La contestación oficial que se dió nos asegura que ‘la virgen María no está fuera de la esfera de la Redención, fué redimida, pero no fué manchada, porque antes de ser concebida, antes de existir, fué redimida mediante la sangre de su propio Hijo, antes que ésta fuere derramada, puesto que esto es lo que disponía la voluntad soberana y omnipotente de Dios.’ (El Comercio)
... Es en este dogma papal, el de que “la Beatísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fué preservada de toda mancha de culpa original por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, atendidos los méritos de Jesucristo, salvador del género humano,” dijo Juan Wright, obispo de Wórcester, que hallamos “las razones raíces de la incorruptibilidad del cuerpo de María y la Asunción consiguiente de ella, cuerpo y alma, a la gloria del cielo.”