-
¿Por qué estudiar en la escuela?La Atalaya 1972 | 1 de junio
-
-
verdadero, puedes poner un ejemplo excelente aplicándote a tu tarea escolar. Eso te acreditará a ti, a tus padres y al Dios a quien adoras. Puedes ser como Daniel y sus tres amigos que se aplicaron en el sistema educativo de la Babilonia antigua y recibieron encomio por su diligencia. Al mismo tiempo, ellos también tuvieron que tratar con personas faltas de principios, pero pusieron en primer lugar su adoración a Dios y no transigieron en sus normas elevadas.
Los jóvenes cristianos deben hallar gran estímulo e incentivo en este hecho: muchas de las habilidades y conocimientos prácticos que desarrollen ahora por medio de aplicarse serán útiles por más tiempo que solo durante una breve vida en este sistema de cosas. ¿Por qué? Porque todo este sistema inicuo está acercándose a su fin. Dentro de poco será reemplazado por el justo nuevo orden de Dios en el cual las personas de corazón sincero y honrado podrán disfrutar de vida eterna. (1 Juan 2:15-17) En ese nuevo orden se cumplirá la promesa de Dios: “La obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal.” (Isa. 65:22) De modo que los buenos hábitos de estudio y trabajo que los jóvenes aprendan ahora resultarán ser una fuente de satisfacción y gozo para siempre en el nuevo orden de Dios.
-
-
Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1972 | 1 de junio
-
-
Preguntas de los lectores
● Puesto que la ley de Dios prohíbe el comer sangre, ¿hay alguna objeción al uso de vitaminas que contienen médula o tuétano rojo del hueso, hígado desecado y derivados orgánicos similares?—EE. UU.
La ley de Dios sobre la sangre, según fue dada a Noé y su familia, requería que un animal fuera desangrado adecuadamente antes de ser usado como alimento. (Gén. 9:3, 4) Ese requisito también aplica a los cristianos, como se muestra en Hechos 21:25.
A los judíos, bajo el pacto de la Ley, se les dieron detalles adicionales, a saber: “Cuando quiera que tu alma lo desee con vehemencia podrás degollar, y tendrás que comer carne . . . Solo que la sangre no deben comerla ustedes. Sobre la tierra debes derramarla como agua.” También: “No deben comer grasa alguna ni sangre alguna.” (Deu. 12:15, 16; Lev. 3:17) Ninguna restricción en cuanto a comer grasa se le expresó a Noé, y en el primer siglo E.C., cuando el cuerpo gobernante cristiano volvió a declarar la prohibición contra el comer sangre, no se incluyó la restricción en cuanto a grasa. De modo que eso aplicó únicamente a Israel. Sin embargo, la prohibición contra el comer sangre sí aplica a los cristianos, y los detalles suministrados en la Ley nos ayudan a comprender su aplicación.
Por supuesto, aun el desangrar adecuadamente no remueve por completo todo vestigio de sangre de los músculos y órganos de los animales. Pero mientras un animal haya sido desangrado adecuadamente, cualquier parte de él puede usarse como alimento o de otras maneras.
Aunque el tuétano rojo del hueso desempeña un papel vital en la formación de la sangre, esto no hace que el tuétano o médula sea cosa incorrecta como alimento. Es digno de notarse que el profeta Isaías hace referencia a “platos con mucho aceite llenos de médula” en conexión con un “banquete” que Jehová mismo suministra para su pueblo.—Isa. 25:6.
Esto aclara que no hay objeción al uso de productos animales con tal que la ley de Dios tocante a la sangre se haya obedecido. Si una persona tiene dudas en cuanto a si ciertas vitaminas y otros productos se producen de animales que no han sido sangrados adecuadamente, sería bueno investigar el asunto personalmente escribiendo al fabricante de los artículos en cuestión.
● Juan 21:18, 19 dice respecto al apóstol Pedro: “‘Cuando eras más joven, tú mismo te ceñías y andabas por donde querías. Mas cuando envejezcas extenderás tus manos y otro te ceñirá y te cargará a donde no desees.’ Esto lo
-