Muestre siempre amor y fe
“El que permanece en el amor permanece en unión con Dios.” “Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” (1 JUAN 4:16; 5:4.)
1, 2. ¿Qué cualidades se enfatizan principalmente en 1 Juan 4:7–5:21?
JEHOVÁ es la personificación del amor y las personas que desean agradarle tienen que desplegar esta cualidad divina. El apóstol Juan pone esto de manifiesto en la última parte de su primera carta inspirada.
2 Los cristianos verdaderos también tienen que desplegar fe. Solo de esta manera pueden vencer al mundo y permanecer firmes en el favor de Jehová. A medida que estudiamos la última porción de la carta de Juan, consideremos seriamente con oración la importancia de desplegar amor y fe.
‘Amémonos unos a otros’
3, 4. ¿Qué relación hay entre el desplegar amor y el que conozcamos a Dios?
3 Juan enfatiza la importancia del amor. (Léase 1 Juan 4:7, 8.) A los cristianos “amados” se les exhorta a ‘continuar amándose unos a otros, porque el amor es de Dios’, Jehová es la Fuente de este amor. “Todo el que ama ha nacido de Dios [como persona engendrada por espíritu] y adquiere el conocimiento de Dios”, conociendo las cualidades y los propósitos de Jehová y cómo él expresa amor. Hoy día, la “gran muchedumbre” de “otras ovejas” de Cristo también ha adquirido este “conocimiento de Dios”.
4 Conocer a Dios significa que verdaderamente apreciamos sus cualidades, lo amamos completamente y nos adherimos a él como nuestro Soberano. Pero “el que no ama no ha llegado a conocer a Dios”. Las personas que no despliegan amor cristiano no han “llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor”. Sí, el amor es la cualidad dominante de Jehová y se manifiesta en sus provisiones espirituales y materiales a favor de la humanidad.
5. ¿Cuál es la mayor prueba de que “Dios es amor”?
5 Lo que se menciona después es la mayor prueba de que “Dios es amor”. (Léase 1 Juan 4:9, 10.) Juan dice: “Por esto el amor de Dios fue manifestado en nuestro caso [como pecadores merecedores de muerte], porque Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que nosotros consiguiéramos la vida mediante él”. Jesús es el “Hijo unigénito” de Jehová puesto que él fue el único creado directamente por Dios. (Juan 1:1-3, 14; Colosenses 1:13-16.) Además, Jesús ‘fue enviado al mundo’ al ser hecho humano, llevar a cabo su ministerio públicamente y entonces morir una muerte sacrificatoria. (Juan 11:27; 12:46.) El que ‘consigamos la vida eterna mediante él’ —ya sea en el cielo o en la Tierra— exige que ejerzamos fe en el mérito de su sacrificio de rescate.
6. Aún siendo nosotros pecadores que no amábamos a Dios, ¿qué hizo él?
6 Aún siendo nosotros pecadores que no amábamos a Dios, “él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio propiciatorio por nuestros pecados”. El sacrificio de Cristo hizo posible que consiguiéramos una restauración de buenas relaciones con Dios. (Romanos 3:24, 25; Hebreos 2:17.) ¿Aprecia usted esta manifestación superlativa de amor inmerecido de parte de nuestro Padre celestial?
7. a) Puesto que no podemos decir que amamos a Jehová porque lo hayamos visto, ¿cómo podemos mostrar que sí lo amamos? b) Nuestro despliegue de amor fraternal es prueba de ¿qué?
7 El amor que Dios nos tiene debería afectar nuestra actitud hacia otras personas. (Léase 1 Juan 4:11-13.) Ya que él nos amó aún siendo nosotros pecadores, “nosotros mismos estamos obligados a amarnos unos a otros”. De entre los humanos, “nadie ha contemplado a Dios nunca”. De modo que no podemos decir que amamos a Jehová porque lo hayamos visto. (Éxodo 33:20; Juan 1:18; 4:24.) No obstante, al desplegar amor mostramos que amamos la Fuente de esta cualidad. Nuestro amor fraternal es prueba de que “Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona”, o alcanza su completa expresión en nosotros. Además, sabemos que “estamos permaneciendo en unión” con Jehová “porque él nos ha impartido su espíritu”. Nuestro despliegue de amor fraternal es prueba de que el espíritu de Jehová opera en nosotros, pues el amor es uno de sus frutos. (Gálatas 5:22, 23.) Esto indica que conocemos a Dios y tenemos su aprobación.
8. ¿Qué otra evidencia hay de que estamos “en unión con Dios”?
8 Hay aún más evidencia de que estamos “en unión con Dios”. (Léase 1 Juan 4:14-16a.) Habiendo “contemplado” lo que Jesús hizo en la Tierra y cuánto sufrió a favor de la humanidad, Juan podía ‘dar testimonio de que el Padre había enviado a su Hijo como Salvador del mundo’ de la humanidad pecaminosa. (Juan 4:42; 12:47.) Además, ‘Dios permanece en unión con nosotros y nosotros con él’ si hacemos confesión sincera de que Jesucristo es su Hijo. Esto exige que ejerzamos fe y demos testimonio público de que Jesús es el Hijo de Dios. (Juan 3:36; Romanos 10:10.) Nuestra confianza en “el amor que Dios tiene en nuestro caso” es evidencia adicional de que nosotros, seamos miembros del resto ungido o de las “otras ovejas”, estamos en unión con Jehová.
9. a) ¿En qué sentido puede ser “perfeccionado” el amor a Dios, y cómo afectará esto nuestra relación con otros? b) ¿Qué promueve el amor “perfecto”?
9 El siguiente punto que Juan señala es que el amor puede ser “perfeccionado”. (Léase 1 Juan 4:16b, 17.) Se nos recuerda que “Dios es amor”. Debido a que ‘permanecemos en el amor’, desplegando este fruto del espíritu de Jehová, ‘permanecemos en unión con Dios’. Si el amor a Jehová “ha sido perfeccionado con nosotros”, habiendo alcanzado completa expresión hacia él, entonces amaremos a nuestros compañeros creyentes. (Compárese con el 1Jn 4 versículo 12.) El amor “perfecto” también promueve la “franqueza de expresión” para dirigirnos a Dios en oración ahora y “en el día del juicio”, el cual está asociado con la presencia de Cristo. Las personas que despliegan dicho amor no tendrán razón alguna para temer que el juicio de Dios les sea adverso. Si desplegamos amor, “tal como es ése [Jesús], así somos nosotros mismos en este mundo”. Sí, somos semejantes a él al disfrutar del favor de Dios como hijos suyos en este mundo de la humanidad alejada de Dios.
10. ¿Qué no experimentan las personas cuyo amor ha sido “perfeccionado”?
10 Las personas cuyo amor ha sido “perfeccionado” no experimentan el temor que restringe la oración. (Léase 1 Juan 4:18, 19.) “El temor ejerce una restricción” que nos impediría abordar abiertamente a Jehová. Así que, si experimentamos dicho temor, entonces ‘no hemos sido perfeccionados en el amor’. Pero si hemos ‘sido perfeccionados en el amor’, esta cualidad llena nuestro corazón, nos impulsa a efectuar la voluntad divina y nos mueve a mantenernos cerca de nuestro Padre celestial mediante la oración. Ciertamente tenemos razón para amar a Jehová y dirigirnos a él en oración, pues, tal como Juan dice, ‘amamos, porque Dios nos amó primero’.
11. ¿Por qué es razonable que obedezcamos el mandamiento: “Que el que ama a Dios esté amando también a su hermano”?
11 Por supuesto, el meramente decir que amamos a Dios no es suficiente. (Léase 1 Juan 4:20, 21.) Cualquiera que diga: “Yo amo a Dios”, mientras que odia a su hermano espiritual “es mentiroso”. Puesto que podemos ver a nuestro hermano y observar sus características piadosas, el mostrarle amor debería ser más fácil que el amar a un Dios invisible. En efecto, “el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto”. Por eso es razonable que obedezcamos este “mandamiento”: “Que el que ama a Dios esté amando también a su hermano”.
¿Quién vence al mundo?
12. Puesto que amamos a Dios, ¿qué otro amor se espera que tengamos?
12 Juan ahora pasa a mostrar lo que realmente significa amar a Dios. (Léase 1 Juan 5:1-5.) En primer lugar, el apóstol señala que “todo el que cree que Jesús es el Cristo —el Mesías, o Ungido de Jehová— ha nacido de Dios”, o sea, ha sido engendrado con espíritu procedente de Jehová. Además, todo el que ama al Progenitor, Jehová, ama a cualquier otra persona que ha “nacido de ése”. Sí, todos los hijos ungidos de Dios lo aman y se esperaría que ellos se amaran unos a otros. Tal amor fraternal es también una característica de la “gran muchedumbre” de “otras ovejas” que tienen esperanza terrestre. (Juan 10:16; Revelación 7:9.)
13. a) ¿Por qué no nos son “gravosos” los mandamientos de Dios? b) ¿Cómo es que ‘vencemos al mundo’?
13 ‘Sabemos que amamos a los hijos de Dios cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.’ De hecho, ‘el amor de Dios significa que observemos sus mandamientos’. Puesto que amamos a Dios y la justicia, felizmente cumplimos sus mandamientos. Juan dice que estos no son “gravosos” para nosotros “porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo”. “Todo” quizás denote el poder que Dios da para ‘vencer al mundo’ o triunfar sobre la injusta sociedad humana con sus tentaciones para hacernos quebrantar los mandamientos de Jehová. (Juan 16:33.) “La victoria que ha vencido al mundo” es “nuestra fe” en Dios, en su Palabra y en su Hijo. Si tenemos “fe en que Jesús es el Hijo de Dios”, ‘venceremos al mundo’ al rechazar su manera de pensar incorrecta y modo de vida inmoral, y también al cumplir los mandamientos de Dios.
14. a) ¿Cómo es que Jesús vino “por medio de agua”? b) ¿De qué manera se señaló “con la sangre” a Cristo como el Hijo de Dios? c) ¿Cómo ‘dio testimonio’ acerca de Jesucristo el espíritu santo?
14 Ya que la fe en Jesús es tan importante para que seamos ‘vencedores del mundo’, Juan cita algunos hechos respecto a Cristo que fueron dados por “tres que dan testimonio”. (Léase 1 Juan 5:6-8.) Primeramente, Juan dice que Jesús “vino por medio de agua”. Cuando Jesús fue bautizado en agua para simbolizar que se estaba presentando a sí mismo a Dios, Jehová declaró: “Éste es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado”. (Mateo 3:17.) Cristo también fue señalado como el Hijo de Dios “con la sangre” que derramó al morir como rescate. (1 Timoteo 2:5,6.) Además, Juan dice: “El espíritu [santo] es lo que está dando testimonio, porque el espíritu es la verdad”. El que el espíritu descendiera sobre Jesús al ser bautizado probó que él era el Hijo de Dios. (Mateo 3:16; Juan 1:29-34.) El espíritu de Jehová hizo posible que Jesús llevara a cabo su comisión y ejecutara obras poderosas. (Juan 10:37, 38; Hechos 10:38.) Mediante el espíritu, Dios causó una extraña oscuridad, un terremoto y que la cortina del santuario se rasgara cuando Jesús murió, y entonces, por medio del mismo espíritu, Dios lo resucitó. (Mateo 27:45-54.)
15. ¿Qué son los “tres que dan testimonio”?
15 Así que, “hay tres que dan testimonio” al hecho de que Jesús es el Hijo de Dios. Estos son: 1) el espíritu santo, 2) el agua en que Jesús fue bautizado y lo que representó (que se estaba presentando a sí mismo a Jehová) y, 3) la sangre que derramó al morir como rescate. Estos tres “están de acuerdo” en dar testimonio de que Jesús es el Hijo de Dios, en quien tenemos que ejercer verdadera fe si hemos de recibir vida eterna. (Compárese con Deuteronomio 19:15.)
El testimonio dado por Dios
16. ¿De qué manera ha dado testimonio Jehová respecto a Jesús?
16 Dios mismo ha dado testimonio respecto a su Hijo. (Léase 1 Juan 5:9-12.) “Si recibimos [como verdadero] el testimonio [imperfecto] que los hombres dan [como acostumbramos hacer en conversación y en un tribunal], el testimonio que Dios da es mayor.” (Juan 8:17, 18.) Puesto que ‘Dios no puede mentir’, podemos confiar completamente en ‘el testimonio que él ha dado respecto a su Hijo’. Y Jehová ha dicho que Jesucristo es su Hijo. (Tito 1:2; Mateo 3:17; 17:5.) Además, Dios estaba detrás de los “tres que dan testimonio”, o sea, Su espíritu santo, el agua en que fue bautizado Jesús y la sangre derramada de Cristo.
17. ¿Cuál es la única manera posible de adquirir salvación?
17 “La persona que pone su fe en el Hijo de Dios tiene el testimonio dado en su propio caso” porque toda la evidencia le convence de que Jesús es el Hijo de Dios. Pero “la persona que no tiene fe en Dios” como testigo confiable respecto a Su Hijo, hace que Jehová parezca mentiroso. Por cierto, el resumen del testimonio dado es “que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su Hijo”. La salvación a vida eterna es posible solo mediante fe en que Jesús es el Hijo de Dios. (Juan 11:25, 26; 14:6; 17:1-3.) De modo que, “el que tiene al Hijo” por medio de creer en él, tiene el don inmerecido de vida eterna. (Juan 20:31.) Pero cualquier persona que carezca de fe en Jesús como el Hijo de Dios no disfrutará de “esta vida”.
¡La oración surte efecto!
18. ¿Por qué ha escrito Juan “estas cosas”?
18 Juan ahora presenta el propósito fundamental de su carta y considera la oración. (Léase 1 Juan 5:13-15.) Él ha escrito “estas cosas” para que se sepa ‘que tenemos vida eterna’. Esta es nuestra convicción como los que ponemos fe en el “nombre” del Hijo de Dios. (Compárese con 1 Juan 3:23.) Y los apóstatas, que no son de nuestra clase, no pueden destruir esa fe. (1 Juan 2:18, 19.)
19. a) De acuerdo con 1 Juan 5:14, 15, ¿qué “confianza” tenemos en Dios? b) ¿Cuáles son algunas de las cosas por las cuales debidamente podemos orar?
19 Tenemos la “confianza” en Dios de que, no importa qué pidamos en oración “conforme a su voluntad, él nos oye”. Debidamente, pues, oramos por tales cosas como la santificación del nombre de Jehová, su espíritu, su sabiduría divina y que nos libre del inicuo. (Mateo 6:9, 13; Lucas 11:13; Santiago 1:5-8.) Y “sabemos que hemos de tener las cosas pedidas porque se las hemos pedido a él”, el “Oidor de la oración”. (Salmo 65:2.)
20, 21. a) ¿Qué es el “pecado que no incurre en muerte”? b) ¿Por qué es incorrecto orar respecto a “un pecado que sí incurre en muerte”?
20 Después Juan habla acerca de la oración y de dos tipos de pecado. (Léase 1 Juan 5:16, 17.) “Un pecado que no incurre en muerte” no es deliberado, y no sería incorrecto orar para que el malhechor arrepentido sea perdonado. (Hechos 2:36-38; 3:19; Santiago 5:13-18.) Pero sería incorrecto orar respecto a “un pecado que sí incurre en muerte” debido a que este es un pecado deliberado contra el espíritu santo, por el cual el perdón es imposible. (Mateo 12:22-32; Hebreos 6:4-6; 10:26-31.) Tales pecadores van al Gehena y experimentan destrucción eterna en “la muerte segunda”. (Revelación 21:8; Mateo 23:15.) Por lo tanto, Jehová es el Juez final, y no nos arriesgamos a desagradarle al orar por un pecador cuando los hechos muestran que es culpable de un “pecado [deliberado] que sí incurre en muerte”.
21 En consecuencia, “si alguno [especialmente un anciano ungido con espíritu] alcanza a ver a su hermano pecando un pecado que no incurre en muerte [“la muerte segunda”], pedirá, y él [Dios] le dará vida [al pecador]”, salvándolo así de la destrucción eterna. Por supuesto, “toda injusticia es pecado”, es decir, errar el blanco en lo que se refiere a las justas normas de Dios. “Sin embargo, hay un pecado que no incurre en muerte” porque resulta de nuestra imperfección, estamos arrepentidos y el pecado es perdonado mediante el sacrificio de Cristo.
Puntos sobresalientes de la carta de Juan
22. ¿Quién ‘no logra asir’ al cristiano que es leal, y qué puede pedir con confianza el cristiano al orar?
22 Juan ahora resume los puntos básicos de su carta. (Léase 1 Juan 5:18-21.) Todo el que ha “nacido de Dios” como cristiano ungido con espíritu “no practica el pecado”. Jesucristo, “Aquel que nació de Dios” mediante el espíritu santo, “lo vigila, y el inicuo [Satanás] no logra asirlo”. Tal cristiano ungido leal puede orar con confianza para ser librado del inicuo y puede, con “el escudo grande de la fe”, librarse del daño espiritual que pueden causarle los “proyectiles encendidos” de Satanás. (Mateo 6:13; Efesios 6:16.)
23. ¿Cómo es que “el mundo entero yace en el poder del inicuo”?
23 Puesto que los ungidos tienen evidencia de que son hijos espirituales de Jehová, pueden decir: “Sabemos que nosotros nos originamos de Dios”. El hecho de que tienen fe en Cristo y no practican el pecado demuestra que son los hijos de Dios que Satanás no ha ‘logrado asir’. “Pero el mundo entero [la injusta sociedad humana] yace en el poder del inicuo”, Satanás el Diablo. (Efesios 2:1, 2; Revelación 12:9.) El mundo se somete a la inicua influencia y dominación de Satanás y no hace ningún esfuerzo por librarse con el fin de efectuar la voluntad divina.
24. ¿Con qué propósito “nos ha dado capacidad intelectual” Jesús?
24 Algunos maestros falsos insistían en decir que Cristo no había venido en la carne. (2 Juan 7.) Pero la evidencia que se presenta en esta carta autoriza a Juan a decir: “Nosotros sabemos que el Hijo de Dios ha venido”. (1 Juan 1:1-4; 5:5-8.) Además, Jesús “nos ha dado capacidad intelectual”, o “percepción mental”, para que “adquiramos el conocimiento del verdadero”, un entendimiento progresivo de Dios. (Mateo 11:27.) De modo que “estamos en unión con el verdadero [Jehová Dios], por medio de su Hijo Jesucristo”. (Compárese con Juan 17:20, 21.)
25. Como cristianos, ¿cómo podemos aplicar el consejo de 1 Juan 5:21?
25 Los que están en unión con el Dios verdadero Jehová —sean miembros del resto ungido o de las “otras ovejas”—, desean agradarle en todo. Pero las tentaciones de envolverse en la idolatría existieron en el primer siglo, tal como existen hoy día. Por eso, Juan apropiadamente concluye su carta con el consejo paternal: “Hijitos, guárdense de los ídolos”. Como cristianos, no nos inclinamos ante las imágenes. (Éxodo 20:4-6.) También sabemos que sería incorrecto ponerse a sí mismos, a los placeres, o a cualquier otra cosa en el lugar de Dios. (2 Timoteo 3:1, 2, 4.) Además, nuestra dedicación a él no deja lugar para que adoremos a la “bestia salvaje” política ni a su “imagen”. (Revelación 13:14-18; 14:9-12.) Por lo tanto, con la mira de agradar a nuestro Padre celestial y recibir su don de vida eterna, estemos resueltos a evitar toda clase de idolatría y nunca permitamos que esta destruya nuestra relación preciosa con Jehová mediante Jesucristo.
Ayuda duradera para nosotros
26. ¿Cuáles son algunos rasgos notables de Primera de Juan?
26 La primera carta inspirada de Juan ayudó a los cristianos del primer siglo a evitar la idolatría. Los capacitó para oponerse a las mentiras de los apóstatas y sirve este mismo propósito hoy día. Por ejemplo, prueba que Jesucristo vivió como hombre y murió como “un sacrificio propiciatorio” por los pecados. La carta identifica al “anticristo” y hace una distinción entre los hijos de Dios y los hijos del Diablo. Muestra cómo probar las “expresiones inspiradas” para saber si se originan de Jehová. Además, las palabras de Juan nos convencen de que “Dios es amor”, que la fe verdadera vence al mundo y que Jehová oye las oraciones de sus testigos leales.
27. ¿De qué maneras puede ayudarnos la primera carta inspirada de Juan?
27 Frente a las tentaciones mundanas, ¡qué sabio es que tengamos presente la advertencia de Juan en contra de amar al mundo! Si las diferencias personales ejercieran presión sobre nuestra relación con ciertos compañeros creyentes, las palabras del apóstol pueden recordarnos que podemos demostrar que somos amadores de Dios al desplegar amor fraternal. Con la ayuda divina y por medio de aplicar el consejo de Juan, podemos evitar la práctica del pecado y mantener la fe que vence al mundo. De modo que, mostremos nuestra gratitud por esta carta inspirada al continuar andando en la luz divina, viviendo como hijos de Dios y siempre desplegando amor y fe para la gloria de nuestro Padre celestial, Jehová.
¿Qué contestaría usted?
◻ Si amamos a Jehová, ¿cómo debería afectar esto nuestra relación con los compañeros creyentes?
◻ ¿Cómo podemos ‘vencer al mundo’?
◻ ¿Qué son los “tres que dan testimonio” respecto al Hijo de Dios?
◻ En cuanto a la oración, ¿qué “confianza” podemos tener?
◻ ¿De qué maneras puede ayudarnos la Primera de Juan?
[Comentario en la página 22]
Puesto que Jehová nos amó aún siendo nosotros pecadores, ‘estamos obligados a amarnos unos a otros’
[Comentario en la página 23]
Nuestra fe en Dios, en su Palabra y en su Hijo unigénito hace posible que ‘venzamos al mundo’
[Ilustración en la página 25]
El espíritu santo, el agua en que Jesús se bautizó, su sangre derramada y Jehová mismo dieron testimonio de que Jesucristo es el Hijo de Dios