En tiempos modernos, tan pronto el Rey reinante, Jesucristo, había restaurado al resto ungido de los testigos de Jehová a su tierra de adoración teocrática, en el año de 1919, Satanás comenzó a traer oposición maligna en contra de ellos.
... Aunque el “rey del norte” germánico había sufrido una severa herida en la cabeza en la I Guerra Mundial, muy pronto llegó a ser el socio sobresaliente de una nueva conspiración satánica para apoderarse de la dominación mundial y exterminar la adoración verdadera en la Tierra. (Rev. 13:3)