11. Cuando el hombre vestido de lino entró para obtener las brasas ardientes, ¿dónde estaba la gloria de Jehová, y qué efecto tenía esto en el templo, de modo que los querubines llamaron la atención a ello de qué manera?
11 De modo que la gloria de Jehová había dejado el trono de zafiro que había sobre aquella expansión semejante a hielo que estaba sobre las ruedas y los querubines situados junto a ellas y todavía estaba sobre el umbral del Santísimo del templo cuando se le dijo al hombre vestido de lino que obtuviera brasas de fuego. (Ezequiel 1:25-27; 10:1, 2)