El motivo apropiado para echar suertes en Israel era poner fin a una controversia: “La suerte echada hace cesar hasta las contiendas, y separa, uno de otro, hasta a los poderosos”. (Pro. 18:18.)
... Sin embargo, los soldados romanos sí pensaron en ganancia egoísta cuando echaron suertes sobre las prendas de vestir de Jesús, como se predijo en el Salmo 22:18. (Mat. 27:35.)