Esposos, reconozcan que Cristo es su Cabeza
“La cabeza de todo varón es el Cristo.” (1 CORINTIOS 11:3.)
1, 2. a) ¿Qué hace que a un hombre se le pueda considerar un buen esposo? b) ¿Por qué es fundamental reconocer que el matrimonio tiene origen divino?
¿QUÉ hace que a un hombre se le considere un buen esposo? ¿Su capacidad intelectual o física? ¿Su aptitud para ganar dinero? ¿O, más bien, el trato cariñoso y considerado que da a su mujer e hijos? Influidos por el espíritu del mundo y los criterios humanos, muchos esposos no pasan el examen en este último aspecto. ¿Por qué? En gran parte, debido a que no reconocen ni siguen la guía del Fundador del matrimonio, Aquel que “procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer, y a traerla al hombre” (Génesis 2:21-24).
2 El propio Jesucristo confirmó este relato bíblico sobre el origen divino del matrimonio. Respondiendo a unos hombres que querían entramparlo, señaló: “¿No leyeron que el que los creó desde el principio los hizo macho y hembra y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, lo que Dios ha unido bajo un yugo [en matrimonio], no lo separe ningún hombre” (Mateo 19:4-6). En realidad, la clave para tener un matrimonio feliz está en que los cónyuges reconozcan que su unión tiene origen divino y que su felicidad depende de que pongan en práctica las instrucciones que Dios da en su Palabra, la Biblia.
La clave para ser un buen esposo
3, 4. a) ¿Por qué puede decirse que Jesús sabe mucho sobre el matrimonio? b) ¿Quién es la esposa simbólica de Jesús, y cómo deben tratar los casados a sus esposas?
3 Algo que ayudará a quienes deseen ser buenos esposos es examinar las palabras de Jesús e imitar sus acciones. Él sabe mucho sobre el tema del matrimonio, pues estuvo presente cuando Dios creó a la primera pareja humana y bendijo su unión. Recordemos que Jehová Dios le dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza” (Génesis 1:26). En efecto, Dios estaba hablando con Aquel a quien había creado antes que a ninguna otra cosa o ser y que “lleg[ó] a estar a su lado como un obrero maestro” (Proverbios 8:22-30). Este es “el primogénito de toda la creación”, “el principio de la creación por Dios”, quien ya existía antes de que Jehová creara el universo material (Colosenses 1:15; Revelación [Apocalipsis] 3:14).
4 Además, a Jesús, a quien se le llama “el Cordero de Dios”, se le describe simbólicamente como un esposo. Un ángel dijo en cierta ocasión: “Ven acá, te mostraré a la novia, la esposa del Cordero” (Juan 1:29; Revelación 21:9). ¿Quién es esa novia, o esposa? “La esposa del Cordero” está compuesta por los fieles discípulos de Cristo ungidos por espíritu santo, los cuales reinarán con él en los cielos (Revelación 14:1, 3). Por consiguiente, la forma en que Jesús trató a sus discípulos cuando estuvo en la Tierra ejemplifica cómo deben tratar los casados a sus esposas.
5. ¿Para quiénes es un modelo Jesús?
5 Es verdad que en la Biblia se pone a Jesús como ejemplo para todos sus discípulos, pues en ella leemos: “Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención” (1 Pedro 2:21). No obstante, Jesús es un modelo para los varones en particular. La Palabra de Dios dice: “La cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez, la cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios” (1 Corintios 11:3). Puesto que Cristo es el cabeza del varón, los esposos tienen que imitar su ejemplo. Hay que aplicar el principio de autoridad para que la familia funcione y sea feliz. Esto significa que los esposos deben tratar a sus esposas con el mismo amor con que Jesús trata a su esposa simbólica, es decir, a sus discípulos ungidos.
Cómo enfrentarse a los problemas matrimoniales
6. ¿De qué modo deben morar los esposos con sus esposas?
6 En estos tiempos turbulentos, los esposos en especial tienen que imitar la paciencia y el amor de Jesús, así como su firmeza al defender los principios bíblicos (2 Timoteo 3:1-5). Con respecto al modelo que dejó Jesús, la Biblia dice: “Ustedes, esposos, continúen morando con [sus esposas] de igual manera, de acuerdo con conocimiento” (1 Pedro 3:7). Así es, los esposos deben enfrentarse a los problemas que plantea el matrimonio del mismo modo como se enfrentó Jesús a las dificultades: con conocimiento. Las pruebas que él padeció fueron mayores que las de cualquier otro ser humano, pero siempre tuvo en cuenta que los responsables eran Satanás, sus demonios y este mundo malvado (Juan 14:30; Efesios 6:12). Por tanto, los problemas nunca tomaron por sorpresa a Jesús. De igual forma, tampoco debería sorprender a los cónyuges la “tribulación en la carne” que, como advierte la Biblia, les espera a quienes se casan (1 Corintios 7:28).
7, 8. a) ¿Qué implica morar con la esposa de acuerdo con conocimiento? b) ¿Por qué merecen honra las esposas?
7 Según indica la Biblia, los esposos deben morar con sus esposas “de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino” (1 Pedro 3:7). Por consiguiente, el esposo que tiene la aprobación de Dios es el que honra a su esposa. No la domina con dureza, como predijo la Biblia que harían muchos hombres (Génesis 3:16). Antes bien, la considera una posesión valiosa contra la que nunca emplearía la fuerza bruta. Siempre tiene en cuenta sus sentimientos y la trata con respeto y dignidad.
8 Ahora bien, ¿por qué deben ustedes, los esposos, honrar a sus esposas? La Biblia responde: “Puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, a fin de que sus oraciones no sean estorbadas” (1 Pedro 3:7). Los esposos deben comprender que Jehová no considera que la adoración del hombre sea en ningún sentido superior a la de la mujer. Las mujeres que cuentan con el favor de Dios recibirán igual recompensa que los hombres: la vida eterna. Muchas incluso podrán vivir en los cielos, donde “no hay ni varón ni hembra” (Gálatas 3:28). Por tanto, los esposos deben recordar que lo que hace valiosa a una persona a los ojos de Jehová es su fidelidad, y no el hecho de ser hombre o mujer, esposo o esposa, niño o adulto (1 Corintios 4:2).
9. a) Según Pedro, ¿por qué razón deben los esposos honrar a sus esposas? b) ¿Cómo mostró Jesús que honraba a las mujeres?
9 Además, las palabras con las que termina el apóstol Pedro destacan la importancia de que el esposo honre a su esposa: “A fin de que sus oraciones no sean estorbadas”. ¡Y qué peligroso puede resultar eso! Así es, sus oraciones pueden verse obstaculizadas, como les ocurrió a algunos siervos de Dios del pasado que se descuidaron en su adoración (Lamentaciones 3:43, 44). Por eso, los varones cristianos —tanto si están casados como si piensan casarse— hacen bien en analizar la manera como Jesús trató a las mujeres. Él no solo las incluyó en el grupo que lo acompañaba durante su ministerio, sino que también las trató con bondad y respeto. En una ocasión les hizo una impactante revelación antes que a nadie y les encargó que contaran lo sucedido a los hombres (Mateo 28:1, 8-10; Lucas 8:1-3).
Un ejemplo para los esposos en particular
10, 11. a) ¿Por qué los esposos en particular tienen que examinar el ejemplo de Jesús? b) ¿De qué modo deben los esposos amar a sus esposas?
10 Como ya se mencionó, la Biblia compara la relación del esposo con su esposa a la de Cristo con su “novia”, la congregación de discípulos ungidos. “El esposo es cabeza de su esposa como el Cristo también es cabeza de la congregación”, declaran las Escrituras (Efesios 5:23). Estas palabras deben motivar a los esposos a examinar cómo ejercía Jesús su autoridad, o liderazgo, sobre sus discípulos. Solo si estudian su ejemplo, serán capaces de imitarlo y dar a sus esposas la guía, el amor y la atención que Jesús dio a la congregación.
11 “Esposos, continúen amando a sus esposas —exhorta la Biblia a los cristianos—, tal como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por ella.” (Efesios 5:25.) En el capítulo anterior de la carta a los Efesios, se dice que “la congregación” es el “cuerpo del Cristo”. Este cuerpo simbólico está compuesto por muchos individuos de ambos sexos, y todos contribuyen a su buen funcionamiento. Y Jesús, por supuesto, es “la cabeza del cuerpo, la congregación” (Efesios 4:12; Colosenses 1:18; 1 Corintios 12:12, 13, 27).
12. ¿Cómo demostró Jesús amor por su cuerpo simbólico?
12 Jesús demostró amor por su cuerpo simbólico, “la congregación”, de diversas formas. Una de ellas fue interesándose sinceramente por el bienestar de quienes integrarían dicho cuerpo. En cierta ocasión, cuando sus discípulos estaban agotados, les dijo: “Vengan, [...] en privado, a un lugar solitario, y descansen un poco” (Marcos 6:31). Aludiendo a las actividades de Jesús pocas horas antes de ser ejecutado, uno de sus apóstoles escribió: “Jesús, habiendo amado a los suyos [es decir, a los integrantes de su cuerpo simbólico] [...], los amó hasta el fin” (Juan 13:1). ¿No es este un magnífico ejemplo de cómo deben tratar los esposos a sus esposas?
13. ¿Cómo deben los esposos amar a sus esposas?
13 Retomando el ejemplo que Jesús pone a los hombres casados, el apóstol Pablo aconsejó: “Los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama, porque nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta y la acaricia, como también el Cristo hace con la congregación”. Y más adelante añadió: “Que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa tal como se ama a sí mismo” (Efesios 5:28, 29, 33).
14. ¿Cómo trata un esposo su cuerpo imperfecto, y qué indica esto sobre cómo debe tratar a su esposa?
14 Reflexionemos en estas palabras de Pablo. ¿Qué hombre en su sano juicio se hace daño intencionadamente? Por ejemplo, cuando un hombre se cae, ¿se pone a golpearse el pie porque lo hizo tropezar? Claro que no. Del mismo modo, ¿qué esposo se humilla a sí mismo delante de sus amigos, o airea sus propios defectos? Probablemente ninguno. ¿Sería lógico, entonces, que hiriera a su esposa con palabras, o con algo peor, si ella comete un error? El esposo no solo debe velar por sus propios intereses, sino también por el bienestar de su esposa (1 Corintios 10:24; 13:5).
15. a) ¿Qué hizo Jesús ante las muestras de debilidad humana de sus discípulos? b) ¿Qué lecciones podemos aprender del ejemplo de Jesús?
15 Veamos cómo Jesús manifestó un profundo interés por el bienestar de sus discípulos la noche antes de morir, cuando ellos dieron muestras de debilidad humana. A pesar de que él les había pedido repetidas veces que oraran, los apóstoles se quedaron dormidos en tres ocasiones en el jardín de Getsemaní. De repente, un grupo de hombres armados los rodeó. “¿A quién buscan?”, preguntó Jesús. Y cuando los hombres respondieron: “A Jesús el Nazareno”, él les dijo: “Soy yo”. Sin embargo, sabiendo que ‘había llegado la hora’ de su muerte, él les pidió: “Si es a mí a quien buscan, dejen ir a estos”. Jesús nunca dejó de preocuparse por el bienestar de sus discípulos, miembros de su novia simbólica; por eso, buscó la forma de librarlos de aquella difícil situación. Sin duda, los esposos pueden aprender muchos principios valiosos al analizar la manera como Jesús trató a sus discípulos (Juan 18:1-9; Marcos 14:34-37, 41).
Jesús amó sin sentimentalismos
16. ¿Qué sentía Jesús por Marta, y, aun así, cómo la corrigió?
16 La Biblia dice que “Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro”, quienes con frecuencia lo hospedaron en su casa (Juan 11:5). Con todo, ese amor no le impidió aconsejar a Marta cuando ella estaba demasiado preocupada por preparar la comida. Al ver que se estaba perdiendo la instrucción espiritual que él le podía dar, Jesús le dijo: “Marta, Marta, estás inquieta y turbada en cuanto a muchas cosas. Son pocas, sin embargo, las cosas que se necesitan, o solo una” (Lucas 10:41, 42). Era evidente que Jesús sentía cariño por Marta, y eso contribuyó sin duda a que ella aceptara mejor su consejo. Igualmente, el esposo debe tratar a su esposa con bondad y cariño, procurando escoger bien las palabras. Aun así, si es necesario corregirla de algún modo, debe abordar la cuestión con franqueza, tal como hizo Jesús.
17, 18. a) ¿Cómo reprendió Pedro a Jesús, y por qué Pedro necesitaba corrección? b) ¿Qué deber tiene el esposo?
17 En otra ocasión, Jesús explicó a sus apóstoles que tenía que ir a Jerusalén para sufrir persecución a manos de “los ancianos y de los sacerdotes principales y de los escribas, y ser muerto, y al tercer día ser levantado”. Al oírlo hablar así, Pedro llevó aparte a Jesús y lo reprendió: “Sé bondadoso contigo mismo, Señor; tú absolutamente no tendrás este destino”. Es obvio que el sentimentalismo había nublado la visión de Pedro, por lo que necesitaba corrección. De modo que Jesús le dijo: “¡Ponte detrás de mí, Satanás! Me eres un tropiezo, porque no piensas los pensamientos de Dios, sino los de los hombres” (Mateo 16:21-23).
18 Jesús acababa de exponer cuál era la voluntad de Dios para él: tendría que pasar por muchos sufrimientos y finalmente ser ejecutado (Salmo 16:10; Isaías 53:12). Así que las palabras de Pedro estaban fuera de lugar. Pedro necesitaba que se le corrigiera con firmeza, al igual que todos nosotros lo necesitamos a veces. Como cabeza de familia, el esposo tiene la autoridad y el deber de corregir a todos los miembros de su casa, incluida la esposa. Y aun cuando se requiera firmeza, esta corrección siempre debe darse con amor y bondad. Tal como Jesús tuvo que ayudar a Pedro a ver las cosas en su debida perspectiva, quizá haya momentos en que los esposos tengan que hacer lo mismo con sus esposas. Por ejemplo, pudiera ocurrir que, al elegir su ropa, maquillaje o joyas, la esposa comenzara a desviarse del patrón de modestia que recomiendan las Escrituras. En ese caso, el esposo debe explicarle con bondad por qué tiene que hacer algunos cambios (1 Pedro 3:3-5).
El esposo debe tener paciencia
19, 20. a) ¿Qué problema existía entre los apóstoles, y cómo lo abordó Jesús? b) ¿Qué resultados tuvieron los intentos de Jesús de corregir ese problema?
19 Los esposos no deben esperar que sus sinceros intentos de corregir alguna falta tengan resultados inmediatos. El propio Jesús tuvo que reajustar vez tras vez ciertas actitudes de sus apóstoles. Tomemos por caso la rivalidad que existía entre ellos. Al final del ministerio de Jesús, los apóstoles volvieron a discutir sobre cuál de ellos era el más importante (Marcos 9:33-37; 10:35-45). No mucho después de este segundo incidente, Jesús organizó una reunión privada con ellos para celebrar su última Pascua. Pero incluso entonces, ninguno se prestó a realizar la humilde tarea de lavar los polvorientos pies de los demás, como era la costumbre. Fue Jesús quien lo hizo. Y luego pasó a decirles: “Yo les he puesto el modelo” (Juan 13:2-15).
20 Si los esposos muestran la misma actitud humilde que Jesús, de seguro contarán con la cooperación y el apoyo de sus esposas. Sin embargo, también deben ser pacientes. Volviendo al caso de los apóstoles, recordemos que esa misma noche de la Pascua volvió a estallar una discusión entre ellos acerca de quién era el más importante (Lucas 22:24). Como vemos, cambiar de actitud y conducta es un proceso gradual que suele tomar tiempo. Sin embargo, ¡cuánta alegría se siente cuando estos esfuerzos tienen buenos resultados, como ocurrió en el caso de los apóstoles!
21. En vista de las presiones del mundo de hoy, ¿qué se anima a los esposos a recordar, y qué deben hacer?
21 En la actualidad, el matrimonio está sometido a más presiones que nunca antes, y muchos cónyuges ya no se toman en serio los votos matrimoniales. Por lo tanto, esposos, recuerden que el matrimonio tiene origen divino, que fue concebido e instituido por nuestro amoroso Dios, Jehová. Él nos envió a su Hijo, Jesús, no solo para rescatarnos del pecado y ser nuestro Salvador, sino también para que fuera un modelo que los esposos pudieran imitar (Mateo 20:28; Juan 3:29; 1 Pedro 2:21).
¿Qué respondería?
• ¿Por qué es importante reconocer el origen que tiene el matrimonio?
• ¿Cómo deben los esposos amar a sus esposas?
• ¿Qué ejemplos de la forma en que Jesús trató a sus discípulos muestran cómo deben los esposos ejercer su autoridad?
[Ilustración de la página 14]
¿Por qué deben los esposos analizar la manera como Jesús trató a las mujeres?
[Ilustración de la página 15]
Cuando sus discípulos estaban agotados, Jesús fue considerado con ellos
[Ilustración de la página 16]
Los esposos deben aconsejar a sus esposas con palabras bondadosas y bien pensadas