El Armagedón... ¿cuándo?
“ESTAMOS en Armagedón y luchamos por el Señor.” Así aplicó el ex presidente estadounidense Theodore Roosevelt el término “Armagedón” a una batalla política en la cual tomaba parte. Entonces, ¿deberíamos buscar el Armagedón en contiendas políticas?
Unos años atrás, en la revista canadiense Business Life se publicó un artículo titulado “Armagedón económico”. En uno de los subtítulos se presentó esta pregunta: “¿Podría la deuda no pagada del Tercer Mundo provocar nuestro desplome económico?”. Pero ¿deberíamos creer que el Armagedón sea un desastre financiero?
Según la revista Newsweek, el fin del mundo se convirtió en una cuestión de campaña durante el debate presidencial de 1984. En aquella ocasión se le preguntó al entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, “si realmente cree que el mundo se dirige a un ‘Armagedón nuclear’. Reagan admitió haber tenido ‘conversaciones filosóficas’ sobre la coincidencia entre sucesos de nuestros tiempos y señales bíblicas que anuncian los últimos días, pero el comandante en jefe insistió en que nunca ha dicho que ‘tenemos que trazar nuestros planes de acuerdo con el Armagedón’”. Sin embargo, ¿deberíamos concentrar nuestra búsqueda del significado del Armagedón en acciones militares que presagien una calamidad nuclear?
Muchas personas religiosas dicen que el Armagedón es una batalla. Pero a principios del siglo XIX el escriturario Adam Clarke escribió: “¡Qué ridículas han sido las conjeturas de los hombres con relación a esto! ¡En los últimos veinte años esta batalla se ha peleado en varios lugares, según nuestros videntes cegatos y profetas autoinspirados! ¡En una ocasión se trató de Austerlitz; en otra, de Moscú; en otra, de Leipzig, y ahora, de Waterloo! Y así han seguido —y seguirán— confundiendo y siendo confundidos”.
No hay duda de que la búsqueda del significado del Armagedón plantea preguntas vitales. ¿Qué es el Armagedón? Si es una batalla, ¿quiénes tomarán parte en ella? ¿Por qué se peleará? ¿Dónde? ¿Y cuándo ocurrirá?
¿Qué es el Armagedón?
El término “Armagedón” se deriva de una palabra que aparece en el libro bíblico de Revelación (Apocalipsis), conocido por su lenguaje simbólico. En ese libro el apóstol Juan escribió: “Vi tres expresiones inspiradas inmundas que se parecían a ranas salir de la boca del dragón y de la boca de la bestia salvaje y de la boca del falso profeta. Son, de hecho, expresiones inspiradas por demonios, y ejecutan señales, y salen a los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso. [...] Y los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Har–Magedón”. (Revelación 16:13-16.)
Armagedón, o Har–Magedón, es una transliteración del equivalente griego de la expresión hebrea Har Meghid·dóhn, que significa “Montaña de Meguidó” o “Montaña de Asamblea de Tropas”. El término está relacionado con “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. Por eso, el Armagedón no es una lucha política ni un desastre económico ni una calamidad nuclear ni un conflicto humano. Más bien, el Armagedón es la guerra de Dios.
¿Quiénes participarán?
Las tres expresiones inspiradas inmundas que se parecen a ranas salen de la boca del dragón (Satanás el Diablo), de la boca de la bestia salvaje (su organización política terrestre), y de la boca del falso profeta angloamericano. Esas expresiones inspiradas por demonios (ángeles inicuos) reúnen a los reyes o gobernantes terrestres en Har–Magedón. (Véase el capítulo 32 del libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!, publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.)
Del lado de Jehová en la guerra de Armagedón hay un enorme ejército de fuerzas espirituales invisibles bajo la dirección del Rey Jesucristo. El apóstol Juan informó: “Vi el cielo abierto, y, ¡miren!, un caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama Fiel y Verdadero, y [Jesús] juzga y se ocupa en guerrear con justicia. [...] También, los ejércitos que estaban en el cielo le seguían. [...] Y de su boca sale una aguda espada larga, para que hiera con ella a las naciones, y las pastoreará con vara de hierro. Pisa también el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso. Y sobre su prenda de vestir exterior, aun sobre su muslo, tiene un nombre escrito: Rey de reyes y Señor de señores”. (Revelación 19:11-16.) La aguda espada larga representa la autoridad de Cristo para ordenar la ejecución de todos los que rehúsan apoyar el Reino de Dios. (Revelación 1:16; 2:16.) Hay disponible una enorme cantidad de fuerzas invisibles para la guerra de Armagedón.
Del lado opuesto están Satanás, sus huestes demoníacas y los reyes de toda la tierra habitada. Pero no deberíamos pensar solamente en gobernantes mundiales de la región visible, pues también se incluye en esto a las personas a quienes ellos gobiernan. Se predijo: “Jehová tiene indignación contra todas las naciones, y furia contra todo el ejército de ellas”. (Isaías 34:2.)
¿Por qué se peleará?
El Armagedón se peleará porque Dios es justo y no va a tolerar más la maldad. (Salmo 11:7.) Por consiguiente, la organización de Satanás el Diablo, compuesta tanto de demonios como de humanos rebeldes —la causa de milenios de iniquidad y aflicción—, tiene que ser destruida. (Compárese con Génesis 3:15.) En el Armagedón se defenderá la soberanía universal de Jehová, y esa guerra limpiará Su nombre del oprobio que se ha amontonado sobre él por siglos. Como Dios declaró mediante su profeta Ezequiel: “Ya no dejaré que mi santo nombre sea profanado; y las naciones tendrán que saber que yo soy Jehová”. (Ezequiel 39:7.)
La guerra divina de Armagedón en realidad impedirá la destrucción de toda la humanidad. Jehová creó la Tierra para ser habitada, no para ser destruida en una guerra termonuclear entre humanos ni para que quedara inservible para la vida por alguna otra razón. (Isaías 45:18.) Dios va a “causar la ruina de los que están arruinando la tierra”. (Revelación 11:18.) Pero el salmista dijo: “Jehová mismo ha llegado a ser rey. La tierra productiva [hebreo: te·vél; la Tierra, como lugar fértil y poblado, el globo terráqueo habitable] también queda firmemente establecida de modo que no se le puede hacer tambalear”. (Salmo 96:10.)
Lo que Dios haga en el Armagedón estará en completa armonía con sus atributos principales de justicia, sabiduría, poder y amor. (Deuteronomio 32:4; Job 12:13; Isaías 40:26; 1 Juan 4:8.) Él obrará contra los “pecadores impíos”, no contra las personas rectas. (Judas 14, 15.) Solo ‘los inicuos serán dados a la espada’. (Jeremías 25:31.) Esto preparará el terreno para el restablecimiento del Paraíso, lo cual cumplirá el propósito divino respecto a la Tierra y la humanidad. (Lucas 23:43.)
¿Dónde tendrá lugar?
Dado que el término “Armagedón” viene de una expresión hebrea que significa “Montaña de Meguidó”, algunos quizás concluyan que esa guerra se peleará en un lugar elevado que tenga ese nombre. Pero nunca ha habido una montaña llamada Meguidó. A unos 100 kilómetros (60 millas) al noroeste de Jerusalén había un pueblo (o ciudad) llamado Meguidó sobre una colina, pero ahora solo un montículo de aproximadamente 20 metros (70 pies) de alto señala su ubicación. (Josué 17:11.)
Aquella ciudad de la antigüedad dominaba “la llanura-valle de Meguidó”. (2 Crónicas 35:22.) Es pertinente relacionar Armagedón (Har–Magedón) con esas inmediaciones porque fueron escenario de batallas decisivas. Por ejemplo, allí Dios hizo posible que el juez Barac diera un golpe aplastante al rey cananeo Jabín y sus fuerzas militares bajo el mando de Sísara. (Jueces 4:12-24; 5:19, 20.) En aquella vecindad Gedeón y su grupito pusieron en fuga a los madianitas. (Jueces 7:1–8:35.) Allí también se dio muerte a los reyes Ocozías y Josías. (2 Reyes 9:27; 23:29, 30.)
Con todo, es digno de mencionarse que esa llanura-valle, llamada también la llanura de Esdrelón, mide solamente 32 kilómetros (20 millas) de largo y 29 kilómetros (18 millas) de ancho en su extremo oriental. Los reyes de todo el planeta habitado y sus fuerzas militares nunca podrían caber en una zona tan pequeña. Aparte de eso, ni un montículo (el tell de Meguidó) ni una llanura son una montaña. Está claro, pues, que el Armagedón no estará limitado a un lugar montañoso en el Oriente Medio. Más bien, Armagedón (Har–Magedón) simboliza una situación de alcance mundial, aunque en parte su significado se deriva de Meguidó y lo que tuvo lugar en aquella zona.
¿Cuándo ocurrirá el Armagedón?
Puesto que Meguidó estaba en la tierra del antiguo pueblo de Dios, lo que sucede en el Armagedón se relaciona con los testigos de Jehová en este “tiempo del fin”. (Daniel 12:4.) Har–Magedón aplica al “lugar” en que se reúne a los gobernantes políticos de la Tierra en oposición a Jehová y su Reino por Jesucristo. (Revelación 16:14, 16.) Pero ese “lugar” (griego: tó·pos) indica una situación de alcance mundial. El Armagedón ocurrirá cuando se desarrolle cierta situación que ha de afectar a los testigos de Jehová por toda la Tierra.
La prosperidad espiritual de los testigos de Jehová enfurece a Satanás el Diablo, quien pronto lanzará un ataque de esfuerzo máximo contra estos cristianos aparentemente indefensos. Ese ataque mundial procedente de Satanás (Gog) se describe en los capítulos 38 y 39 de Ezequiel. Bajo la influencia del Diablo, las naciones avanzarán contra el pueblo de Jehová, el cual ama la paz y se compone de personas que son de todas las naciones. Sí, la oposición satánica se manifestará mediante acción mundial contra los siervos terrestres de Jehová, representantes y proclamadores visibles del Reino de Dios.
A menudo se da a una batalla el nombre del lugar donde se pelea. Así, a la vigorosa defensa que Dios realiza a beneficio de su pueblo puede llamarse la batalla o guerra de Armagedón. Cuando Jehová se levante para defender a sus siervos contra el ataque de Gog, ¡habrá empezado el Armagedón! Los gobiernos humanos se desplomarán. Chaparrones inundantes, granizo devastador, lluvias de fuego y azufre, epidemias incontenibles —verdaderos actos de Dios— causarán pánico por todo el mundo fuera de las filas de los testigos de Jehová. Los enemigos humanos de ellos volverán sus armas contra sus propias filas. Y a las personas a quienes no extermine ese guerrear suicida, Jehová las aniquilará. (Ezequiel 38:18-23; Daniel 2:44.)
El terror hará que la mano de cada individuo se vuelva contra su semejante en una lucha frenética, pero inútil, por sobrevivir. (Zacarías 14:12, 13.) “Los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra. No serán plañidos, ni serán recogidos ni enterrados. Quedarán como estiércol sobre la superficie del suelo.” (Jeremías 25:33.) ¡Cualquier intento de permanecer neutral en la guerra de Dios le costaría a usted la vida en el Armagedón! Y como muchísimas veces se ha probado a partir de la Biblia en esta revista, ¡la generación actual no pasará antes de que ocurra el Armagedón! (Mateo 24:21, 34.)
Lo que logrará el Armagedón
El Armagedón eliminará todo vestigio de la organización terrestre de Satanás. Además, el Diablo y sus demonios serán arrojados en el abismo. (Revelación 20:1-3.) ¡Cuántas bendiciones fluirán entonces al pueblo de Jehová, los gozosos sobrevivientes de su gran guerra de Armagedón! Con alegría, ellos emprenderán la reconstrucción que transformará toda la Tierra en un paraíso, libre de la contaminación, el dolor, el lamento, las lágrimas y la muerte. (Revelación 11:15, 18; 21:3, 4.) Y usted puede estar allí si toma a pecho estas palabras del salmista: “Espera en Jehová y guarda su camino, y él te ensalzará para tomar posesión de la tierra. Cuando los inicuos sean cortados, tú lo verás”. (Salmo 37:34.) Sí, ¡usted puede llegar a presenciar la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso y ser un feliz sobreviviente cuando azote el Armagedón!
“Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa, esperando y teniendo muy presente la presencia del día de Jehová[!]” (2 Pedro 3:11, 12.)
[Comentario en la página 4]
El Armagedón no es una lucha política ni un desastre económico ni una calamidad nuclear ni un conflicto humano. El Armagedón es la guerra de Dios
[Comentario en la página 5]
La guerra divina de Armagedón impedirá la destrucción de toda la humanidad
[Comentario en la página 6]
¡Cualquier intento de permanecer neutral en la guerra de Dios le costaría a usted la vida en el Armagedón!