CAPÍTULO 16
Reuniones para adorar a Dios
1. Cuando los discípulos se reunieron, ¿qué ayuda recibieron, y por qué la necesitaban?
POCO después de la resurrección de Jesús, sus discípulos se reunieron para animarse unos a otros, pero lo hicieron a puerta cerrada por miedo a sus enemigos. Sin duda, sus temores se disiparon cuando Jesús apareció en medio de ellos y dijo: “Reciban espíritu santo” (lea Juan 20:19-22). Más tarde se volvieron a reunir, y Jehová derramó espíritu santo sobre ellos, algo que los fortaleció muchísimo para la obra de predicar que les esperaba (Hech. 2:1-7).
2. a) ¿Cómo nos da fuerza Jehová, y por qué la necesitamos? b) ¿Por qué es tan importante la Noche de Adoración en Familia? (Vea la nota y el recuadro “Adoración en familia”.)
2 Hoy día afrontamos problemas parecidos a los de nuestros hermanos del siglo primero (1 Ped. 5:9). Es probable que a veces sintamos temor al hombre; además, para seguir predicando necesitamos la fuerza que Jehová nos da (Efes. 6:10). Dicha fuerza la obtenemos sobre todo mediante las reuniones. En la actualidad tenemos el privilegio de asistir a dos instructivas reuniones semanales: la Reunión Pública y el Estudio de La Atalaya, y la reunión de entre semana Vida y Ministerio Cristianos.a También disfrutamos de cuatro reuniones especiales al año: una asamblea regional, dos asambleas de circuito y la Conmemoración de la muerte de Cristo. ¿Por qué es fundamental que asistamos a todas? ¿Cuál es la historia de las reuniones que celebramos hoy día? ¿Y qué revela sobre nosotros la actitud que tenemos hacia ellas?
¿Por qué nos reunimos?
3, 4. ¿Qué espera Jehová de su pueblo? Dé ejemplos.
3 Jehová siempre ha mandado que su pueblo se reúna para adorarlo. Por ejemplo, en el año 1513 antes de nuestra era le dio su Ley a la nación de Israel, y en ella estipuló que las familias debían dedicar todos los sábados a adorarlo y aprender la Ley (Deut. 5:12; 6:4-9). Cuando los israelitas obedecían este mandato, las familias se fortalecían y toda la nación se mantenía fuerte y limpia en sentido espiritual. Pero cuando desobedecían y descuidaban requisitos como reunirse regularmente para adorar a Jehová, perdían su favor (Lev. 10:11; 26:31-35; 2 Crón. 36:20, 21).
4 Pensemos también en el ejemplo que puso Jesús. Él tenía la costumbre de ir a la sinagoga cada sábado (Luc. 4:16). Después de su muerte y resurrección, los discípulos siguieron reuniéndose regularmente aunque ya no estaban bajo la ley sabática (Hech. 1:6, 12-14; 2:1-4; Rom. 14:5; Col. 2:13, 14). En aquellas reuniones, además de recibir instrucción y ánimo, los cristianos del siglo primero ofrecían sacrificios de alabanza a Dios mediante sus oraciones, comentarios y cánticos (Col. 3:16; Heb. 13:15).
5. ¿Por qué asistimos a reuniones semanales y asambleas anuales? (Vea también el recuadro “Reuniones anuales que unen al pueblo de Dios”.)
5 De igual modo, cuando asistimos a nuestras reuniones semanales y a las asambleas anuales, mostramos nuestro apoyo al Reino de Dios, recibimos fuerza del espíritu santo y animamos a otros con nuestras expresiones de fe. Lo que es más importante, tenemos la oportunidad de adorar a Jehová mediante oraciones, comentarios y cánticos. Aunque nuestras reuniones tengan una estructura diferente de las que celebraban los israelitas y los cristianos del siglo primero, siguen siendo igualmente importantes. ¿Cómo fueron organizándose las reuniones que hoy conocemos?
Reuniones semanales que incitan “al amor y a las obras excelentes”
6, 7. a) ¿Cuál es el propósito de nuestras reuniones? b) ¿Cómo variaban las reuniones entre los diferentes grupos?
6 Cuando el hermano Charles Taze Russell comenzó a buscar la verdad de la Palabra de Dios, vio la necesidad de reunirse con otras personas que buscaran lo mismo. En 1879 escribió: “Me he unido a otras personas de Pittsburgh a fin de organizar y mantener una clase para analizar las Escrituras todos los domingos”. A los lectores de la revista Watch Tower se les animó a formar grupos, y para 1881 se estaban celebrando reuniones todos los miércoles y domingos en Pittsburgh (Pensilvania, Estados Unidos). La revista Watch Tower de noviembre de 1895 señaló que el propósito de estas ocasiones era cultivar “el compañerismo, el amor y la comunión cristianos” y dar a los asistentes la oportunidad de animarse unos a otros (lea Hebreos 10:24, 25).
7 Durante muchos años, el formato y la frecuencia de las reuniones variaban entre los diferentes grupos de Estudiantes de la Biblia. Por ejemplo, una carta de un grupo de Estados Unidos que se publicó en 1911 decía: “Como mínimo, nos reunimos cinco veces a la semana”. En su caso, ¿qué días eran? Los lunes, miércoles, viernes y dos veces los domingos. Otra carta, enviada por un grupo de África y publicada en 1914, decía: “Dos veces al mes celebramos reuniones que comienzan el viernes y duran hasta el domingo”. Con el tiempo, sin embargo, se adoptó el formato actual. Analicemos brevemente la historia de cada reunión.
8. ¿Qué temas trataron algunos de los primeros discursos públicos?
8 La Reunión Pública. En 1880, un año después de empezar a publicar la revista Watch Tower, el hermano Russell siguió el ejemplo establecido por Jesús e inició una gira de predicación (Luc. 4:43). En ese proceso, estableció el modelo de lo que es actualmente nuestra Reunión Pública. Al anunciar el viaje, la revista Watch Tower dijo que al hermano Russell “le complacería hablar en público sobre el tema ‘Asuntos relacionados con el Reino de Dios’”. En 1911, después de establecerse clases, o congregaciones, en varios países, se animó a cada una de ellas a enviar oradores competentes a las zonas vecinas para pronunciar una serie de seis discursos sobre temas como el juicio y el rescate. Al final de cada discurso se anunciaba quién sería el orador la semana siguiente y el tema que se presentaría.
9. ¿Qué cambios ha habido en la Reunión Pública a través de los años, y cómo podemos apoyar esta reunión?
9 En 1945, la revista The Watchtower anunció el comienzo de una campaña mundial para presentar en la Reunión Pública una serie de ocho discursos bíblicos sobre “problemas urgentes de nuestros tiempos”. Durante muchas décadas, los oradores no solo utilizaron los temas proporcionados por el esclavo fiel; también presentaron conferencias preparadas por ellos mismos. Sin embargo, en 1981 se les indicó a todos que debían seguir los bosquejos que se proporcionaban a las congregaciones.b Hasta 1990, algunos de estos bosquejos requerían la participación del auditorio o incluían demostraciones; pero ese año, las instrucciones para discursos públicos indicaron que ya no se incluyera nada de esto. Un nuevo cambio se produjo en enero del 2008, cuando la duración de las conferencias se redujo de cuarenta y cinco a treinta minutos. Ahora bien, aunque se ha modificado el formato, los discursos bien preparados siguen fortaleciendo nuestra fe en la Palabra de Dios y educándonos sobre diversos aspectos de su Reino (1 Tim. 4:13, 16). ¿Invitamos con entusiasmo a las personas que estamos visitando y a otras que no son Testigos a escuchar esos importantes discursos basados en la Biblia?
10-12. a) ¿Qué cambios ha experimentado el formato del Estudio de La Atalaya? b) ¿Qué conviene que nos preguntemos?
10 El Estudio de La Atalaya. En 1922, algunos ministros conocidos como peregrinos, a los que la Sociedad Watch Tower enviaba para pronunciar discursos en las congregaciones y encabezar la predicación, recomendaron que de forma regular se dedicara una reunión al estudio de La Atalaya. La sugerencia se aceptó y los estudios de La Atalaya comenzaron a celebrarse, bien entre semana, bien el domingo.
11 La revista The Watchtower del 15 de junio de 1932 dio más instrucciones respecto a cómo debería efectuarse dicha reunión. Utilizando como modelo el estudio que se realizaba en el Hogar Betel, el artículo explicaba que un hermano debía conducir la reunión. Tres hermanos podían sentarse al frente de la sala de reuniones y turnarse para leer los párrafos. En aquel entonces, los artículos no incluían preguntas impresas, por eso se decía al conductor que pidiera a los presentes que formularan preguntas sobre la información que se estaba analizando; luego debía pedir al resto del auditorio que respondiera a esas preguntas. Si se necesitaban más aclaraciones, el conductor podía ofrecer una explicación “breve y concisa”.
12 Inicialmente, se permitía que cada congregación seleccionara el número de la revista que la mayoría deseaba estudiar. Sin embargo, The Watchtower del 15 de abril de 1933 (en español, La Torre del Vigía de agosto de 1933) sugirió que todas las congregaciones utilizaran el número en curso. En 1937 se dieron instrucciones de que el estudio debía celebrarse el domingo. Más tarde, en el número del 1 de octubre de 1942 de The Watchtower se publicaron más cambios en la estructura de la reunión que le dieron el formato que hoy conocemos. En primer lugar, la revista anunció que los artículos de estudio tendrían preguntas al pie de cada página y que esas eran las que debían utilizarse. Luego indicó que la reunión debía durar una hora. También animó a los hermanos a contestar “en sus propias palabras”, en vez de leer porciones del párrafo. El Estudio de La Atalaya sigue siendo la principal reunión mediante la cual el esclavo fiel y discreto suministra alimento a su debido tiempo (Mat. 24:45). Conviene que cada uno de nosotros se pregunte: “¿Me preparo para el Estudio de La Atalaya cada semana? ¿Trato de comentar si me es posible?”.
13, 14. ¿Cuál es la historia del Estudio Bíblico de la Congregación, y por qué le gusta a usted esta reunión?
13 El Estudio Bíblico de la Congregación. A principios de la década de 1890, después de que se publicaran varios tomos de la obra Millennial Dawn (La Aurora del Milenio), el hermano H. N. Rahn, un Estudiante de la Biblia que vivía en la ciudad de Baltimore (Maryland, Estados Unidos), sugirió analizar la Biblia en reuniones que se conocieron por el nombre de Círculos de la Aurora. Estas reuniones, que solían llevarse a cabo en casas particulares, comenzaron como un experimento. Sin embargo, para septiembre de 1895, se estaban celebrando Círculos de la Aurora con éxito en muchas ciudades de Estados Unidos. En consecuencia, la revista Watch Tower de ese mes recomendó que todos los que buscaban la verdad celebraran esas reuniones. Quien conducía la reunión tenía que ser un buen lector. Debía leer una oración y esperar a que los presentes la comentaran; al terminar todas las oraciones de un párrafo, debía buscar y leer las referencias bíblicas. Y al final del capítulo, cada uno de los asistentes debía dar un breve resumen de la información.
14 El nombre de esta reunión cambió varias veces. Se la conoció como Círculos Bereanos para Estudios Bíblicos, una referencia a los bereanos del siglo primero que examinaban con cuidado las Escrituras (Hech. 17:11). Con el tiempo llegó a llamarse Estudio de Libro de Congregación. Ahora es el Estudio Bíblico de la Congregación, y todos los hermanos lo celebran juntos en el Salón del Reino en vez de hacerlo en diferentes grupos. A lo largo de las décadas se han utilizado varios libros, folletos e incluso artículos de La Atalaya como base para el estudio. Desde el principio se ha animado a todos los asistentes a participar. Esta reunión ha servido para que se profundice nuestro conocimiento de la Biblia. En vista de ello, ¿se prepara usted regularmente y participa al grado que puede?
15. ¿Qué objetivo tenía la Escuela del Ministerio Teocrático?
15 La Escuela del Ministerio Teocrático. Carey Barber, que servía en la central mundial en Brooklyn (Nueva York), recordó: “El 16 de febrero de 1942, un lunes por la noche, se invitó a todos los miembros varones de la familia Betel de Brooklyn a inscribirse en la que posteriormente sería la Escuela del Ministerio Teocrático”. El hermano Barber, quien tiempo después llegó a ser miembro del Cuerpo Gobernante, dijo que la escuela era “una de las herramientas más valiosas que Jehová ha dado a su pueblo en tiempos modernos”. El curso tuvo mucho éxito en ayudar a los hermanos a mejorar sus habilidades como predicadores y maestros, por lo que a partir de 1943 las congregaciones de todo el mundo fueron recibiendo el folleto Curso en el Ministerio Teocrático. La revista La Atalaya del 15 de octubre de 1943 dijo que la Escuela del Ministerio Teocrático tenía como objetivo ayudar al pueblo de Dios a “ser mejores testigos en la proclamación del Reino” (2 Tim. 2:15).
16, 17. ¿Enseñaba la Escuela del Ministerio Teocrático solamente técnicas de oratoria? Explique.
16 Al principio, para muchos era un suplicio hablar frente a un gran auditorio. Clayton Woodworth, hijo, cuyo padre había sido encarcelado injustamente en 1918 con el hermano Rutherford y otros, recordó cómo se sentía cuando se matriculó en la escuela en 1943: “Se me hacía muy difícil pronunciar discursos. Parecía que me crecía la lengua, la boca se me secaba completamente y mi voz era algo entre un rugido y un chillido”. Sin embargo, a medida que mejoraban sus habilidades, Clayton fue recibiendo muchas asignaciones como orador público. La escuela le enseñó más que solo técnicas de oratoria; le enseñó el valor de la humildad y la importancia de apoyarse en Jehová. Explicó: “Llegué a darme cuenta de que el orador no es lo importante. Lo importante es que se prepare bien y confíe por completo en Jehová. Si lo hace, los oyentes lo escucharán con placer y aprenderán algo”.
17 En 1959 se invitó a las hermanas a matricularse en la escuela. La hermana Edna Bauer recuerda cuando escuchó el anuncio en la asamblea a la que asistió: “No olvido la emoción que causó entre las hermanas. Ahora se les abrían nuevas oportunidades”. Por años, muchos hermanos y hermanas han aprovechado la oportunidad de inscribirse en la Escuela del Ministerio Teocrático y ser enseñados por Jehová. Hoy seguimos recibiendo esa capacitación en nuestra reunión de entre semana (Lea Isaías 54:13).
18, 19. a) ¿Cómo recibimos actualmente guía práctica para cumplir con nuestro ministerio? b) ¿Por qué cantamos en nuestras reuniones? (Vea el recuadro “Entonar cánticos sobre la verdad”.)
18 La Reunión de Servicio. Ya en 1919 se celebraban reuniones para organizar la predicación. En aquel entonces, no todos asistían a dichas reuniones, sino solo los que distribuían publicaciones. A partir del año 1923 se estuvo celebrando una Reunión de Servicio al mes, a la que se esperaba que asistieran todos los miembros de la clase, o congregación. En 1928 se pidió que la celebraran cada semana, y en 1935, la revista The Watchtower animó a todas las congregaciones a basar la Reunión de Servicio en la información publicada en el Director (llamado posteriormente el Informador y, después, Nuestro Ministerio del Reino). En poco tiempo, esta reunión se convirtió en parte habitual del programa de enseñanza de todas las congregaciones.
19 Hoy, la reunión que tenemos entre semana sigue ofreciendo guía práctica a todos los que participamos en la predicación (Mat. 10:5-13). Si usted reúne los requisitos para recibir un ejemplar de la Guía de actividades, ¿la estudia y pone en práctica sus sugerencias al predicar?
La reunión más importante del año
20-22. a) ¿Por qué conmemoramos la muerte de Jesús? b) ¿Cómo le beneficia a usted asistir a la Conmemoración cada año?
20 A los seguidores de Jesús se les dijo que conmemoraran su muerte hasta que él llegara. Al igual que la celebración de la Pascua, la Conmemoración de la muerte de Cristo es un acontecimiento anual (1 Cor. 11:23-26). Esta reunión congrega cada año a millones de personas. A los ungidos, les recuerda el privilegio que tienen de ser coherederos del Reino (Rom. 8:17). Y en las otras ovejas, genera profundo respeto y lealtad al Rey del Reino de Dios (Juan 10:16).
21 El hermano Russell y sus colaboradores reconocían la importancia de celebrar la Cena del Señor y sabían que solo se debía hacer una vez al año. La revista Watch Tower de abril de 1880 dijo: “Por varios años ha sido la costumbre de muchos de nosotros en Pittsburgh [...] celebrar la Pascua [Conmemoración] y tomar los emblemas del cuerpo y la sangre de nuestro Señor”. No tardaron en llevarse a cabo asambleas que coincidían con la Conmemoración. La primera vez que se guardó registro de una de esas ocasiones fue en 1889, y hubo 225 asistentes y 22 bautizados.
22 En la actualidad, ya no celebramos la Conmemoración como parte de un programa de asamblea, pero invitamos a todos nuestros vecinos, dondequiera que vivamos, a reunirse con nosotros en el Salón del Reino o en algún local alquilado. En el 2013, más de 19 millones de personas recordamos la muerte de Jesús. Tenemos un gran privilegio: asistir a la Conmemoración y animar a otros a que nos acompañen en esta noche tan sagrada. ¿Invitamos con entusiasmo a todas las personas que podemos?
Lo que revela nuestra actitud
23. ¿Cuál es su actitud hacia las reuniones?
23 Los siervos fieles de Jehová no consideramos una carga el mandato de reunirnos (Heb. 10:24, 25; 1 Juan 5:3). Al rey David, por ejemplo, le encantaba ir a la casa de Jehová para adorarlo, especialmente en compañía de quienes también amaban a Dios (Sal. 27:4; 35:18). Y pensemos en el ejemplo de Jesús. Incluso desde niño sentía un profundo deseo de estar en la casa de adoración de su Padre (Luc. 2:41-49).
La intensidad de nuestro deseo de reunirnos revela lo real que es para cada uno de nosotros el Reino de Dios
24. ¿Qué oportunidades tenemos cuando asistimos a las reuniones?
24 Cuando asistimos a las reuniones, mostramos nuestro amor a Jehová y el deseo de animar a nuestros hermanos en la fe. También demostramos que queremos aprender a vivir como súbditos del Reino de Dios, pues es principalmente en las reuniones y asambleas donde se nos enseña a hacerlo. Además, estas nos proporcionan la habilidad y las fuerzas que necesitamos para perseverar en una de las actividades más importantes que está realizando el Reino en la actualidad: hacer discípulos del Rey, Jesucristo, y darles la preparación necesaria (lea Mateo 28:19, 20). Sin duda alguna, la intensidad de nuestro deseo de reunirnos revela lo real que es para cada uno de nosotros el Reino de Dios. ¡Que siempre valoremos las reuniones!
a Además de nuestras reuniones semanales, se nos anima a dedicar tiempo, individualmente o como familia, al estudio personal y a la adoración en familia.
b En el 2013, había disponibles más de 180 bosquejos para discursos públicos.