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“El amor que tenías al principio”La Atalaya 1984 | 1 de junio
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“El amor que tenías al principio”
“Tengo esto contra ti: que has dejado el amor que tenías al principio. Por lo tanto recuerda de qué es que has caído, y arrepiéntete.” (REVELACIÓN 2:4, 5.)
1, 2. a) ¿Qué consejo dirigió Jesús a la congregación de Éfeso? b) ¿Qué efecto quizás hayan tenido dichas palabras?
¿ES USTED un testigo de Jehová con muchos años de servicio fiel? Si lo es, ¿cómo se sentiría usted si alguien a quien usted respetara muchísimo le hablara de dicha manera? ¿Se resentiría usted, o pensaría que él ha cometido un error y que se ha equivocado al dirigirse a usted?
2 Pues bien, hace unos 1.900 años dichas palabras fueron dirigidas a la congregación o eclesia de Éfeso, Asia Menor, en un mensaje que le dirigió nada menos que el resucitado Jesucristo. Sus palabras tienen que haber causado conmoción en aquella congregación. Los cristianos de Éfeso habían aguantado en el nombre de Jesús y habían resistido la influencia de los apóstatas por más de 40 años (Hechos 18:18, 19; Efesios 1:1, 2). Jesús les dijo: “Conozco tus hechos, y tu labor y perseverancia, y que no puedes soportar a hombres malos, y que pusiste a prueba a los que dicen ser apóstoles, pero no lo son, y los hallaste mentirosos” (Revelación 2:2). Todavía estaban “en la verdad”, como solemos decir. Entonces, ¿cuál era el problema?
3. ¿Cuál era el problema de los cristianos de Éfeso?
3 Habían perdido ‘el amor que una vez habían tenido’. Ya no servían como al principio, con el mismo fervor de amor cristiano a Jehová. En consecuencia, habían aflojado el paso. Por eso, Jesús les advirtió: “Recuerda de qué es que has caído, y arrepiéntete y haz los hechos de antes”. (Revelación 2:5.)
4. ¿Qué podemos aprender de la experiencia de los efesios?
4 Esto encierra una advertencia para todos los siervos de Jehová hoy día. Es patente que hasta los que tienen mucha experiencia como cristianos activos pueden llegar a enfriarse. En lo exterior quizás todavía parezcan firmes, pero en su interior quizás hayan perdido el amor profundo que en un tiempo le tenían a Jehová. En una carta a los corintios, Pablo advirtió: “El que piensa que está en pie, cuídese que no caiga” (1 Corintios 10:12). Para ayudarnos a este respecto, veamos cómo los efesios adquirieron su amor y cómo se les ayudó a mantenerlo.
El cristianismo en Éfeso
5, 6. ¿Cuándo y cómo se predicaron las buenas nuevas en Éfeso?
5 En el primer siglo de nuestra era común la ciudad de Éfeso era una metrópolis rica y bulliciosa, además de ser el centro de una floreciente adoración a la diosa pagana Artemis (o Diana). La enseñanza de que Jesús era el Mesías de Jehová se oyó por primera vez en aquella ciudad a más tardar en el año 52 E.C., cuando Pablo llegó allí desde Corinto junto con Aquila y Priscila. Pablo mismo no pudo quedarse en la ciudad, pero Aquila y Priscila sí pudieron. Cuando un sobresaliente orador llamado Apolos comenzó a enseñar “con exactitud” acerca de Jesús, esta pareja cristiana le ayudó a aclarar los conceptos erróneos que él tenía sobre el bautismo. Apolos continuó progresando y se convirtió en un ferviente trabajador en la congregación del primer siglo. (Hechos 18:24-28.)
6 Algunos meses más tarde, Pablo regresó a Éfeso y halló un grupo de unos 12 discípulos que habían sido bautizados en el bautismo de Juan. En respuesta a las palabras de Pablo se volvieron a bautizar. Entonces, por tres meses Pablo predicó en la sinagoga. Pero debido a la indiferencia de la mayoría de los judíos, Pablo y los nuevos discípulos se mudaron a la sala de conferencias de la escuela de Tirano, y allí Pablo comenzó a pronunciar discursos diariamente. (Hechos 19:8-10.)
7, 8. ¿Qué acontecimientos señalaron el principio del crecimiento de la congregación de Éfeso?
7 Entonces comenzó un período de vigorosa actividad en Éfeso. Jehová ejecutó obras poderosas de curación mediante Pablo. Las personas se curaban con solamente tocar las prendas de vestir de él; además, el mensaje que predicaba se esparció por toda aquella región (Hechos 19:11-17). En una carta que escribió en aquel entonces, Pablo dijo lo siguiente a la congregación de Corinto, que se hallaba al otro lado del mar Egeo: “Mas permanezco en Éfeso hasta la fiesta del Pentecostés; porque una puerta grande que conduce a la actividad se me ha abierto, pero hay muchos opositores”. (1 Corintios 16:8, 9.)
8 Pablo permaneció en Éfeso por más de dos años. Muchas personas aprendieron acerca del amor extraordinario que Jehová había mostrado al enviar a su hijo unigénito para que todos los que ejercieran fe alcanzaran la vida eterna. Aceptaron la verdad y expresaron amor intenso por Jehová y por su Hijo. Personas que habían practicado artes mágicas “juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata. Así de una manera poderosa la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo” (Hechos 19:19, 20). ¡Imagínese el gran testimonio que se dio!
9. ¿Cómo se puso a prueba la intensidad del amor de la nueva congregación?
9 La intensidad del amor de los efesios fue sometida a prueba pronto. En Éfeso, muchos plateros ganaban una gran cantidad de dinero haciendo templetes de Artemis. Uno de ellos, llamado Demetrio, consideró que la joven congregación cristiana era una amenaza a la subsistencia de los plateros, y por eso pronunció un discurso que enardeció a sus compañeros de profesión y provocó un motín. La vida de los cristianos se halló en peligro hasta que el registrador de la ciudad calmó a la muchedumbre (Hechos 19:23-41). Puede que los cristianos hallan tenido otras pruebas semejantes a éstas que no estén registradas en la Biblia, puesto que el apóstol Pablo hace alusión a haber ‘peleado con bestias salvajes en Éfeso’ (1 Corintios 15:32). Sin embargo, el amor fervoroso que los efesios sentían por Jehová los ayudó a perseverar.
10. ¿Cómo trató Pablo de animar a los ancianos de Éfeso después?
10 Con el tiempo, Pablo partió de Éfeso. Pero en el año 56 E.C., mientras se dirigía a Jerusalén, llegó a Mileto, a solo 48 kilómetros (30 millas) de distancia. De modo que convocó una reunión de los ancianos de Éfeso y los exhortó a seguir el ejemplo de él y pastorear el rebaño de Dios bajo su custodia. En especial les advirtió tocante a los “lobos opresivos” que surgirían de entre ellos y extraviarían a los discípulos. También les dijo que era muy probable que no hubieran de verlo más cara a cara. Por eso, “prorrumpió gran llanto entre todos ellos, y se echaron sobre el cuello de Pablo y lo besaron tiernamente”. (Hechos 20:17-38.)
11. ¿Qué oyó Pablo respecto a los efesios cuando se hallaba en Roma?
11 Cuando Pablo llegó a Jerusalén fue arrestado, y, con el tiempo, fue enviado como prisionero a Roma. Allí, recordó otra vez a los hermanos de Éfeso y les escribió la carta que aparece en la Biblia bajo el título “A los efesios”. El amor que los cristianos de Éfeso tenían a Jehová y a su Hijo todavía estaba firme en aquel entonces, pues Pablo les dijo: “Yo también, habiendo oído de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y para con todos los santos, no ceso de dar gracias por ustedes”. (Efesios 1:15-17.)
12. ¿Qué consejo escribió Pablo desde Roma que pudiera haber ayudado a los efesios a mantener ‘el amor que tenían al principio’?
12 En su carta, Pablo les dio excelente consejo que tenía el propósito de ayudarles a mantener vivo su amor. Les recordó que vivían en tiempos inicuos y que, por consiguiente, debían ‘comprar el tiempo oportuno’ y no permitir que otros asuntos desplazaran el hacer la voluntad de Dios (Efesios 5:15-17). Pablo también recordó a los efesios que sus enemigos verdaderos no eran los hombres que se oponían a ellos. Más bien, les dijo: “Tenemos una lucha [...] contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales”. Por lo tanto, los animó vigorosamente a que se pusieran la armadura espiritual y se apegaran estrechamente a Dios mediante la oración. (Efesios 6:11-18.)
13. ¿Cómo ayudó Timoteo a los efesios?
13 Pablo escribió su carta a los efesios entre los años 60 y 61 de nuestra era común (Efesios 1:1). Poco después, Timoteo visitó a Éfeso y, mientras se hallaba allí, recibió una carta de Pablo, la cual conocemos como la Primera a Timoteo. En ésta Pablo animó al joven a permanecer en Éfeso para que ‘mandara a ciertos individuos no enseñar diferente doctrina, ni prestar atención a cuentos falsos y a genealogías, que terminan en nada’ (1 Timoteo 1:3, 4). Sin duda, la presencia de Timoteo en la ciudad ayudó a la mayoría de los cristianos de Éfeso a mantener el amor celoso que manifestaban para con Jehová a pesar de la mala influencia en torno a ellos.
14. a) ¿Cómo había animado Jehová a los efesios? b) A pesar de esto, ¿qué les había sucedido?
14 Alrededor del año 65 E.C. Pablo escribió su segunda carta a Timoteo. En ella mencionó que había enviado a otro emisario, cuyo nombre era Tíquico, a Éfeso (2 Timoteo 4:12). Después de esto, no se vuelve a mencionar a Éfeso sino hasta que Jesús le envía el mensaje registrado en el libro de Revelación. Los cristianos de Éfeso eran el fruto de la predicación de Pablo. Se habían beneficiado de visitas posteriores de cristianos sobresalientes como Timoteo, habían recibido consejo mediante una carta inspirada por espíritu santo y eran parte del “un cuerpo” (Efesios 4:4). Aún así, habían perdido el ‘amor que tenían al principio’.
Se necesitaba consejo firme
15, 16. a) ¿Por qué podría pensar alguien que era de esperarse que los efesios perdieran hasta cierto grado el amor fervoroso que habían tenido al principio? b) ¿Le parecía así a Jesús?
15 Quizás algunos piensen que es comprensible que el amor de los efesios se hubiera enfriado un poco. Después de todo, había habido una congregación en Éfeso por más de 40 años cuando Jesús envió su mensaje mediante Juan. Sin duda, muchos de ellos no recordaban personalmente el excelente ejemplo que habían dado Aquila y Priscila o la emocionante predicación de Apolos. El apóstol Pablo había muerto hacía 30 años. Jerusalén había sido destruida hacía unas dos décadas y media. Por eso, se podría esperar que los cristianos efesios se normalizaran, perdieran el sentido de urgencia y el celo.
16 Sin embargo, Jesucristo no excusó dicha tendencia. Otros que habían sido cristianos por tanto tiempo como los efesios, o por más, no habían perdido ‘su primer amor’. El apóstol Juan, quien registró el mensaje de Jesús a los efesios, ya había sido seguidor de Cristo por más de 20 años cuando Pablo llevó las buenas nuevas a Éfeso. Además, los que componían la congregación de Filadelfia daban prueba sólida de que no habían perdido ‘el amor que tenían al principio’. (Revelación 3:7-11.)
17. ¿Qué consejo dio Jesús a los cristianos de Éfeso?
17 Por consiguiente, Jesús no fue irrazonable cuando dijo firmemente a los efesios que, si no se arrepentían ni reavivaban su amor, probablemente saldrían perdiendo. Dijo a la congregación: “Removeré tu candelabro de su lugar, a menos que te arrepientas” (Revelación 2:5). Más que una amenaza, era una advertencia amorosa para aquellos cristianos, la cual los exhortaba a obrar sabiamente para que no perdieran su privilegio.
Por qué se pierde ‘el primer amor’
18, 19. a) ¿Qué celo desplegaron los israelitas cuando fueron librados de Egipto? b) ¿Por qué perdieron aquel celo?
18 ¿Por qué pierden las personas el amor inicial que le tienen a Jehová y el celo respecto a hacer la voluntad de él? La Biblia no dice qué sucedió en el caso de los efesios. Pero hay otros ejemplos, en la Biblia, de situaciones similares. Recuerde a los israelitas a quienes Moisés dirigió cuando salieron de Egipto. Después de haber sido testigos de las obras poderosas que culminaron con la destrucción de Faraón y sus ejércitos en el mar Rojo, el pueblo librado de Jehová rebosaba de alborozo. En éxtasis cantaron: “¿Quién entre los dioses es como tú, oh Jehová?” (Éxodo 15:11; Salmo 136:1, 15). Después, cuando Jehová estableció un pacto con ellos, unánimemente declararon: “Todo lo que ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo y a ser obedientes”. (Éxodo 24:7.)
19 Pero la disposición de los israelitas cambió rápidamente. El no tener agua por corto tiempo, la falta de variedad en su dieta, el temor a los cananeos, y otros problemas, hicieron que olvidaran las obras poderosas que Jehová había ejecutado y el pacto que habían hecho con él. Pues, ¡hasta Egipto, la tierra en la que habían estado esclavizados, comenzaba a parecer atractivo desde una distancia prudente! Olvidaron la crueldad severa de los egipcios y solo podían pensar en ‘el pescado, los pepinos, las sandías, los puerros, las cebollas y el ajo’ que en un tiempo comían allí. (Números 11:5.)
20, 21. a) ¿Qué noticias emocionantes oyeron los judíos en los días de Ciro, y qué efecto tuvieron en ellos? b) ¿Qué hizo que su entusiasmo menguara?
20 Recuerde también a los judíos que regresaron del cautiverio en Babilonia en 537 a. de la E.C. Imagínese lo emocionados que se sintieron cuando oyeron lo que decía el decreto de Ciro: “Jehová [...] me ha comisionado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. Cualquiera que haya entre ustedes de todo su pueblo, resulte su Dios estar con él. Así, pues, que suba a Jerusalén, que está en Judá, y reedifique la casa de Jehová el Dios de Israel” (Esdras 1:2, 3). Decenas de miles de israelitas respondieron a aquella llamada, y hubo gran regocijo cuando finalmente se puso el fundamento del nuevo templo. (Esdras 2:64; 3:10-13.)
21 Sin embargo, aquel entusiasmo menguó rápidamente. Los enemigos que los rodeaban se opusieron a la reconstrucción del templo y maniobraron los asuntos para que se decretara una orden oficial a fin de detener dicha construcción (Esdras, capítulo 4). Los judíos comenzaron a edificar casas lujosas para sí mismos (Ageo 1:4). Por supuesto, todavía se consideraban practicantes de la religión judía. No habían abandonado su fe. Pero habían perdido el amor ferviente que tenían para con Jehová al principio, además del interés en la adoración verdadera. Sin duda, pensaban que eran equilibrados o razonables en lo que estaban haciendo. Pero Jehová no lo veía así. Envió a los profetas Ageo y Zacarías para avivar el celo de ellos y animarlos a terminar de construir la casa de Jehová. (Esdras 5:1, 2.)
22, 23. a) ¿Qué puede hacer que los cristianos de hoy pierdan el amor que tenían al principio? b) ¿Qué preguntas tenemos que considerar todavía?
22 Lo mismo puede suceder en el caso de los cristianos de nuestro tiempo. Los problemas de la vida diaria en un mundo no cristiano pueden apagar su gozo. Con el tiempo, tal vez la verdad deje de ser refrescante y animadora. Hasta podría ocurrir que, a medida que el tiempo borrara el recuerdo de cómo era el estar en el mundo, el cristiano empezara a considerar con anhelo la llamada libertad, el estar libre de responsabilidades, de que disfruta la gente del mundo (Efesios 2:11, 12). O puede suceder que los cristianos lleguen a cansarse debido a la actitud de las personas que los rodean. Quizás hasta desarrollen la idea de que es más razonable tomar los asuntos con calma en el servicio de Dios, disminuir un poco el paso. (Jeremías 17:9.)
23 Algo como esto tiene que haber sucedido en el caso de los cristianos de Éfeso, pero es patente que a Jesús le parecía que ellos podían recuperarse. De hecho, mediante el apóstol Pablo ya habían recibido mucho consejo que, si lo ponían en práctica, podía ayudarlos a recobrar ‘el amor que habían tenido al principio’. ¿En qué consiste este consejo valioso? Además, ¿puede ayudarnos a nosotros hoy día a mantener nuestro ‘primer amor’? Se considerará otro rasgo de este asunto en el siguiente número, bajo el título “¿Cómo podemos mantener nuestro ‘primer amor’?”.
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¿Cómo podemos mantener nuestro ‘primer amor’?La Atalaya 1984 | 15 de junio
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¿Cómo podemos mantener nuestro ‘primer amor’?
Este artículo concluye la consideración que apareció en el número anterior bajo el título “El amor que tenías al principio”, basada en Revelación 2:4, 5.
1. Durante estos últimos días ¿ha perdido el pueblo de Dios en conjunto el ‘amor que tenía al principio’?
“TU PUEBLO se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar” (Salmo 110:3). Como se predijo en esta profecía, los siervos de Dios de hoy han estado haciendo la voluntad de Él vigorosamente, adhiriéndose a su primer amor para con Jehová. Como pueblo organizado, los testigos de Jehová han mantenido su entusiasmo y celo por el servicio de Él durante toda esta dificultosa “conclusión del sistema de cosas”. (Mateo 24:3, 14.)
2, 3. a) ¿Debido a qué podría una persona perder su ‘primer amor’? b) Si nos damos cuenta de que dicha actitud se está desarrollando en nosotros, ¿qué debemos hacer?
2 No obstante, es posible que algún cristiano individualmente pierda el amor que tenía al principio. Los problemas diarios pueden resultar en que él olvide las magníficas cosas que Jehová ha hecho a favor de él. Quizás se canse de esperar que se cumplan los propósitos de Jehová y empiece a sentirse atraído por las ventajas materiales que el mundo ofrece, o tal vez le parezca que necesita dedicar más tiempo que antes al recreo. Las responsabilidades cristianas, como el asistir a las reuniones y asambleas, preparar discursos y participar en el servicio del campo quizás empiecen a parecerle cargas pesadas.
3 Si hallamos que tales actitudes se están desarrollando en nosotros, deberíamos seguir el consejo que Jesús dio a la congregación de Éfeso, de modo que volvamos a cultivar ‘el amor que teníamos al principio’ y nos esforcemos por ‘hacer los hechos de antes’ (Revelación 2:4, 5). Deberíamos reconocer que necesitamos recobrar el amor fervoroso que teníamos anteriormente para con Jehová, además de nuestro celo y entusiasmo para con su servicio. ¿Cómo podemos hacer esto?
Cultive amor para con Jehová
4. ¿Cómo podemos imitar la excelente actitud del salmista? (Salmo 119:97.)
4 El salmista inspirado dijo: “¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día es ella mi interés intenso” (Salmo 119:97). ¡Qué sentimiento excelente para con la ley de Dios! Es mucho más remunerador servir a Jehová con tal actitud que tener que seguir obligándonos a hacer lo que sabemos que es correcto. Tenemos que desarrollar el deseo de hacer lo que es correcto, y hacerlo porque queremos hacerlo. (Salmo 25:4, 5.)
5. a) ¿Qué recomendó Pablo para proteger nuestra espiritualidad? b) ¿Cómo podemos conservar la eficacia de ésta?
5 Satanás quisiera ejercer presión sobre nosotros hasta el grado de hacernos perder nuestro ‘primer amor’, pues él es el mayor enemigo de nuestra espiritualidad. El apóstol Pablo instó a los efesios a que, para oponerse a Satanás, se pusieran “la armadura completa que proviene de Dios” (Efesios 6:13). Dicha armadura incluye cuatro características cristianas vitales: la verdad, la justicia, la fe y la esperanza de salvación (Efesios 6:14-17; 1 Tesalonicenses 5:8). Por supuesto, nos enteramos de estas características al entrar originalmente en la congregación. Pero una armadura metálica puede oxidarse si no recibe mantenimiento. De manera parecida, si no mantenemos estas características esenciales, nuestra armadura espiritual se deteriorará y no nos protegerá adecuadamente. A toda costa, tenemos que impedir que suceda esto.
Estudie y medite
6. ¿Cómo resolvió un misionero el problema de mantener su espiritualidad mientras estaba en la cárcel?
6 En 1958, el misionero Stanley Jones empezó a cumplir una sentencia de siete años de incomunicación en una cárcel de China. ¿Cómo mantuvo fuerte su amor para con Jehová mientras estuvo aislado de sus hermanos cristianos sin siquiera tener un ejemplar de la Biblia? Él informa que escribió todos los textos bíblicos que pudo recordar y agregó a éstos cualesquier citas bíblicas que pudo hallar en las columnas “religiosas” de los periódicos que a veces recibía. Así edificó un conjunto de textos bíblicos que constituyó la base para un programa de estudio personal y meditación. Puesto que se encontraba rodeado de personas que se oponían a sus creencias, él sabía que si no mantenía su corazón y mente llenos de los pensamientos de Dios su fe se embotaría rápidamente.
7. ¿A qué presiones nos enfrentamos, y cómo debemos protegernos de ellas?
7 Es cierto que la mayoría de nosotros no estamos en la cárcel. No obstante, una gran parte del tiempo estamos expuestos al pensar de este mundo. El entretenimiento que el mundo ofrece, aunque no siempre se oponga directamente a los principios cristianos, ciertamente no promueve la verdad, la justicia, la fe y la esperanza de salvación. Por lo tanto, si no dedicamos tiempo a fortificar nuestro corazón y nuestra mente, probablemente nos debilitemos en sentido espiritual y nuestro amor se enfríe.
8. ¿Qué bendición recibe la persona que estudia la Palabra de Dios y medita en ella?
8 En cambio, si en realidad dedicamos tiempo a fortificarnos por medio del estudio personal y la meditación, llegaremos a ser como el hombre cuyo “deleite está en la ley de Jehová” y que día y noche lee dicha ley en tono bajo. El salmista dice acerca de tal hombre: “Ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita, y todo lo que hace tendrá buen éxito”. (Salmo 1:2, 3.)
9. ¿Cómo podemos desarrollar amor para con el estudio de la Biblia y el meditar en ella? (Salmo 77:11, 12.)
9 Hablando honradamente, muchos de nosotros no estamos naturalmente inclinados al estudio. No obstante, si queremos hacerlo, podemos entrenarnos para disfrutar de él. Considere el ejemplo de alguien que emprenda el correr al trote como pasatiempo. Al principio probablemente le duelan los músculos. Pero gradualmente el cuerpo se va adaptando, y dentro de poco, si persevera, el corredor llega a disfrutar de su ejercicio. Pablo dijo a Timoteo: “Ve entrenándote teniendo como mira la devoción piadosa” (1 Timoteo 4:7). El estudiar la Biblia es parte de la devoción piadosa (Proverbios 2:1-6). Al principio tal vez requiera disciplina el ponernos a hacerlo. Pero en poco tiempo podemos llegar a desarrollar verdadero interés en aprender nuevos puntos o adquirir un entendimiento más profundo de cosas que ya conocemos. Es entonces cuando nuestro estudio nos proporcionará placer genuino. (Salmo 119:103, 104.)
10. ¿Por qué se considera más de una vez el material de estudio en las ayudas para el estudio?
10 A algunos tal vez les parezca que porque conocen las doctrinas básicas de la Biblia ya no tienen que dedicar tiempo al estudio personal. Quizás hasta se quejen cuando asuntos parecidos se consideran más de una vez en las publicaciones preparadas para el estudio de la Biblia. Pero la Biblia dice que se necesitan los recordatorios (Salmo 119:95, 99; 2 Pedro 3:1; Judas 5). Si no seguimos recordándonos la verdad, las justas normas de Dios, nuestra fe y nuestra esperanza de salvación, otras cosas influirán en nuestro corazón.
11. ¿Cuáles son algunos de los asuntos que Pablo consideró en su carta a los efesios?
11 Considere la carta de Pablo a los efesios. Él les recordó cuál había sido la situación de ellos antes de que llegaran a ser cristianos, y habló respecto a la organización de la que ahora formaban parte (Efesios 2:12; 4:4-6, 17, 18). Mencionó el maravilloso propósito de Jehová para la humanidad y el papel que el hombre desempeña con relación a dicho propósito (Efesios 1:8-12; 2:4-6). Además, les recordó los principios cristianos que les ayudarían a tener éxito en la vida de familia y en la congregación. (Efesios 4:1, 2; 5:21–6:4.)
12. ¿Por qué dijo Pablo a los efesios cosas que ellos ya sabían?
12 Algunas de las cosas que Pablo escribió tal vez hayan sido nuevas para los cristianos efesios, pero sin duda muchas de ellas se relacionaban con lo que ya habían oído antes. No obstante, Pablo quiso recordarles aquellos asuntos y quizás renovar la perspicacia de los efesios al respecto. Así él les ayudó a restaurar su armadura espiritual y a “comprender con todos los santos cuál es la anchura y longitud y altura y profundidad”. (Efesios 1:15-17; 3:14-19.)
13, 14. a) ¿Cómo nos ayudan el estudio y la meditación? b) ¿Cuáles son otros aspectos de la “armadura completa que proviene de Dios”?
13 El estudio personal también refresca y enriquece nuestro entendimiento de muchos puntos básicos, además de ayudarnos a comprender las cosas más profundas de la Palabra de Dios (1 Corintios 2:10). De esta manera, nuestra “armadura completa que proviene de Dios” impedirá que Satanás haga que perdamos el amor fervoroso que tenemos para con Jehová y su Hijo.
14 Entre otras cosas, el apóstol Pablo mencionó otros dos aspectos de nuestra armadura espiritual que aún no hemos considerado. Dijo que los cristianos deberían tener “calzados los pies con el equipo de las buenas nuevas de la paz” y aceptar “la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios” (Efesios 6:11-17). ¿Cómo nos ayudan dichos aspectos de la armadura espiritual a mantener el ‘amor que teníamos al principio’?
Manténgase activo en la predicación del Reino
15. ¿Qué modo novedoso de tener “mucho que hacer en la obra del Señor” descubrió cierto misionero encarcelado? (1 Corintios 15:58.)
15 Cuando el misionero Harold King empezó a cumplir una sentencia de cuatro años y medio de encarcelamiento en China en 1958, se enfrentó al mismo problema que Stanley Jones: cómo mantener vivo su ‘primer amor’, su profunda devoción a Jehová. Él informa: “Para mantener vivo mi aprecio por las cosas espirituales, me las arreglé para tener un programa de ‘predicación’”. Preparó unos cuantos sermones bíblicos basados en los textos bíblicos que recordaba, y predicaba a personas imaginarias. Con el tiempo, condujo un estudio bíblico imaginario. ¿Cuál fue el resultado? Cuando quedó en libertad, ¡estaba listo para predicar nuevamente a personas verdaderas, y estaba muy deseoso de hacerlo!
16. ¿Cuál es una razón importante por la que debemos estar ocupados en el servicio de Jehová?
16 La suya fue una manera novedosa de aplicar una verdad importante: Para mantenernos espiritualmente saludables tenemos que mantenernos ocupados en el servicio de Dios. El apóstol Pedro dijo: “Fortifiquen su mente para actividad” (1 Pedro 1:13). Además, el apóstol Pablo exhortó: “Háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor”. (1 Corintios 15:58.)
17. ¿Qué era notable en cuanto a los cristianos fieles de la congregación de Filadelfia?
17 Es notable que mientras que los cristianos de Éfeso habían permitido que se enfriara el ‘amor que habían tenido al principio’, los de una congregación vecina se habían mantenido ocupados, y su amor aún estaba fuerte. Jesús dijo a la fiel congregación de Filadelfia: “Conozco tus hechos... ¡mira! he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar”. (Revelación 3:8.)
18. ¿Qué actividad nos ayudará a mantener vivo nuestro ‘primer amor’?
18 ¿Qué hechos ayudarán al testigo de Jehová del día moderno a mantener el ‘amor que tenía al principio’? Entre otras cosas, se trata de hechos que estén en armonía con el siguiente mandato de Jesús: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones” (Mateo 28:19). Harold King reconoció la importancia de hacer esto. El apóstol Pablo también la reconoció. Por eso, Pablo aconsejó a los efesios que ‘tuvieran calzados los pies con el equipo de las buenas nuevas de la paz’ y que se equiparan con “la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios”.
19. La predicación, que es prueba de nuestro celo, también edifica nuestro celo ¿de qué manera?
19 Hay una relación estrecha entre el celo y la obra de predicar y hacer discípulos. Es cierto que el celo hace que queramos hacer dicha obra. Pero, en cambio, la obra de predicar estimula nuestro celo. Después de predicar a una samaritana, Jesús dijo a sus seguidores: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió” (Juan 4:34). El enseñar la verdad lo había alimentado a él, lo había edificado. Así también el que nosotros hablemos con otras personas acerca del Reino de Dios contribuye a grabar en nuestra mente y corazón hechos vitales y mejora la destreza que manifestamos al defender la verdad (1 Pedro 3:15). Además, a medida que el espíritu de Dios nos sostiene en esta obra, llegamos a ‘fulgurar con el espíritu’ y lo vemos funcionando en otras personas. (Romanos 12:11.)
20. ¿Cómo contribuyen juntos la predicación y el estudio personal a mantenernos fuertes?
20 ¿Es el predicar a otros un sustitutivo para el estudio personal? No. Hay que establecer un equilibrio entre estas dos actividades. Si consumimos mucho alimento material, pero no hacemos ejercicio, nuestro cuerpo finalmente sufre las consecuencias. En cambio, si hacemos mucho ejercicio sin comer suficiente alimento, con el tiempo nos agotamos físicamente. De manera parecida, si dedicamos mucho tiempo al estudio personal sin predicar a otros, es probable que nos desequilibremos. El apóstol Pedro relacionó la “actividad” con el ‘mantener nuestro juicio’ (1 Pedro 1:13). Si predicamos a otros sin dedicar tiempo al estudio personal —especialmente si las personas a quienes predicamos no responden favorablemente— puede que nos agotemos. Pero si dedicamos tiempo al estudio personal y entonces salimos a decir a otros lo que hemos aprendido, permanecemos espiritualmente sanos.
Compre el tiempo
21, 22. a) ¿Qué gran obstáculo ha hecho surgir Satanás en contra de que mantengamos nuestro ‘primer amor’? b) ¿Qué recomendó Pablo a los efesios para vencer este obstáculo, y por qué debemos seguir su consejo?
21 Stanley Jones, al describir uno de los mayores problemas a que se enfrentó en la cárcel, dijo: “Tenía muchísimo tiempo disponible”. Su problema era exactamente lo contrario de lo que experimentan muchos otros testigos de Jehová. A la mayoría de nosotros continuamente nos falta el tiempo. ¿A qué se debe esto? El apóstol Juan dijo: “El mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo” (1 Juan 5:19). El mundo de Satanás constantemente mantiene tan ocupadas a las personas que éstas tienen poca oportunidad para pensar, y mucho menos tienen tiempo para estudiar. Nosotros no somos parte del mundo, pero ciertamente sentimos los efectos de su modo de vivir. El “inicuo” quisiera usar la influencia del mundo para mantenernos tan ocupados que ya no hallemos tiempo para nuestro servicio a Dios.
22 Pablo se dio cuenta de este problema y dio el siguiente consejo valioso a los efesios: “Vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos. Por este motivo dejen de estar haciéndose irrazonables, sino sigan percibiendo cuál es la voluntad de Jehová” (Efesios 5:15-17). Si no compramos el tiempo para hacer “la voluntad de Jehová”, es probable que la presión de vivir en estos ‘días inicuos’ haga que se enfríe nuestro amor.
23. ¿Qué clase de estudio personal y predicación nos ayudará a mantener vivo nuestro ‘primer amor’?
23 Es cierto que algunos cristianos tienen obligaciones importantes o están enfermos, y por eso se ven muy limitados en cuanto a lo que pueden hacer en el servicio de Dios (Lucas 21:1-4). Pero en armonía con el consejo de Pablo a los esclavos cristianos, cualquier cosa que podamos hacer deberíamos hacerla “de toda alma” (Efesios 6:5, 6). El estudio personal jamás nos proporcionará gozo si para efectuarlo nos valemos solo de unos cuantos minutos entre programas de televisión. De igual manera, nuestro ministerio del campo difícilmente mantendrá vivo nuestro ‘primer amor’ y celo si tan solo dedicamos, entre períodos de recreo, una o dos horas al mes, como muestra, a la predicación. (Compare con 1 Timoteo 4:8.)
Pida ayuda en oración
24. ¿Qué otra ayuda vital para nuestra espiritualidad mencionó Pablo a los efesios?
24 Al concluir su consideración sobre la “armadura completa que proviene de Dios”, Pablo instó a sus compañeros de creencia a que aceptaran “la espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios, mientras que con toda forma de oración y ruego se ocupan en orar en toda ocasión en espíritu” (Efesios 6:17, 18). Si nos mantenemos en estrecha comunicación con Jehová mediante la oración, no perderemos nuestro ‘primer amor’, aunque tengamos que aguantar muchas presiones o, como Juan, hayamos servido durante muchos años en este sistema de cosas. Pablo dijo en otra carta: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder”. (Filipenses 4:13.)
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