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La búsqueda de la pazLa Atalaya 1960 | 1 de febrero
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27. Semejante a lo que les resultó a esos hombres antiguos, ¿qué le resultará a la “grande muchedumbre” de buscadores de la paz?
27 ¿Cuál fue el resultado? El registro contesta: “Y Josué se puso a hacer paz con ellos y a concluir un pacto con ellos para dejarles vivir, de modo que los príncipes de la asamblea [de Israel] les juraron.” (Jos. 9:15) Semejante a aquellos antiguos gabaonitas no israelitas, la “grande muchedumbre” de buscadores de la paz de hoy día se rinde en dedicación completa a Jehová Dios por medio de Jesucristo ahora antes de que estalle el Armagedón. Por lo tanto el Josué Mayor, Jesucristo, los salva de la destrucción en esa guerra universal. Semejantes al resto de israelitas espirituales, los de esa grande muchedumbre aman la vida. Desean ver una eternidad de días buenos bajo el reino de Dios. Por eso hoy siguen el consejo de David y de Pedro en cuanto a la paz.
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El ir en pos de la pazLa Atalaya 1960 | 1 de febrero
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El ir en pos de la paz
1. Habiendo hallado la paz, ¿qué tiene que hacer entonces el que ama la vida, y qué obligación descansa ahora sobre él?
DESPUÉS que el que ama la vida ha buscado y ha hallado la paz con Dios por medio de su Hijo Jesucristo, ¿qué tiene que hacer? De allí en adelante tiene que seguir tras la paz, sí, ir en pos de ella. “Busque la paz y vaya en pos de ella,” es el consejo por medio del apóstol cristiano Pedro. (1 Ped. 3:11) Tiene que hacer de la paz la cosa tras la cual siga por el resto de su vida. Eso significa que tiene que mantener la paz. Al disfrutar de la paz con Dios mediante Cristo él no está solo. El entrar en la paz con Dios lo introduce en la relación pacífica con la congregación de todos los que están dedicados enteramente a Dios por medio de Cristo y que por lo tanto se han reconciliado con Dios. (2 Cor. 5:18-21) No debe llegar a ser un perturbador de la congregación cristiana. Tiene la obligación de preservar una relación quieta, tranquila, calmada, armoniosa con esta organización. Tiene que vivir en conformidad con la regla de conducta declarada por un apóstol del cuerpo gobernante cristiano: “Sean pacíficos unos con otros. Por otra parte, los exhortamos, hermanos, amonesten a los desordenados, hablen alentadoramente a las almas deprimidas, den su apoyo a los débiles, sean sufridos para con todos. Vean que nadie devuelva daño por daño a alguna otra persona; sino sigan siempre lo que es bueno unos con otros y con todos los demás.”—1 Tes. 5:13-15.
2. ¿En medio de qué situación tienen que seguir los cristianos tras este derrotero, y debido a ser ellos un blanco principal de ataque qué tentativa se hace tocante a ellos?
2 Los cristianos tienen que seguir tras este derrotero en medio de un mundo en el cual hay disturbio en todas partes tal como nunca hubo antes. Desde que fue arrojado a la tierra inmediatamente después de nacer el reino de Dios en los cielos en 1914, Satanás el Diablo y sus demonios han estado maliciosamente resueltos a causar todos los ayes, tumulto e inquietud que pueden entre los hombres. (Apo. 12:12) Su principal blanco de ataque ahora es el resto cristiano del Israel espiritual y su “grande muchedumbre” de compañeros semejantes a ovejas. (Apo. 12:17) De consiguiente Satanás hace todo lo posible por causar desasosiego, perturbación y desorden entre ellos con el fin de desbaratar la organización.
3. ¿Por medio de qué discriminaciones ha mantenido Satanás trastornado al mundo, pero cómo eliminó Dios hace mucho esto dentro de su congregación?
3 Por consiguiente todo el que ama la vida, que ha hallado dentro de la organización visible de Dios la paz que buscaba, tiene que hacer de la paz aquello en pos de lo cual siga permanentemente. En cuanto al mundo de Satanás el Diablo ha tenido éxito en mantenerlo trastornado y eruptivo por medio de discriminación racial, tribal y de color. Pero Dios por medio de Cristo eliminó esto dentro de su congregación cristiana verdadera. La congregación cristiana comenzó como una organización cristiana casi enteramente judía en la Jerusalén antigua, salvo por algunos prosélitos circuncisos de otras naciones. (Hech. 2:10; 6:5) Luego samaritanos circuncisos fueron agregados a los creyentes. (Hech. 8:4-25) Fue tres años y medio después de haber muerto Jesucristo en el madero de tormento fuera de Jerusalén que por primera vez se introdujo en la congregación cristiana al primer incircunciso gentil o no judío, un italiano llamado Cornelio, junto con varios de sus parientes y amigos íntimos.—Hech. 10:1 a 11:2.
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