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Las profecías de Daniel... sueños que le afectan a ustedLa Atalaya 1986 | 1 de octubre
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Las profecías de Daniel... sueños que le afectan a usted
“Me vuelvo a sus antiguos profetas del Viejo Testamento y las señales que predicen el Armagedón, y me pregunto si... si nosotros somos la generación que verá ocurrir eso. No sé si habrán notado algunas de las profecías recientemente, pero, créanme, ciertamente describen los tiempos en que estamos viviendo.” (Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos.)
EL PRESIDENTE Reagan no es el único que se ha preguntado si los tiempos en que estamos viviendo son los que fueron predichos en las profecías bíblicas. Millones de otras personas también están sorprendidas por la manera como las condiciones mundiales corresponden con las profecías bíblicas. No obstante, estas profecías no solo predicen un tiempo de angustia sin precedente, sino también un justo nuevo sistema de cosas que le seguirá inmediatamente.
Este artículo da principio a una serie de artículos que aparecerá en cuatro números consecutivos de La Atalaya; han sido preparados para familiarizarlo a usted con uno de estos profetas de la antigüedad, cuyo nombre era Daniel. Quizás usted sepa algo acerca de él. Era un judío de nacimiento noble. Mientras todavía era joven, Daniel fue deportado a Babilonia, donde fue educado en la corte de Nabucodonosor, el segundo rey del imperio neobabilonio. Esto ocurrió hacia fines del séptimo siglo a.E.C., antes de la destrucción de Jerusalén. Daniel permaneció en cautiverio hasta la caída de Babilonia en 539 a. E.C., después de la cual sirvió en la corte de los primeros gobernantes medopersas. Durante su exilio, Daniel interpretó sueños y tuvo visiones inspiradas que afectan nuestro día. Sí, usted y su familia están implicados en lo que Daniel predijo.
Sueños y visiones proféticos
Los sueños y las visiones del libro de Daniel son, de hecho, profecías de corto y de largo alcance. Son historia mundial escrita de antemano. Suministran previsiones de hombres, dinastías e imperios políticos que desde el día de Daniel, y en el transcurso de la historia hasta “el tiempo del fin”, han luchado para conseguir el poder. (Daniel 8:17, 19.)
El cumplimiento de las profecías de corto alcance debe inspirar en nosotros confianza en las profecías de largo alcance que se extienden hasta nuestro día. ¿Cuáles son algunas de estas predicciones de corto alcance?
Una de ellas fue el sueño acerca de un árbol inmenso que fue cortado y atado por “siete tiempos”, o años, antes que se le permitiera crecer de nuevo. (Daniel 4:10-17.) En su cumplimiento de corto alcance, esta profecía aplicó al que tuvo el sueño, el rey Nabucodonosor. Después de solo un año, este gobernante fue ‘cortado’, aparentemente al sufrir de una enfermedad mental. Por siete años se comportó como una bestia del campo. Entonces, “al fin de los días” predichos, Nabucodonosor recuperó el juicio y su trono. (Daniel 4:28-37.) De acuerdo con The International Standard Bible Encyclopedia, fuentes antiguas indican que Nabucodonosor sí se enfermó hacia el fin de su reinado. Pero aquel sueño también tuvo un cumplimiento de largo alcance, como lo mostrará más adelante uno de los artículos de esta serie.
Otra profecía de corto alcance registrada en el libro de Daniel se suministró mediante la escritura milagrosa representada sobre la pared del salón de banquetes donde el nieto de Nabucodonosor, Belsasar, y sus príncipes estaban festejando. (Capítulo 5 de Daniel.) Ellos estaban profanando los vasos sagrados que fueron tomados del templo de Jehová en Jerusalén. Bajo inspiración, Daniel interpretó aquel mensaje de juicio divino. Y en cumplimiento de este, “aquella misma noche” Babilonia cayó y “Belsasar el rey caldeo fue muerto”, tal como fue confirmado por el historiador griego Jenofonte. (Daniel 5:30.) Pero hoy día hay una escritura sobre la pared del actual inicuo sistema de cosas. Esto también se considerará en uno de los artículos de esta serie.
Se rompe el sello durante “el tiempo del fin”
Hacia la parte final de este libro profético, Daniel registró el siguiente mensaje que recibió de un ángel: “Y en cuanto a ti, oh Daniel, haz secretas las palabras y sella el libro, hasta el tiempo del fin. Muchos discurrirán, y el verdadero conocimiento se hará abundante”. (Daniel 12:4.)
Hoy día, “el verdadero conocimiento” del cumplimiento de las profecías bíblicas ciertamente ha llegado a ser abundante. Este creciente entendimiento ha convencido a millones de estudiantes sinceros de la Biblia de que realmente estamos viviendo en “el tiempo del fin” y que el justo Reino de Dios está cerca. (Daniel 2:44.) Para mostrar la pertinencia del libro de Daniel con relación a esto, la publicación Soncino Books of the Bible declara: “El triunfo final de la justicia, que resulta en el establecimiento del Reino de Dios, es fundamental en Daniel”.
¿Desea usted “el triunfo final de la justicia”? Si así es, entonces las visiones y los sueños proféticos de Daniel son de vital interés para usted. El siguiente artículo lo familiarizará con algunos de estos y presentará prueba de que Daniel es un libro de profecías auténtico.
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Daniel... libro de profecías auténticoLa Atalaya 1986 | 1 de octubre
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Daniel... libro de profecías auténtico
EL REGISTRO bíblico dice: “En el primer año de Belsasar el rey de Babilonia, Daniel mismo contempló un sueño y visiones de su cabeza sobre su cama. En aquel tiempo puso por escrito el sueño mismo. La narración completa de los asuntos informó”. (Daniel 7:1.)
Fue en la parte final del sexto siglo a.E.C. cuando Daniel escribió esto y otros sueños y visiones que nos afectan hoy día. Nosotros tenemos “la narración completa” de tales visiones en el libro profético de Daniel.
Profeta auténtico
Cristo mismo dio testimonio de que Daniel era profeta. Es interesante que Jesús lo haya hecho en su propia profecía respecto a la señal de su “presencia y de la conclusión del sistema de cosas”. De esta manera, hizo resaltar el cumplimiento completo de la profecía de Daniel para nuestro día, cuando estamos presenciando las diferentes partes de la señal, tales como las guerras internacionales, las escaseces de alimento, los terremotos y los dolores de angustia por todo el mundo. (Mateo 24:3-8, 15.)
Jesús declaró: “Muchos falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos; [...] estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo (use discernimiento el lector), entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas. [...] En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas”. (Mateo 24:11-34.)
El que Jesús advirtiera que habría falsos profetas poco antes de referir a sus discípulos a “Daniel el profeta” demuestra que Jesús consideraba a Daniel un profeta verdadero de Dios. En el artículo anterior hemos notado que algunas de las expresiones proféticas que Daniel escribió bajo inspiración, tales como las que predijeron la demencia temporal de Nabucodonosor y la caída de Babilonia, tuvieron su cumplimiento durante los días de Daniel. Pero Daniel también predijo cosas que ocurrirían siglos después. ¿Cuáles son algunas de esas profecías de largo alcance registradas en el libro de Daniel?
La venida y la muerte del Mesías
Una profecía que definitivamente muestra que Daniel es un profeta auténtico se conoce como la profecía de las 70 semanas. Parte de esta dice así: “Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, y para acabar con el pecado, y para hacer expiación por el error [...] Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas [69 en total]. [...] Y después de las sesenta y dos semanas [o sea, 7 + 62, o después de la semana 69] Mesías será cortado [...] Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana [la semana 70]; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva”. (Daniel 9:24-27.)
Muchos escriturarios judíos, católicos y protestantes concuerdan con el hecho de que las “semanas” de esta profecía son semanas de años. La Sagrada Biblia (1925), de Félix Torres Amat, dice lo siguiente: “Se han fijado setenta semanas de años para tu pueblo”. Esos 490 años empezaron en 455 a.E.C., cuando el rey persa Artajerjes autorizó a Nehemías a “restaurar y reedificar a Jerusalén”. (Nehemías 2:1-8.) Sesenta y nueve semanas de años más tarde, o sea, en 29 E.C., Jesús fue bautizado y ungido, y llegó a ser el Cristo o el Ungido, el Mesías. “A la mitad de la semana [70]”, en 33 E.C., Jesús fue “cortado”. Su muerte en sacrificio hizo expiación por los pecados de la humanidad, y así hizo que ‘cesaran’ los sacrificios de animales que se ofrecían bajo la ley de Moisésa.
Debido a esta profecía confiable, el pueblo judío del primer siglo “sabía que las setenta semanas de años que Daniel había fijado estaban llegando a su fin; nadie quedó sorprendido al oír a Juan el Bautista anunciar que el reino de Dios se había acercado”. (Manuel Biblique, por Bacuez y Vigouroux.)
Potencias mundiales semejantes a bestias
Otra profecía de largo alcance y de suma importancia para toda persona hoy día predijo la sucesión de potencias mundiales que fueron simbolizadas por bestias espantosas que tendrían que dar paso al Reino de Dios.
Daniel relató lo siguiente: “Sucedió que estuve contemplando en mis visiones durante la noche [...] Y cuatro enormes bestias estaban saliendo del mar, y cada una era diferente de las otras. La primera era como un león [...] Y, ¡pues vea!, otra bestia, una segunda, y ésta era como un oso. [...] Y, ¡pues vea!, otra bestia, una como un leopardo [...] Después de esto seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea!, una cuarta bestia, espantosa y terrible y extraordinariamente fuerte. [...] En cuanto a estas enormes bestias, porque son cuatro, hay cuatro reyes que se pondrán de pie desde la tierra. Pero los santos del Supremo recibirán el reino, y ellos tomarán posesión del reino para tiempo indefinido”. (Daniel 7:2-18.)
Cuando consideramos otra visión que Daniel tuvo, queda claro que estas bestias representan potencias mundiales. Al explicar esta visión, él dijo: “El carnero que tú viste que poseía los dos cuernos representa a los reyes de Media y Persia. Y el macho cabrío peludo representa al rey de Grecia”. (Daniel 8:20, 21.)
De manera similar, las cuatro bestias mencionadas en el capítulo 7 de Daniel simbolizan cuatro potencias mundiales desde el día de Daniel hasta el tiempo del establecimiento del Reino de Dios. Daniel vivió hasta después de la caída de la Potencia Mundial Babilónica (el león) y vio entrar en poder a su sucesora, Medopersia (el oso). La profecía de largo alcance de Daniel predijo que Medopersia caería ante Grecia (el leopardo), que en cambio sería reemplazada por “una cuarta bestia”, el Imperio Romano y lo que resultó de este, el Imperio Mundial Angloamericanob.
Daniel predijo con exactitud la sucesión de las potencias mundiales, las cuales han derramado sangre como bestias salvajes debido a su deseo vehemente por la supremacía mundial. De igual manera, el justo Reino que él predijo reemplazará a las potencias políticas modernas dentro de poco. En una visión Daniel vio “al Anciano de Días”, Jehová Dios, dar al “hijo del hombre”, Jesús el Mesías, la “gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos sirvieran aun a él”. ¿Proveerá esto una solución duradera a los problemas de la humanidad? Sí, pues la gobernación de Jesús se describe aquí como “una gobernación de duración indefinida que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas”. (Daniel 7:13, 14; compárese con Mateo 16:27, 28; 25:31.)
Las profecías de corto y de largo alcance que han sido consideradas brevemente en estos dos artículos son sencillamente una muestra de los sueños, las visiones y las profecías registradas en el libro de Daniel. Estos ejemplos prueban que Daniel es un libro de profecías auténtico... historia escrita de antemano. Estas profecías continúan cumpliéndose en el siglo XX y proveen una maravillosa esperanza, como se explicará en los siguientes números de esta revista.
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