A Nabucodonosor, rey de Babilonia desde 624 hasta 582 a. E.C., le perturbó un sueño en el que contempló una imagen inmensa con cabeza de oro, pecho y brazos de plata, vientre y muslos de cobre, piernas de hierro, y pies y dedos de los pies hechos de hierro mezclado con barro.