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¿Existe el purgatorio?La Atalaya 1960 | 15 de septiembre
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la doctrina religiosa del purgatorio hace inválida la Palabra de Dios concerniente a la resurrección de los muertos. La verdad feliz es que no hay ningún purgatorio y que la resurrección es la esperanza que Dios da para los muertos.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1960 | 15 de septiembre
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Preguntas de los lectores
● ¿Cuál es el “lugar que se llama en hebreo Har–Magedón” (Apo. 16:16), y cómo puede decirse que los testigos de Jehová están reunidos en ese lugar ahora, y desde cuándo han estado reunidos?—Vea La Atalaya del 15 de agosto de 1957, página 510.
Durante el antiguo reino de Israel, cuando ejerció su mayor dominio desde el río Éufrates en el norte hasta el valle de torrentes de Egipto en el sur, nunca hubo un lugar llamado Har–Magedón, ni ha habido tal lugar allí desde entonces. Pero si existía un lugar llamado Meguido, una ciudad en la llanura de Jezreel, al sudeste del monte Carmelo. El rey de Meguido fue derrotado por Josué cuando Jehová introdujo a su pueblo en la tierra de Canaán y milagrosamente lo ayudó a tomar posesión de la tierra. (Jos. 12:7, 21) Sin embargo, no había ninguna montaña de Meguido, que es lo que significa la palabra griega Har–Magedón. No había tal lugar literalmente aun en los días del apóstol Juan cuando recibió La Revelación. Evidentemente, entonces, el “lugar” es simbólico, pero obtiene algo de su significado del nombre Magedón o Meguido, junto con todas sus asociaciones hasta el día de Juan.
En Meguido Josué combatió y venció al rey de ella. En las “aguas de Meguido” el juez Barac, acompañado de Débora la profetisa, derrotó a las fuerzas militares de Sisara, general del rey Jabín. En Meguido el rey Ocozías de Judá, después de haber sido herido de muerte por el rey ungido de Jehová, Jehú, murió. En Meguido el Faraón Necao de Egipto combatió con el rey Josías y lo mató. (Jue. 5:19; 2 Rey. 9:27; 23:29, 30) Por lo tanto en Meguido se libraron batallas decisivas, y allí se causaron muertes de importancia pública. En Apocalipsis 16:14, 16, en consecuencia, Har–Magedón se asocia apropiadamente con una batalla decisiva del futuro, “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso,” y en este lugar entonces debe acontecer una gran mortandad que afecte a todos los gobiernos nacionales de este mundo.
Las tres ranas simbólicas, o las tres declaraciones inspiradas que salen de la boca del Diablo, de su bestial agencia gobernante sobre la tierra y de la potencia mundial angloamericana obrando como un profeta falso, juntan a los gobernantes visibles de esta tierra y a sus ejércitos en Har–Magedón. ¿Por qué? Bueno, los reyes o gobernantes son demasiado prácticos para ser reunidos en un simple lugar o campo de batalla desocupado, sólo por el marchar que se requeriría para llegar allí. A los gobernantes se les podría persuadir a ir con sus tropas a cierto lugar o ubicación sólo porque hay un objetivo al que atacar unidamente. Los reyes o gobernantes saben a quiénes están atacando; no es a algo imaginario o simbólico. Los gobernantes mundanos son hombres naturales y no disciernen cosas espirituales. Por eso tienen que tener allí algunos enemigos visibles, tangibles, a quienes atacar. ¿Quiénes son?
El nombre Meguido significa “cita o asamblea de tropas.” Har–Magedón en consecuencia querría decir “el monte de la asamblea de tropas.” Esto explica por qué los ejércitos de los “reyes de toda la tierra” se trasladan a ese lugar. Marchan para atacar las tropas que ya están reunidas en el monte Meguido. La antigua Meguido estaba en la tierra del pueblo escogido de Jehová. Por eso el pueblo o tropas ya congregadas allí tienen que ser los del resto de los seguidores ungidos de Jesucristo, en este tiempo del fin del mundo, porque ellos son el objeto de aborrecimiento por todas las naciones del mundo y son el blanco de su ataque. (Mat. 24:9) Participan en una guerra espiritual al anunciar el reino de Dios, y están equipados con la armadura completa de Dios. Por eso todas las naciones y sus gobernantes se sienten envalentonados para atacarlos a fin de detener su proclamación del reino establecido de Dios. El resto del Israel espiritual de Jehová, el resto de ungidos seguidores de las pisadas de Jesucristo, por lo tanto está identificado con Har–Magedón. Realmente el resto está representado por Har–Magedón, el lugar, o el Monte de la Asamblea de Tropas. El lugar no es lo que está bajo ataque; es el pueblo que está allí en su propio territorio, el pueblo de Jehová. Por eso el libro Luz, tomo 2, publicado en 1930, dijo:
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