De nuestros lectores
Los jóvenes preguntan
Gracias por la dura labor que realizan al preparar los artículos de “Los jóvenes preguntan”. No hay duda de que esta serie ha ayudado a millones de jóvenes, incluso a mí. Los artículos me dicen por qué hago ciertas cosas que hago y cómo evitar cometer errores tontos.
F. B., Luisiana, E.U.A.
Estoy completamente de acuerdo con el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿A quién puedo ir si tengo problemas?” (8 de noviembre de 1983). Acabo de empezar la escuela intermedia este año, y, como muchos adolescentes, he tenido muchos problemas. Temía hablar con mis padres acerca de estos problemitas. Pero cuando por fin lo hice, mis padres me ayudaron a solucionarlos. Esta ayuda fue ciento por ciento mejor que la que pudiera haber recibido de los de mi edad. Mis padres me hicieron sentir que podía llevarles cualquier problema que tuviera.
M. S., Canadá
Estoy totalmente de acuerdo con el consejo del artículo “¿A quién puedo ir si tengo problemas?”. Lo sé por experiencia. De joven, muchas muchachas se mofaban de mí porque no vestía como ellas y no les confiaba mis problemas. Mi amiga más allegada era mi madre. Así que ellas me dejaban fuera del grupo, lo cual me hacía sentir muy solitaria. ¿Cuál ha sido el resultado? He tenido la oportunidad de asociarme con adultos, y así he aumentado mi conocimiento y experiencia y he madurado tanto en sentido emocional como espiritual.
C. R., Italia
Me regocijé muchísimo cuando recibí el ejemplar de ¡Despertad! del 22 de diciembre de 1983 con el artículo “¿Cómo puedo encararme a la desilusión?”. Cuando uno lee estos artículos para los jóvenes es como hablar con un amigo que realmente comprende a uno. Valoro la información como si fuera plata y oro. Muchísimas gracias.
T. P., Virginia, E.U.A.
Los matrimonios entre adolescentes
Les escribo para decirles lo mucho que agradezco los artículos sobre matrimonios entre adolescentes (22 de enero de 1984). Puedo en realidad identificarme con muchas de las situaciones que ustedes mencionaron. Había creído que porque tenía 18 años de edad podía hacer lo que quería. ¡Qué equivocada estaba! Le dije a mis padres que sabía lo que quería. Ahora entiendo lo que ellos trataban de decirme. Espero que otros jóvenes presten mucha atención a esos artículos. Si lo hacen, se pueden evitar muchos sufrimientos.
M. M., Ohio, E.U.A.
El alcoholismo
Ésta tiene que ver con el artículo que publicaron sobre “El alcoholismo” (22 de noviembre de 1982) y la carta que envié, la cual apareció publicada en la sección “De nuestros lectores” del 22 de febrero de 1983. Ha pasado más de un año, y se me ocurrió la idea de que pudiera compartir mi gozo con ustedes, porque todavía ‘no he tomado ni siquiera una gota de cualquier bebida alcohólica, sin importar lo que haya pasado’. Verdaderamente se lo debo al modo como se presentó esa información; pude entenderla y luego aplicarla a mí mismo. ¡Pensé que disfrutarían de saber más detalles sobre mi caso, tal como yo he disfrutado de estar sobrio!
A. N., Virginia, E.U.A.