Recuerden estas palabras inspiradas del apóstol Pablo: “Alborocémonos mientras estamos en tribulaciones, puesto que sabemos que la tribulación produce aguante; el aguante, a su vez, una condición aprobada; la condición aprobada, a su vez, esperanza, y la esperanza no conduce a la desilusión; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por medio del espíritu santo, que nos fue dado.” (Rom. 5:3-5)