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Por qué necesitamos el reino de JesucristoLa Atalaya 1976 | 15 de abril
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15. ¿Cómo representa Revelación los beneficios dadores de vida que abundarán para todos los que estén en la Tierra bajo el reino de Cristo?
15 Durante este reino milenario de Jesucristo, beneficios dadores de vida fluirán como un río a toda persona en la Tierra por la cual él dio su vida como Cordero de sacrificio. Esto se pinta hermosamente en el último capítulo 22 de Revelación. En éste el apóstol Juan muestra la fuente de las provisiones que se hacen para la vida eterna de la familia humana. Juan dice: “Y [un ángel de Dios] me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que fluía desde el trono de Dios y del Cordero por en medio [del] camino ancho [de la ciudad]. Y de este lado del río y de aquel lado había árboles de vida que producen doce cosechas de fruto, dando sus frutos cada mes.”
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Por qué necesitamos el reino de JesucristoLa Atalaya 1976 | 15 de abril
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LOS MUERTOS HUMANOS NECESITAN EL REINO
17. ¿Quiénes serán los primeros que participarán de esas provisiones dadoras de vida, pero por qué habrá otros participantes?
17 Los primeros que participarán de esas provisiones dadoras de vida que vienen del trono de Dios por medio de Cristo serán los de la “grande muchedumbre” de adoradores que pasan con vida a través de la “grande tribulación” en la cual los reinos de este mundo son triturados. (Rev. 7:9-14; Dan. 2:44; Mat. 24:21, 22) Pues bien, ¿habrá otras personas que participen del simbólico río de agua de vida y los simbólicos árboles de vida? Sí, puesto que Jesucristo murió como “el Cordero de Dios” por más criaturas humanas que solo esas personas que quedan con vida después de la tribulación. Recordemos lo que Jesús dijo no lejos de una tumba en Betania cerca de Jerusalén en el año 33 E.C. En aquel tiempo dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?” Marta, la hermana del muerto Lázaro, respondió: “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, El que viene al mundo.” (Juan 11:25-27) Pues, ¿qué hay de nosotros hoy día? ¿Podemos nosotros dar la misma respuesta de fe a esa pregunta?
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