Preguntas de los lectores
◼ Puesto que los ángeles son espíritus sin cuerpo material, ¿por qué los presentan ustedes con alas en las ilustraciones? ¿Es simplemente una tradición religiosa?
Acostumbramos presentar a los ángeles con alas debido a las descripciones simbólicas que da la Biblia.
Usted tiene razón al decir que las criaturas celestiales no tienen cuerpo material con alas literales... ni rostro, manos, pies, ni ninguna otra parte del cuerpo. Sin embargo, en ciertas ocasiones en que ángeles se aparecieron a siervos de Dios tienen que haberse asemejado a hombres normales, pues se les tomó por hombres. (Génesis 18:2, 22; 19:1; Jueces 6:11-22.)
Pero hubo ocasiones en que humanos tuvieron visiones de ángeles y los describieron. El profeta Ezequiel vio “cuatro criaturas vivientes”, y en una visión posterior dijo que estos ángeles eran querubines. (Ezequiel 1:5; 9:3; 10:3.) Cada uno tenía cuatro alas, lo cual mostraba que podían responder rápidamente e ir en cualquier dirección según los mandatos de Dios. “No se volvían cuando iban; iban cada [uno] directamente adelante [...] Adondequiera que el espíritu se inclinaba a ir, iban. No se volvían mientras iban.” (Ezequiel 1:6, 9, 12.)
Pero los ángeles que se aparecieron en visiones no siempre fueron idénticos. Las criaturas angelicales conocidas como serafines que vio Isaías tenían seis alas. (Isaías 6:1, 2.) Hasta hubo diferencias entre las visiones que tuvo Ezequiel. En la primera visión los ángeles tenían pies, manos debajo de cada una de sus cuatro alas, y cuatro caras (como la cara de un hombre, la de un león, la de un toro y la de un águila). En su siguiente visión, una de las caras era como la de un querubín en vez de la de un toro, quizás para indicar el gran poder de los querubines. En una visión posterior que mostraba las decoraciones de un templo simbólico, Ezequiel vio querubines que tenían solo dos rostros, uno de hombre y otro de león. (Ezequiel 1:5-11; 10:7-17; 41:18, 19.) En el Santísimo del tabernáculo, así como en el templo que construyó Salomón en Jerusalén, había querubines que tenían dos alas. Estos se hallaban en la cubierta de oro del cofre conocido como el arca del pacto. Los dos querubines de oro estaban colocados con sus rostros el uno hacia el otro, y ambos tenían dos alas que se extendían sobre el Arca. (Éxodo 25:10-22; 37:6-9.) Por encima del Arca (y de su cubierta) en el templo de Salomón había dos querubines más grandes cubiertos de oro, y cada uno tenía dos alas extendidas. (1 Reyes 8:6-8; 1 Crónicas 28:18; 2 Crónicas 5:7, 8.)
Josefo escribió: “Pero nadie sabe, ni se imagina siquiera, qué forma tenían esos querubines”. Por eso algunos doctos y artistas basan sus representaciones de los ángeles (particularmente de querubines) en lo que se ha llamado antiguos prototipos del Cercano Oriente de dioses que tenían forma de animales alados. Pero una guía más confiable es el comentario de Ezequiel de que los ángeles que él vio “tenían la semejanza del hombre terrestre”. (Ezequiel 1:5.) Por eso en las ilustraciones de ángeles celestiales en nuestras publicaciones acostumbramos representarlos esencialmente en forma humana. Los presentamos con alas debido a las numerosas descripciones bíblicas de diversos ángeles con alas, y debido a los comentarios de que los ángeles ‘vuelan’. (Revelación 14:6; Salmo 18:10.)
Finalmente, en la página 288 del libro Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación! se representa a una criatura celestial con alas, una corona en la cabeza y una llave en la mano. Esta es una representación gráfica de Revelación 20:1: “Vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano”. Según nuestro entendimiento, este ángel con la llave es el glorificado Jesucristo. En la ilustración aparece con alas, lo cual armoniza con el hecho de que en las visiones los ángeles solían tener alas.