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La actividad ministerial de los testigos de JehováLa Atalaya 1960 | 1 de agosto
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de colocarse como empleada de una persona más bondadosa en la capital, donde continúa gozosamente reuniéndose con sus cotestigos y goza del servicio del campo sin estorbos. ¿Está usted vigilando sus prendas de vestir ministeriales en circunstancias semejantes?
“Después de las horas de las reuniones regulares una pareja de misioneros usa sabiamente su tiempo instruyendo a los precursores de vacaciones en cuanto a sermones, refutación y cómo conducir estudios bíblicos de casa. Esto ha resultado en mayor madurez y en la determinación de continuar en el trabajo de precursor debido a la confianza que han adquirido de que están ‘capacitados para ser ministros.’ El tiempo es precioso y hay que usarlo sabiamente.
“El estar alerta para presentar el testimonio en cualquier ocasión es una señal del cristiano maduro. Un hermano que es el único Testigo en un territorio que abarca centenares de kilómetros cuadrados se enteró de que iba a efectuarse un entierro y, sabiendo que estas personas católicas no tenían sacerdote, concurrió. Cuando el féretro iba a ser bajado dio un paso al frente con su Biblia y bondadosamente preguntó si querían que pronunciara un breve discurso. Los dolientes aceptaron el ofrecimiento y él pudo hablar durante veinte minutos sobre la condición de los muertos y la esperanza que hay para ellos. Todos estuvieron agradecidos por las palabras de consuelo, y en una ocasión posterior se le pidió que repitiera su discurso en otro funeral. Aprovechó la oportunidad. Sus esfuerzos no fueron en vano.”
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1960 | 1 de agosto
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Preguntas de los lectores
● Nuestro hijo, de diecisiete años de edad, ha sido ingobernable por varios años y a veces amenaza matarnos si no hacemos según él piensa y hace. Tiene un genio violento. No hace gran esfuerzo por hallar trabajo, pues dice que nosotros tenemos la responsabilidad de sostenerlo materialmente en cualquier cosa que él quiera. ¿Qué debemos hacer?—E. D., EE. UU.
El vencer las tendencias descarriadas en los hijos exige mucha paciencia de parte de los padres. Aunque tiene que haber firmeza, al mismo tiempo no debe haber duda alguna de que los padres verdaderamente aman a sus hijos. Continuamente debe apelarse a la autoridad bíblica y al raciocinio, y el ejemplo de los padres debe mostrar que ellos también están sujetos a éstos. Hasta cierta edad los hijos serán tratables, pero cuando un hijo que tiene entre trece y diecinueve años de edad se muestra plenamente rebelde, quizás sea necesario emplear medidas más severas.—Heb. 12:7-11.
En los días del Israel antiguo cuando un hijo se portaba abiertamente rebelde sus padres lo entregaban a los ancianos de la ciudad para que ellos lo castigaran. Estos decretaban muerte a pedradas. No se excusaba la rebeldía debido a juventud. Aunque hoy no tenemos una Teocracia típica que gobierne la tierra, sí tenemos dominio teocrático en el hogar y en la congregación, así como también una ley civil del país. Cuando un hijo rehúsa reconocer el dominio teocrático del hogar, se debe apelar al dominio teocrático de la congregación. Si el hijo rebelde rehúsa escuchar la voz de la congregación, los padres están cabalmente justificados en entregarlo a las autoridades del país para que traten con él como mejor les parezca. La posibilidad de esta acción quizás baste para hacer que el hijo rebelde se conforme a lo correcto.
Es cierto que los padres tienen la obligación de mantener a sus hijos, pero sólo mientras los hijos no puedan sostenerse a sí mismos y mientras reconozcan la jefatura de los padres y cooperen con el resto de los miembros de la familia. Si ellos rehúsan hacer esto, entonces no tienen derecho a las ventajas del abrigo paternal. En este caso también tendría aplicación el principio que se declara en 2 Tesalonicenses 3:10: “Si alguien no quiere trabajar, tampoco déjenle comer.”
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