Preguntas de los lectores
● En la Escuela de Galaad de la Wátchtower se me dijo que era costumbre judía matar a los pecadores condenados antes de colgarlos en un madero. ¿Cuál es la prueba para esto?—R. H., Perú.
En Deuteronomio 21:22, 23 (UTA) se da esta instrucción: “Si alguien ha cometido un crimen que se castiga con la muerte, y ha sido ejecutado, y ustedes lo han empalado en un poste, su cadáver no debe permanecer toda la noche en el poste; sino que deben estar seguros de enterrarlo el mismo día; porque un hombre empalado es una vergüenza terrible, y ustedes no deben de contaminar la tierra que el SEÑOR su Dios les está dando como herencia.” Esto manifiesta que después de haber sido ejecutado, el condenado era empalado, y después se habla de él como un cadáver. El tener su cuerpo colgado en el madero añadía a su vergüenza y también servía de ejemplo a los demás para que evitaran semejante fin infeliz debido a la desobediencia.
Tal exhibición pública como amonestación a otros probablemente fué el propósito cuando cabecillas de la adoración de Baal-peor fueron muertos y colgados. “Jehová dijo a Moisés, Toma a todos los jefes del pueblo y cuélgalos a Jehová delante del sol, para que la ardiente ira de Jehová se aparte de Israel. Y Moisés dijo a los jueces de Israel, Matad vosotros a cada uno de sus hombres que se han unido a Baal-peor.” Además, Jehová trajo una plaga contra los que siguieron a estos cabecillas a la adoración demoníaca; de modo que el total de muertos fué de 24,000. Al parecer cerca de mil de los muertos eran cabecillas, y 23,000 fueron víctimas directas de la plaga que Jehová envió. (Núm. 25:4, 5, 9, AN; 1 Cor. 10:8) Pero el punto que ha de notarse aquí es que estos líderes de la transgresión fueron muertos por los “jueces de Israel”, y luego colgados. No fueron muertos mediante el ser colgados.
Fué esta instrucción del Deuteronomio la que se tuvo presente cuando Josué trató con el rey de Hai: “Al rey de Hai le colgó en un madero [árbol, margen] hasta la tarde. Mas cuando se puso el sol, Josué dió orden, y bajaron su cadáver del madero.” (Jos. 8:29) Note que tanto aquí como en el Deuteronomio fué el cadáver o cuerpo el que fué bajado, no la persona viva. Si el criminal hubiera sido colgado en el madero estando vivo, generalmente hubiera estado vivo cuando el tiempo para removerlo hubiera llegado, como fué el caso con los ladrones empalados con Jesús. El hecho de que Jesús murió en el intervalo de ese tiempo breve produjo admiración. (Juan 19:32, 33) Por supuesto, ese empalamiento fué ejecutado por los romanos, y según su costumbre las víctimas eran colgadas vivas en los postes. La práctica judía de matar a los empalados primero también se manifiesta por Josué 10:26 (UTA): “Josué los hirió y los mató, y los hizo colgar en cinco maderos; y quedaron colgados en aquellos maderos hasta la tarde.” La remoción del cuerpo a la puesta del sol impedía cualquier hinchazón o hedor de descomposición o desfiguración por bestias salvajes durante la noche.
● Isaías 7:14 predice que el Mesías había de llamarse “Emmanuel”, sin embargo Jesús no fué llamado así. ¿Por qué no?—J. W., California.
Que esta profecía adecuadamente fué cumplida por Cristo Jesús se aclara en el Evangelio de Mateo. Si no hubiera tenido su cumplimiento adecuado, entonces Mateo no hubiera tenido la base para llamar la atención específica a ello, como lo hizo en el capítulo 1, versículos 22, 23 (NM): “Todo esto realmente sucedió para que se cumpliera lo que fué dicho por Jehová mediante su profeta, diciendo, ‘¡Miren! la virgen llegará a estar preñada y dará a luz un hijo, y le llamarán “Emmanuel”,’ que significa, cuando se traduce, ‘Con nosotros está Dios.’” La cosa importante es que este nombre tenía significado, y Jesús cumplió ese significado. Él fué el Representante de Jehová, el Ungido de Jehová, el Cristo o Mesías. Al enviar el Mesías a los judíos Dios mostró que él estaba con ellos, no contra ellos. Él continuó con el resto judío fiel que aceptó a Jesús el Mesías, y él está con los que aceptan a Cristo el Rey entronizado en este tiempo.
Otros nombres fueron predichos para el Mesías. Por ejemplo, Isaías 9:6 declara concerniente a él: “Se le darán por nombres suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz.” No obstante todos estos nombres no se usaron hacia Jesús como nombres personales para llamarlo. Él cumplió el significado de estos nombres, y ése es el sentido en que fueron dados proféticamente, para mostrar sus cualidades y los oficios buenos que desempeñaría para los obedientes. Es lo mismo con el nombre Emmanuel. Él llenó los requisitos de su significado y así cumplió la profecía que designó tal nombre para el Mesías, aun cuando Jesús y no Emmanuel fué usado como su nombre personal, el cual también fué muy significativo.—Mat. 1:21.