automóviles nuevos enmohecen.
¿Qué hay en cuanto a la economía de las naciones? En muchos países la inflación es como un ladrón; reduce los bienes de una persona. “Después que la hiperinflación azotó a Alemania a principios de los años veinte, los compradores necesitaban canastas llenas de dinero [...] para comprar comestibles [...] Los precios en Alemania aumentaron a más de un billón por ciento desde agosto de 1922 hasta noviembre de 1923.” (The World Book Encyclopedia.) ¡Qué decepcionante puede ser el confiar en el dinero!
Jesús sabiamente aconsejó: “Acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan”. (Mateo 6:20.) ¿Qué son estos “tesoros”? Estos consisten de nuestro registro personal de obras excelentes, de que seamos ricos para con Dios. Usted tal vez pregunte, ‘¿Qué exige eso de mí?’. En parte, la Biblia responde al decir “que trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir”. (1 Timoteo 6:18.)
Hoy día hay millones de testigos de Jehová alrededor de la Tierra que pueden testificar honradamente al hecho de que el compartir cosas espirituales y materiales con otras personas —principalmente al enseñarles sobre la esperanza del Reino por medio de participar en las actividades de predicar, enseñar y hacer discípulos— son obras excelentes que tienen la aprobación de Jehová y producen verdadera satisfacción. Ni siquiera la muerte puede robarle a uno las recompensas que trae dicha acumulación de tesoros en el cielo. ¿Por qué? Jesús prometió: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir”. (Juan 11:25.)
Tesoros inestimables de que podemos disfrutar ahora
Después de mencionar que debemos cifrar nuestra esperanza “en Dios”, Pablo continúa diciendo que es ‘Dios quien nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas’. (1 Timoteo 6:17.) Además de las necesidades diarias de la vida, el Altísimo amorosamente provee tesoros inestimables a las personas que tienen su aprobación. ¿Qué son esos tesoros?
Note lo que dice Proverbios 3:13-18: “Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento, porque el tenerla como ganancia es mejor que tener la plata como ganancia; y el tenerla como producto, que el oro mismo. Es más preciosa que los corales, y todos tus otros deleites no pueden ser igualados a ella. Largura de días está en su diestra; en su siniestra hay riquezas y gloria. [...] Es árbol de vida a los que se asen de ella, y los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices”. De modo que la “sabiduría” es un tesoro que sobrepasa el valor de todas las riquezas del mundo.
Sabiduría es la aplicación correcta del conocimiento. Es la capacidad de usar con éxito el conocimiento y entendimiento para resolver problemas, evitar o esquivar peligros y alcanzar ciertas metas, o ayudar a otras personas al respecto. ¿No concuerda usted en que hoy día necesitamos tal sabiduría para enfrentarnos con éxito a los problemas de la vida y mantener una buena posición ante Dios?
Al describir la sabiduría, Proverbios 3:13-18 destaca la felicidad. ¿No es cierto que la felicidad es un tesoro que todos deseamos? La sabiduría divina nos la proporciona, pues la verdadera felicidad solo proviene de su Fuente, Jehová Dios. La experiencia ha demostrado que no podemos alcanzar la felicidad verdadera si no obedecemos al Altísimo y cedemos a la guía de su espíritu. Las felicidades que se prometen en la Biblia dependen de que tengamos una buena relación con nuestro Padre celestial, o la aprobación de él. (Mateo 5:3-10.) Por eso, al aplicar lo que aprendemos de nuestro estudio de la Biblia, desplegamos “la sabiduría de arriba” que nos proporciona la felicidad que ni siquiera todas las riquezas del mundo pueden proporcionarnos.
No obstante, recuerde también que Proverbios 3:16 declara: “Largura de días está en su diestra”. Se entiende que esto se refiere a la diestra o mano derecha de la protección, la mano que está lista para ayudar y proteger a uno durante tiempos críticos. Hoy día, muchas personas viven de manera licenciosa, practicando inmoralidad sexual, abusando de las drogas y haciendo cosas por el estilo. Probablemente usted haya leído que el SIDA (Síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se relaciona con tales prácticas. Según lo que usted ha observado, ¿son verdaderamente felices las personas que practican estas cosas? ¿O se acarrean, y causan a otras personas, mucho sufrimiento y dolor, y hasta la muerte?
En contraste, la aplicación del sabio consejo de la Palabra de Dios siempre está a nuestra “diestra” para protegernos de tales peligros. Por consiguiente, la sabiduría puede alargar nuestra vida y guardarnos de un derrotero que podría resultar en muerte prematura. Por eso, la sabiduría divina hace que nuestra vida actual sea más placentera.
Ande sabiamente ahora
Toda la evidencia a nuestro alrededor indica que estamos viviendo en “los últimos días” de este sistema de cosas. (2 Timoteo 3:1-5.) Por lo tanto, es vital que estemos en guardia para no sucumbir al espíritu del mundo. Este espíritu promueve la búsqueda de cosas materiales por medio de despertar deseos egoístas. Job, un hombre fiel de quien se habla en la Biblia, fue acusado de servir a Dios por razones egoístas, por ganancia material. (Job 1:9-11.) ¿Podría alguien acusarnos con razón por eso mismo?
Si nuestra respuesta es no, probablemente estamos resistiendo con éxito al materialismo de hoy día. Pero este peligro, el materialismo, es uno de los más sutiles que encaramos. Jesucristo dijo que “la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra”. (Mateo 13:22.) Es obvio que constantemente tenemos que estar en guardia contra “el poder engañoso de las riquezas”, pues estas no tienen verdadero valor.
Es preciso que tengamos presente que las posesiones materiales tienen un valor relativo. La Palabra de Dios dice: “Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte, y son como un muro protector en su imaginación”. (Proverbios 18:11.) En realidad, la seguridad que las riquezas pueden proveer es pura imaginación, un engaño. Esto no significa que el tener posesiones materiales sea malo en sí. Lo que es incorrecto es concentrar nuestra vida en tales posesiones en vez de concentrarnos en obtener la aprobación de Dios. Jesús, reconocido como uno de los maestros más sabios de la historia, dijo claramente: “Hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee”. (Lucas 12:15.)
Por eso, sigamos un derrotero en la vida que nos haga ‘ricos para con Dios’. (Lucas 12:21.) No hay nada más valioso que el tener la aprobación del Creador. Todo esfuerzo que hagamos por mantener esta posición contribuye a que ‘atesoremos para nosotros mismos un fundamento excelente para el futuro, para que logremos asirnos firmemente de la vida que realmente lo es’. (1 Timoteo 6:19.)