Canción 82
Seamos humildes como Cristo
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1. En la Tierra nunca vivió un hombre igual,
su alma jamás supo de vanidad.
Si bien era el Hijo amado de Dios,
paciente y humilde fue de corazón.
2. Al alma agobiada ofrece el Señor
consuelo y alivio en su tribulación.
El yugo de Cristo no es opresor;
es suave y liviano, refleja su amor.
3. “Son todos hermanos”, lo dijo Jesús;
por eso, sirvamos con solicitud.
Si somos humildes, Jehová nos dará
la Tierra en herencia por siempre jamás.
(Véanse también Mat. 5:5; 23:8; Pro. 3:34; Rom. 12:16.)