1, 2. ¿A quiénes debemos consolar, y por qué?
JEHOVÁ, el Dios del verdadero consuelo, nos enseña a interesarnos por los atribulados.
... No obstante, se ha observado que algunos empiezan a recibir consuelo en cuanto leen pasajes bíblicos como el de Isaías 61:1, 2, que revela el deseo de Dios de confortar a los seres humanos.