Cómo puede usted cambiar su modo de ser
A LOS métodos para establecer o cambiar el comportamiento humano considerados hasta ahora, ¿qué les falta? Que se tengan en cuenta los deseos de la persona, que se le permita el ejercicio de su voluntad. Es decir, que una vez informada, y por decisión propia, ejerza su libre albedrío. En resumen, lo que les falta es que la persona ejerza autodominio.
Los terapeutas conductistas han descubierto que hay más probabilidades de conseguir resultados duraderos si la persona que tratan tiene la autoridad de tomar la decisión final respecto a establecer metas para su conducta. En su libro The People Shapers (Los moldeadores de personas), Vance Packard dice: “Parece ser que con un poco de consejo, cualquier persona razonablemente despierta puede modificar su comportamiento”. Esto se denomina autodirección. En otras palabras, cuando hay cierta medida de autodominio se producen mejoras admirables.
A este respecto, los cristianos están en ventaja, pues han aprendido a ejercer autodominio como uno de los nueve frutos del espíritu santo de Dios. (Gálatas 5:22, 23.) De modo que la fuerza activa del Dios Todopoderoso puede influir en su cambio de comportamiento y ayudarle a tener éxito.
Respecto a su comportamiento, ¿qué quiere lograr? ¿Desea realmente cambiar? En ese caso, ¿qué rasgos quiere dejar? ¿Cómo quiere ser y por qué? ¿Puede usted confiar en su autodominio? ¿Dónde puede encontrar una ayuda que siempre le beneficie?
Veamos algunos métodos y pasos que pueden ayudarle a cambiar su patrón de conducta.
Primer paso: Descubra su verdadero yo
La materia prima de lo que quiere llegar a ser la tiene ya en su propia persona. Para conseguir su nuevo yo debe cambiar el viejo yo, y eso significa que ha de conocerse bien. ¿Puede señalar qué rasgos de su comportamiento le gustaría cambiar?
Como resulta difícil evaluar el propio comportamiento, necesita consultar unas normas de conducta respetadas y creíbles. Para esto se recomienda la Santa Biblia. Utilícela y podrá verse como nunca antes. Quizás no le guste lo que verá reflejado en ella, pero puede estar seguro de que será una imagen exacta.
Se ha comparado la Biblia a un espejo y se insta a la gente a que se mire en él. “Si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, este es semejante al hombre que mira su rostro natural en un espejo. Pues se mira, y allá se va e inmediatamente olvida qué clase de hombre es. Pero el que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad, y persiste en ella, este, por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacerla.” (Santiago 1:23-25.) La Biblia, entendida y usada de forma correcta, tiene un poder de análisis profundo y penetrante que no solo pondrá de manifiesto lo que usted es como persona sino que hasta revelará sus motivos y actitudes. Por eso Pablo escribió: “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos [...], y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón”. La Palabra de Dios va incluso más allá, pues suministra guía respecto a lo que es correcto e incorrecto. (Hebreos 4:12; 5:14.)
La Biblia puede hacer todas esas cosas por usted porque es la Palabra de Jehová, el Dios verdadero y observador. Según el Salmo 139, Dios le escudriña completamente y analiza con precisión su modo de ser. Como dice el Sl 139 versículo 1: “Oh Jehová, tú me has escudriñado completamente, y me conoces”. Dios le ha estado observando desde que fue concebido y le conoce a la perfección. Él ha hecho que se registren en la Biblia comentarios sobre la vida del hombre en todas sus posibles facetas. Usted se verá reflejado en alguna de sus páginas, sea en sentido positivo o negativo.
Por consiguiente, si usted lo desea puede descubrir su verdadero yo.
Segundo paso: Decida cómo quiere ser
Si va a cambiar, asegúrese de que el cambio merece la pena, que realmente es lo que usted desea, y que es mejor que lo que tiene ahora. ¿Qué mejoras en el comportamiento debería establecerse como meta? ¿Dónde conseguir el consejo apropiado sobre cuáles son los rasgos de comportamiento deseables? De nuevo, se le recomienda que acuda a la Biblia.
La Biblia le insta a cambiar para mejor, a adoptar una “nueva personalidad”. Pablo aconsejó: “Deben desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos; pero [...] deben ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, y deben vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad”. (Efesios 4:22-24.) La Biblia le indica cuáles son esos rasgos de personalidad mejores. ¿Recuerda usted el mundo perfecto que se describió antes? Si quiere formar parte de ese mundo, ha de ver la necesidad de cultivar las cualidades que se señalan en Colosenses 3:12-17, como la compasión, la bondad, la humildad, la apacibilidad, la paciencia, el perdón, el amor, la paz y la gratitud.
Entonces, después de consultar su Biblia, fíjese metas, apúntelas y asigne a cada una su prioridad. Trabaje en esa dirección.
Tercer paso: Busque buenos ejemplos
Muchos rasgos de su comportamiento se establecieron a medida que usted se amoldaba a otros: amigos, compañeros, padres, maestros.
Una vez que ha decidido las metas de comportamiento que desea alcanzar ¿por qué no busca a alguien que se comporte tal como usted desearía comportarse? Cuando la halle, pídale ayuda. Un proverbio bíblico dice con acierto: “El que está andando con personas sabias se hará sabio”. (Proverbios 13:20.)
La Biblia contiene la biografía del mejor ejemplo para todos nosotros: el propio Jesucristo. Lea cómo se comportó ante todo tipo de circunstancias, su conducta moral, su comprensión y sabiduría, su dignidad, su consideración y extraordinaria amabilidad para con su prójimo. Qué reconfortantes son sus palabras: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera”. (Mateo 11:28-30.)
Millones de personas de todos los países ya han tomado a Cristo Jesús como su ejemplo y hacen todo lo posible por seguir sus pisadas, tal como él anduvo en el camino que le mandó su Padre celestial Jehová Dios. Estos millones de personas, cansados ya del mal comportamiento que se observa hoy día en el mundo en general, han acudido a la congregación local de los testigos de Jehová en busca de ayuda y dirección, y no han quedado decepcionados. En los Salones del Reino hay muchas personas que son ejemplos de conducta a semejanza de Cristo, y a los que desean mejorar su comportamiento se les ha suministrado mucha ayuda. Por supuesto, los Testigos tienen las mismas debilidades que el resto de la humanidad imperfecta, pero también tienen una fuerza espiritual que impulsa su mente de manera positiva. (Efesios 4:23.)
Cuarto paso: Consiga las fuerzas necesarias para cambiar
A los que desean cambiar su modo de ser les animará saber que disponen de ayuda. La Biblia dice que “la nueva personalidad” es “creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad”. (Efesios 4:24.) Esto garantiza que quienes lo deseen, tienen la ayuda sobrehumana de Dios mismo. ¿Cómo puede usted recibirla?
Una de las maneras principales es mediante la oración personal. La oración le permite dirigirse en busca de ayuda a la Fuente del poder necesario para cambiar su modo de ser. Le permite hablar con Dios de forma libre y abierta en cualquier momento, incluso en plena crisis. El poder acceder a un Dios real y que se interesa por sus criaturas es mucho mejor que acceder a cualquier fuente de ayuda humana y, además, no hay que esperar. Por esta razón el apóstol Juan escribió: “Esta es la confianza que tenemos para con él, que, no importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye”. (1 Juan 5:14.) Asimismo, las siguientes palabras del profeta Isaías nos animan: “Busquen a Jehová mientras pueda ser hallado. Clamen a él mientras resulte estar cerca. Deje el inicuo su camino, y el hombre dañino sus pensamientos; y regrese a Jehová, quien tendrá misericordia de él, y a nuestro Dios, porque él perdonará en gran manera”. (Isaías 55:6, 7.)
El estudio de la Biblia también proporciona fuerzas, produce refrigerio y permite que la persona se vuelva a centrar cada día en sus metas. La Biblia suministra la ayuda necesaria mientras usted lucha por cultivar las normas de conducta que se ha propuesto. Además, fomenta el rechazo hacia su anterior proceder. El esfuerzo diario por adquirir conocimiento de la Biblia impedirá que se filtre en usted cualquier información equivocada procedente de los medios informativos y los sistemas educativos del mundo.
Las reuniones cristianas que se celebran en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová no solo instruyen respecto a las normas bíblicas sino que también suministran ayuda colectiva y estímulo mutuo para mejorar el comportamiento. Esta ayuda provista mediante la congregación ha ayudado a muchas personas a mejorar su proceder. ¿Por qué no le pide a la persona que le proporcionó esta revista que se lo explique?
Quinto paso: No se desanime si reincide
Muchos han tratado de mejorar su modo de ser pero, al ver que reinciden, aunque sea inevitable, se desaniman. Eso ha hecho que algunos se hayan dado por vencidos. Con frecuencia, tales personas piensan que si lo que ellos veían como su única esperanza les ha fallado, ya no les queda posibilidad alguna. Como consecuencia, es posible que se entreguen a las influencias del mundo, y es de lamentar que muchas veces acaban peor que antes de intentar cambiar.
Nunca olvide que merece la pena librarse de cualquier proceder indeseable. El apóstol Pablo aludió a su comportamiento y estilo de vida anteriores como un montón de basura. (Filipenses 3:8.) Por lo tanto, si cuando usted trata de cambiar tropieza con un obstáculo o reincide, levántese de nuevo y siga adelante. ¡No abandone! ¡Luche! ¡Merece la pena!
Recuerde que muchos rasgos de su personalidad le fueron impuestos por fuerzas externas, usted no los escogió ni tenía control sobre ellos en aquel tiempo. Estas fuerzas continúan en vigor. ¿Les permitirá que le introduzcan a la fuerza en su mundo? ¿No? Entonces, nunca se dé por vencido.
Millones de personas de diversas culturas —incluso criminales y personas muy inmorales— han logrado cambiar su comportamiento. Han mantenido sus normas de conducta más elevadas hasta el día de hoy, muchos de ellos por décadas, y se han apegado a ese proceder con una voluntad admirable. Pero agradecen a Dios las fuerzas y la motivación para hacerlo. Como dijo el apóstol Pablo, “para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder”. (Filipenses 4:13.)
Están ganando la lucha por hacer lo correcto. Si usted de verdad lo desea, también puede cambiar y disfrutar de la vida en el nuevo mundo de Dios. (Salmo 37:29; 2 Pedro 3:13.)
[Fotografía en la página 7]
Primer paso: Descubra su verdadero yo
Fotografías en en la página 8]
Segundo paso: Decida cómo quiere ser
Tercer paso: Busque buenos ejemplos
[Fotografías en la página 9]
Cuarto paso: Consiga las fuerzas necesarias para cambiar
Quinto paso: No se desanime si reincide
[Ilustración en la página 10]
Los que cambian también pueden heredar una Tierra cambiada