En el templo de Salomón, las paredes y el cielo raso eran de madera de cedro recubierta de oro, con entalladuras de querubines, palmeras, calabazas y guirnaldas de flores. (1Re 6:16-18, 22, 29; 2Cr 3:7, 8.)
... En el templo, las paredes de este cuarto tenían entalladuras de querubines, figuras de palmeras, adornos en forma de calabazas y guirnaldas de flores, todas revestidas de oro. (1Re 6:17, 18, 22, 29.)