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Otros “dichos” de JesúsLa Atalaya 1960 | 1 de noviembre
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ningún valor ministerial obligatorio ahora para los cristianos dedicados.
Sin embargo, si consideramos estos fragmentos desde el punto de vista de manuscritos, una vez más nos ayudan a exponer como equivocados a los altos críticos. Estos críticos han sostenido tenazmente que el Evangelio de Juan no fue escrito sino hasta 150 d. de J.C., y que el que lo escribió no fue el apóstol Juan. Puesto que estos fragmentos tienen tantas expresiones paralelas a las que se hallan en el registro de Juan, eso indica fuertemente que el escritor usó los escritos de Juan como base. Por lo tanto el registro de Juan tiene que haberse escrito mucho antes de 150 d. de J.C. para que se hallara circulando en Egipto donde se escribieron estos fragmentos alrededor del mismo tiempo. De manera que estos fragmentos, apoyados por el hallazgo en 1935 del fragmento del Evangelio de Juan (Papiro Rylands Gk 457) al cual también le han puesto la fecha de a mediados del segundo siglo y que fue hallado en Egipto, confirman que la fecha en que se escribió el registro de Juan es la generalmente aceptada fecha de 98 d. de J.C.
[Referencias]
a Light from the Ancient Past, 1946, por J. Finegan, págs. 322, 323.
b Fragments of an Unknown Gospel, 1935, por H. I. Bell y T. C. Skeat, pág. 65, Grabado I.
c Nomina Sacra, por Traube, III, i, pág. 32.
d Fragments of an Unknown Gospel, por Bell y Skeat, pág. 2.
e The Bible and Archaeology, 1940, por Sir Federico Kenyon, págs. 216, 217.
g Juan 10:25.
h Mat. 22:17.
i Mat. 9:4.
j Luc. 6:46.
k Mat. 15:7-9.
l Juan 5:39.
m Juan 5:45.
n Juan 9:29.
o Juan 8:59; 10:31.
p Juan 7:30.
q Luc. 4:30.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1960 | 1 de noviembre
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Preguntas de los lectores
● En Daniel 11:37 (Mod) leemos acerca del “rey del Norte”: “No hará caso, ni tampoco del deseo de las mujeres.” ¿Quiénes son las “mujeres” a las cuales se hace referencia aquí?—J. H., EE. UU.
Repetidamente en las Escrituras, desde Génesis hasta el fin de Apocalipsis, se usa a la mujer para representar una ciudad o una organización. (Gén. 3:15; Isa. 62:2; Gál. 4:26; Apo. Rev. 12:1) Así como Dios dio a Adán una mujer, Eva, como “un ayudante para él,” de igual manera organizaciones han servido como ayudantes o criadas a aquellos que las formaron o que llegaron a dominarlas. Esto ha sido cierto no sólo respecto a Jehová Dios, como se hace notar en las referencias ya citadas, sino también respecto a Satanás el Diablo, porque él también tiene su mujer: “Y la mujer que viste significa la gran ciudad que tiene un reino sobre los reyes de la tierra.”—Apo. Rev. 17:18.
El término “mujeres” en Daniel 11:37 tiene que aplicarse en un sentido simbólico, puesto que el “rey del Norte” no es un solo hombre sino que se refiere a los factores gobernantes de una potencia mundial moderna totalitaria. Las “mujeres” por lo tanto se referirían a todos aquellos grupos u organizaciones que sirven como vasos más débiles o como criadas al rey del norte dentro de los dominios de él. Estos son los cuerpos u organizaciones culturales, científicos, religiosos, y otros por el estilo, que tienen ciertos deseos, formas de adoración o “dioses” propios de ellos pero que son pasados por alto por el rey del norte en su adoración del “dios de las fortalezas.” También se incluyen entre estas “mujeres” los países satélites, particularmente los cabecillas de éstos, quienes tienen ciertas ambiciones o deseos propios de ellos respecto a sus propios países pero que son pasados por alto por el rey del norte si no coinciden con las ambiciones de él, como fue el caso particularmente en Hungría y como se notó hasta cierto grado recientemente en la prensa respecto a Polonia. Pudiera decirse que el mariscal Tito sacó a su Yugoeslavia del dominio de la Rusia comunista porque no quiso subordinar sus deseos; no quiso desempeñar el papel de una mujer o criada de la Rusia comunista. Todos los que sí se someten son como “mujeres” para con el tiránico rey del norte.
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