Y puede que nuestra fidelidad y aguante anime a muchos cristianos a ser todavía más valientes y seguir dando un testimonio completo del Reino de Dios.
PORCIO FESTO, PROCURADOR ROMANO DE JUDEA
La única información de primera mano que tenemos sobre Porcio Festo está en el libro de Hechos y en las obras de Flavio Josefo. Alrededor del año 58 de nuestra era, sustituyó a Félix como gobernador de Judea. Por lo visto, Festo murió cuando solo llevaba dos o tres años en ese puesto.
A diferencia de su predecesor (Félix) y de su sucesor (Albino), parece que en líneas generales Festo fue un gobernador prudente y capaz. Cuando empezó a gobernar, Judea estaba llena de ladrones. Según Josefo, “persiguió a los principales causantes de la ruina del país, capturó gran cantidad de bandidos y ajustició a muchos de ellos”. Durante su gobierno, los judíos construyeron un muro para evitar que el rey Agripa viera lo que se hacía en el recinto del templo. Primero, Festo les ordenó derribarlo. Pero después le solicitaron presentar el asunto ante el emperador Nerón, y les dio permiso.
Todo indica que trataba con mano dura a los delincuentes y los rebeldes. No obstante, con tal de llevarse bien con los judíos, estuvo dispuesto a cometer injusticias, al menos en el caso del apóstol Pablo.
EL REY HERODES AGRIPA II
Cuando el capítulo 25 de Hechos habla de Agripa, se refiere a Herodes Agripa II, el último de la familia de los Herodes que fue rey. Su bisabuelo era Herodes el Grande y su padre era Herodes Agripa I, el que había atacado a la congregación de Jerusalén 14 años antes (Hech. 12:1).
Para cuando su padre murió —en el año 44—, Agripa tenía 17 años y estaba en Roma. Allí recibió educación en la corte del emperador Claudio. Como los consejeros de Claudio pensaban que Agripa era demasiado joven para ocupar el puesto de su padre, se nombró en su lugar un gobernador romano. Aun así, según Flavio Josefo, aunque Agripa estaba en Roma, defendía a los judíos y sus intereses.
Alrededor del año 50, Claudio lo hizo rey de Calcis, y en el 53 lo hizo rey de Iturea, Traconítide y Abilene. Además, se le encargó que supervisara el templo de Jerusalén y se le dio autoridad para nombrar a los sumos sacerdotes judíos. Después, el emperador Nerón —sucesor de Claudio— lo hizo también rey de algunas regiones de Galilea y Perea. Cuando conoció a Pablo, Agripa estaba en Cesarea con su hermana Berenice, quien había abandonado a su esposo, el rey de Cilicia (Hech. 25:13).
En el año 66, intentó detener la rebelión de los judíos contra Roma, pero no lo consiguió. Así que se convirtió en blanco de los ataques rebeldes, y no tuvo más remedio que unirse a los romanos. Después de que Roma acabó con la rebelión, el nuevo emperador, Vespasiano, lo recompensó dándole más territorios.