Para ser nombrado superintendente, hay que satisfacer los siguientes requisitos: “El superintendente, por lo tanto, debe ser irreprensible, esposo de una sola mujer, moderado en los hábitos, de juicio sano, ordenado, hospitalario, capacitado para enseñar, no un borracho pendenciero, no un golpeador, sino razonable, no belicoso, no amador del dinero, hombre que presida su propia casa excelentemente, que tenga hijos en sujeción con toda seriedad [...]; no un hombre recién convertido, [...] debe también tener excelente testimonio de los de afuera”. (1Ti 3:1-7.)
... No ser belicoso