Capítulo 15
El fin de las enfermedades y la muerte
1. Por temor a la muerte, ¿qué ha hecho la gente con frecuencia?
LAS enfermedades y la muerte están a la cabeza de las cosas que le han producido dolor y sufrimiento a la humanidad. Hasta el temor a la muerte ha mantenido a la gente en una forma de esclavitud, y las amenazas de muerte han obligado a muchas personas a cometer actos que violaban su conciencia... por ejemplo, bajo el mando nazi, cuando por el terror que se infundió en ellas se hizo que algunas personas traicionaran a sus propios amigos. (Hebreos 2:15) ¡Qué alivio experimentará la humanidad cuando estos enemigos, las enfermedades y la muerte, sean eliminados!—1 Corintios 15:26.
2, 3. (a) ¿Qué otras cosas indeseables serán eliminadas cuando se remueva la muerte? (b) ¿De qué nos liberta ahora la promesa de Dios de eliminar la muerte?
2 Solo el Creador puede ayudar a la gente y sacarla de esta triste situación. Y él no solo ha prometido hacer esto, sino que ha colocado el fundamento para remover completa y permanentemente la muerte bajo el regir de los “nuevos cielos” de Jesucristo y sus reyes y sacerdotes asociados. Dios le promete a la humanidad que “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor.” Añade, para darnos fe y seguridad: “Estas palabras son fieles y verdaderas.” (Revelación 21:4, 5) Habiendo sido removidas las enfermedades y la muerte, también desaparecerán los efectos debilitadores de la edad avanzada, con su arrugamiento de la piel y emblanquecimiento del cabello.
3 Si conocemos esta promesa divina y creemos en ella, esto quita mucha de la tristeza que la muerte produce. No nos ‘apesadumbramos como lo hacen también los demás que no tienen esperanza.’—1 Tesalonicenses 4:13.
NO UNA ESPERANZA NUEVA
4. ¿Por qué podemos decir que la esperanza de que la muerte sea eliminada no es una esperanza nueva?
4 Esta esperanza no es nueva. Hombres y mujeres que sirvieron a Dios miles de años atrás tenían esta esperanza que los consolaba y fortalecía. Aunque sabían que morirían, también tenían fe en Dios que les hacía confiar en que serían devueltos a la vida con la oportunidad de vivir para siempre. Algunas de estas personas fieles fueron, de hecho, testigos de resurrecciones que Dios ejecutó por medio de sus profetas y por medio de Jesús y los apóstoles. Por supuesto, con el tiempo aquellos que fueron resucitados murieron de nuevo. Pero los siervos de Dios de entonces estaban esperando una “resurrección mejor” bajo el reino mesiánico, cuando no será menester morir de nuevo, excepto por desobediencia voluntariosa.—Hebreos 11:16, 35.
5. ¿Qué evidencia tenemos de que Abrahán, Job y Daniel tenían la seguridad de que, cuando murieran, no permanecerían muertos para siempre?
5 Abrahán demostró fe en la resurrección de manera sobresaliente. (Hebreos 11:17-19) El fiel y perseverante Job habló acerca de estar en Seol, el sepulcro, y de ser recordado por Dios al tiempo fijado por Él. (Job 14:13) Cuando el profeta Daniel pidió entendimiento de su profecía de largo alcance, que había de cumplirse en “el tiempo del fin,” el ángel de Dios le dijo: “Descansarás, pero te pondrás de pie para tu porción al fin de los días.”—Daniel 12:8, 9, 13.
¿QUIÉNES RECIBIRÁN UNA RESURRECCIÓN TERRESTRE?
6. (a) ¿Qué dos grupos generales de personas recibirán una resurrección terrestre? (b) En su resurrección, ¿qué actitud tendrán los que antes de morir hubieran sido siervos de Dios?
6 La resurrección de entre los muertos será solo el primer paso en el propósito de Dios de rehabilitar a los que han muerto. Saldrán del sepulcro para ser acogidos y recibidos por la “grande muchedumbre” que habrá pasado con vida a través de la “grande tribulación,” después de la destrucción del inicuo sistema de cosas actual. Habrá dos grupos de personas resucitadas a la vida de nuevo en la Tierra: (1) Personas que han demostrado su fidelidad a Dios en el pasado, entre las cuales están las personas mencionadas en el capítulo once de Hebreos, y (2) los que, antes de morir, nunca habían sido siervos de Dios. “Va a haber resurrección así de justos como de injustos,” dijo el apóstol Pablo. (Hechos 24:15) Al primer grupo no se le hará difícil aprender las provisiones que Dios ha hecho para la vida por medio del sacrificio de Cristo y echar mano de ellas. Con gusto prestarán obediencia a las leyes que existan entonces. Dios cuenta como “vivos” a esos fieles aun ahora, mientras todavía están en el sepulcro, porque de seguro él los resucitará.—Lucas 20:37, 38.
7. ¿Qué se hará para los resucitados que no hubieran servido a Dios en el pasado?
7 Después de ser resucitadas, las personas que no hayan servido previamente a Dios tendrán que aprender acerca de Jehová el Dios verdadero y sus bondadosas provisiones por medio de Jesucristo. La “grande muchedumbre” que habrá pasado con vida a través de la tribulación tendrá la responsabilidad de instruir a estas personas. (Romanos 10:14) Habrá que explicar claramente las buenas nuevas a estos resucitados, porque Dios ha declarado que “en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están sobre la tierra y de los que están debajo de la tierra [en el sepulcro], y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre.”—Filipenses 2:10, 11.
8. ¿Serán juzgados los resucitados según sus hechos del pasado, o según qué?
8 De los resucitados se requerirá que sean obedientes a las leyes que entonces estén en vigor, y se les juzgará “de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos.” (Revelación 20:12) Los “rollos” aparentemente representan la revelación que Dios hará de su voluntad para la humanidad durante ese período de mil años.
LA PERFECCIÓN NO SE ALCANZA INMEDIATAMENTE
9. ¿En qué situación se hallará la “grande muchedumbre”?
9 Los miembros de la “grande muchedumbre” no serán perfeccionados inmediatamente después de terminar la “grande tribulación.” Pero ellos son sobrevivientes de la destrucción de este sistema de cosas debido a su fe y obediencia, y forman el “fundamento” de la “nueva tierra.” (Revelación 7:14-17; compare con Isaías 51:16.) De modo que ellos indudablemente seguirán adelante con fidelidad y alcanzarán rápidos adelantos hacia la perfección a medida que sigan las cosas que estén escritas en los “rollos.”—Salmo 37:30, 31.
10. ¿Qué se hará acerca de las incapacidades grandes que hayan tenido los miembros de la “grande muchedumbre” así como los resucitados?
10 ¿Qué hay de los miembros de esta “grande muchedumbre” que tienen serias incapacidades, como enfermedad cardíaca, parálisis, ceguera, pérdida de brazos o piernas, y así por el estilo? Es razonable creer que no pasará mucho tiempo antes de que se les sane de estos defectos. Jesús ilustró tal curación cuando estuvo en la Tierra. Él sanó instantáneamente manos y brazos secos, fortaleció extremidades paralizadas y devolvió la vista a los ojos ciegos. Estas partes corporales no se desarrollaron de nuevo gradualmente. (Lucas 6:8-10; Juan 5:5-9) De manera similar, lógicamente los resucitados regresarán con cuerpos sanos. Esto fue también lo que sucedió en el caso de todos aquellos de los cuales las Escrituras informan que fueron resucitados. (Lucas 8:54, 55) Lázaro, por ejemplo, había experimentado alguna descomposición, pero regresó del sepulcro con aquellas partes descompuestas ya renovadas. (Juan 11:39-44) Dios prometió lo siguiente a su pueblo, al cual se proponía devolver a su país en tiempos antiguos: “Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo.’ El pueblo que está morando en la tierra será el perdonado por su error.” Aunque todavía no sean perfectos, los individuos podrán efectuar las cosas normales de la vida.—Isaías 33:24.
CÓMO SE PRODUCE LA PERFECCIÓN
11. (a) ¿Cómo se logrará la perfección? (b) ¿Por qué hay que efectuar un cambio espiritual antes de que acontezca la sanidad física?
11 Sin embargo, evidentemente la perfección plena del cuerpo vendrá solo a medida que el individuo, debido a su fe en Cristo, vaya progresando espiritualmente en ‘vestirse de la nueva personalidad.’ Aunque una persona haya sido sanada de grandes incapacidades físicas, a medida que practique lo que es correcto se irá acercando cada vez más a la perfección. Con regularidad estará participando de la provisión de Dios para su sanidad por medio del sacrificio expiatorio de Cristo. (Revelación 22:2) Cristo removerá misericordiosamente todas las imperfecciones de esa persona. Este cambio espiritual tendrá que hacerse primero, porque el pecado es la causa de la muerte, y la persona no puede ser perfecta en el cuerpo físico sino hasta cuando el pecado sea completamente removido de su personalidad. La Biblia siempre conecta la enfermedad con el pecado.—Lucas 5:18-25; 1 Corintios 15:56; Romanos 6:23.
12. ¿Qué lucha tiene ahora cada siervo de Dios al rehacer su personalidad, y por qué?
12 El apóstol Pablo describe la “lucha” que efectúa ahora cada persona que trata de rehacer su personalidad, para hacerse plenamente agradable a Dios. Dice: “Lo que deseo, esto no lo practico; sino que lo que odio es lo que hago. . . . Lo bueno que deseo no lo hago, mas lo malo que no deseo es lo que practico. . . . El que lo obra ya no soy yo, sino el pecado que mora en mí.” (Romanos 7:15-20) Por herencia, todas las criaturas humanas han nacido “con error,” en pecado. (Salmo 51:5) También, todas han añadido a ese pecado durante su propio derrotero en la vida, pues el ambiente ha influido adversamente en ellas.
13. ¿Qué puede hacer uno en cuanto a (a) las malas tendencias que haya ‘recogido’ de su ambiente? (b) ¿sus tendencias heredadas que son malas?
13 Aun hoy una persona puede genuinamente librarse de las cosas que ha ‘recogido’ de su ambiente, con la ayuda de la Palabra de Dios, Su espíritu y su propia asociación con los siervos de Dios. Pero es diferente cuando se trata de las cosas que vienen por medio de la composición genética del individuo, que son parte de él, física y mentalmente. Es verdad que el individuo puede pelear contra estas faltas con una medida considerable de buen éxito, porque los apóstoles nos dicen que podemos ‘rehacer nuestra mente,’ ‘vestirnos de la nueva personalidad,’ ‘producir los frutos del espíritu,’ ‘tener una buena conciencia’ y ‘mantener excelente conducta.’ (Romanos 12:2; Efesios 4:24; Gálatas 5:22, 23; 1 Pedro 3:16; 2:12) Pero no podemos borrar por completo estas malas tendencias heredadas simplemente por medio de ese esfuerzo. El apóstol dijo lo siguiente acerca de su situación: “¡Hombre desdichado que soy! ¿Quién me librará del cuerpo que está padeciendo esta muerte? ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! Así pues, con la mente yo mismo soy esclavo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.”—Romanos 7:24, 25.
14. (a) Cuando las debilidades heredadas del cristiano hacen que peque, ¿qué puede hacer él para permanecer en el favor de Dios? (b) ¿Cómo se librará finalmente a uno de todas las debilidades heredadas, que causan pecado y angustia?
14 En este tiempo, el cristiano puede recibir perdón por sus pecados por medio de fe en Jesucristo y el sacrificio de su vida por nuestros errores. Y tiene que apoyar sus oraciones en las cuales pide perdón por medio de hacer lo mejor posible por alinearse con el proceder correcto. Nunca puede dejar de luchar contra las inclinaciones incorrectas, y con la ayuda del espíritu de Dios su esfuerzo no tiene que ser una batalla perdida. Su conciencia puede estar limpia. (Romanos 8:2, 11-13; Hebreos 9:14) Pero en el nuevo sistema de cosas Cristo administrará el beneficio pleno de su sacrificio de modo que las debilidades heredadas, la ‘mala información’ genética recibida de los antecesores del individuo, sean corregidas. La persona será sanada en todo respecto. ¡Qué alivio! ¡Qué liberación cuando uno pueda hacer exactamente el bien que en su corazón quiere hacer, siempre! Gracias, sí, a Dios, por medio de Jesucristo.
15. (a) ¿Cuándo no será ya una lucha el que el individuo haga lo correcto en todo tiempo? (b) ¿Cómo pone de relieve el apóstol Pablo este punto en 1 Timoteo 1:8, 9? (c) ¿Cómo fue Jesús un ejemplo del hecho de que el hombre justo no necesita un código que prohíba el asesinato, el robo, y así por el estilo?
15 Por eso, durante el reinado de mil años de Cristo, gradualmente el individuo puede llegar a estar cada vez menos cargado de tendencias pecaminosas. Con cada vez mayor frecuencia irá haciendo lo correcto. Entonces, cuando se alcance la perfección, ya no será una lucha el hacer lo correcto. Será natural el hacer lo correcto. Uno no estará inclinado en lo más mínimo a robar, a cometer inmoralidad, a odiar o difamar a otros. El apóstol Pablo dijo lo siguiente acerca de la ley mosaica, que legislaba contra estas cosas: “Ahora bien, nosotros sabemos que la Ley es excelente con tal que uno la maneje legítimamente con el conocimiento de este hecho, que no se promulga la ley para el justo, sino para los desaforados e ingobernables, impíos y pecadores.” (1 Timoteo 1:8, 9) Una persona perfecta no necesita una ley que le advierta que no haga estas cosas inicuas. Cuando Jesús estaba en la Tierra, para él era la cosa natural hacer lo correcto. Él ‘amaba la justicia y odiaba el desafuero.’ (Hebreos 1:9) Desde el corazón se sentía movido inmediatamente a responder por medio de hacer lo bueno y rechazar lo malo. Considere el relato acerca de la tentación que le presentó Satanás y también acerca del esfuerzo equivocado de Pedro por hacer que Jesús evitara lo que Dios había señalado que Jesús había de hacer.—Mateo 4:1-11; 16:21-23.
RECIBIENDO A LOS RESUCITADOS
16. (a) ¿Podrán las personas resucitadas identificarse a sí mismas y ser identificadas por sus amigos? (b) ¿Qué propósito tiene Dios al hacer que alguien regrese a la Tierra por resurrección? (c) Aunque al resucitado no se le juzgará por sus hechos del pasado, ¿tendrá ese comportamiento pasado algún efecto en su vida después de la resurrección?
16 En cuanto a los resucitados, Dios “recreará” con exactitud a cada individuo con todo su patrón o modelo de vida, personalidad y memoria tal como era. El resucitado podrá identificarse como la misma persona. También, los que anteriormente se hubieran asociado con él lo conocerán por su apariencia y características. Entonces él puede reanudar la vida después de la interrupción causada por su muerte, poseyendo los mismos motivos, inclinaciones y rasgos que desplegó anteriormente. Sin embargo, sus pecados y errores pasados no se presentarán como acusaciones contra él. ¿Por qué no? Porque el propósito de Dios al hacer que regrese a la Tierra es proveerle la oportunidad de aprovecharse del sacrificio de Cristo y ser librado del pecado. Sin embargo, lo que el individuo hubiera hecho en el pasado, si malo, tendría sus efectos en su personalidad, y los malos rasgos resultantes tendrían que ser vencidos. Mientras más injusto haya sido su proceder pasado, más tendrá que cambiar. Algunos quizás no aprovechen la oportunidad de cambiar.—Isaías 26:10.
17. Si alguien hubiera muerto siglos atrás, ¿le parecería que hubiera pasado largo tiempo entre su muerte y su resurrección?
17 Con relación a la persona resucitada, el espacio de tiempo durante el cual estuvo muerta sería, para ella, solo un instante, puesto que la muerte es un no existir. En la Biblia se le compara con un sueño profundo. (Juan 11:11-14; 1 Tesalonicenses 4:13, 14; Eclesiastés 9:5, 10) Miles de años, o un día, parecerían solo un momento. Para el resucitado, la experiencia sería como pasar por una entrada desde el inicuo sistema de cosas actual al justo y ordenado nuevo sistema de cosas.
18. (a) ¿Qué tendrán que aprender los resucitados? (b) Lógicamente, ¿cómo será que a los resucitados no se les hará volver a un mundo totalmente desconocido, con una ‘brecha en cuanto a comunicación’?
18 Por supuesto, la persona que haya muerto muchos años atrás se sorprenderá al hallar que las circunstancias en la Tierra sean tan diferentes. Los miembros de la “grande muchedumbre” tendrán que informar a esa persona acerca de las obras que Dios ha ejecutado mientras tanto, particularmente que dio Su Hijo como el sacrificio de expiación. El resucitado también aprenderá que las buenas condiciones son el resultado de que el reino de Cristo rige. Estaría en armonía con la bondad amorosa de Dios suponer que los miembros y amigos de una familia podrán recibir de regreso a sus amados que han muerto, como fue en el caso de resurrecciones de las cuales se informa en la Biblia. (Lucas 7:12-15; 8:49-56; Hebreos 11:35) Entonces, después de un período de educación, los resucitados, en cambio, podrán recibir y ayudar a los amados de ellos que todavía estuvieran muertos y que subsiguientemente fueran devueltos a la vida. Así no se resucitará a nadie a un mundo totalmente desconocido, sino, más bien, a compañía afectuosa, de modo que no haya ‘brecha en cuanto a comunicación.’ Este proceso continuará hasta que finalmente se haya resucitado a todos los muertos rescatados. ¡Qué gozoso tiempo será ése!
DIOS LLEGA A SER “TODAS LAS COSAS PARA CON TODOS”
19. Aunque la perfección viene por el regir de mil años de Cristo, ¿cuándo se otorgará vida eterna a los que estén en la Tierra?
19 Al fin de los mil años habrá sido destruido el último vestigio del pecado y su consecuencia, la muerte. (1 Corintios 15:26) Pero ¿significa el que todos los que estén entonces en la Tierra hayan alcanzado la perfección que esas personas no puedan pecar? No, porque la Biblia revela que personas que habrán alcanzado esa condición no tendrán vida eterna asegurada sino hasta que hayan probado su fidelidad ante un ataque final por Satanás el Diablo. Cuando el reino y el sacerdocio de Cristo hayan terminado de restaurar la humanidad a la perfección, Cristo le devuelve el Reino a Dios, y con relación a Dios el hombre de nuevo queda como lo estaba Adán. Se restaura la situación como era al principio, y le toca solo a Dios determinar el destino final y eterno de cada hombre. Dios permite este ataque por Satanás y sus huestes demoníacas.
20. ¿Qué prueba les sobrevendrá a los habitantes perfectos de la Tierra al fin de los mil años?
20 Revelación 20:7-10 describe lo que sucede como prueba para los habitantes de la Tierra: “Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión [el abismo, donde había sido colocado precisamente antes del comienzo de los mil años], y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de éstos es como la arena del mar [una cantidad no declarada, y por lo tanto que no puede ser determinada por los hombres]. Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero fuego descendió del cielo y los devoró. Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.”—Compare con Revelación 20:1-3.
21. (a) ¿Qué cuestión se planteará de nuevo? (b) ¿Qué resultado habrá?
21 Esta profecía muestra que algunas de las personas que entonces estén en la Tierra se agruparán para atacar a los fieles de la Tierra. Satanás y sus demonios los inducirán a hacer eso. ¿Por qué harían esto personas perfectas? Tal como lo hicieron Adán y Eva, salen a favor de independizarse de Dios. Están convencidas de que aquí tienen la oportunidad de hacer esto. Así, Satanás hace su ‘último esfuerzo’ por ganar su pelea sobre la gran cuestión que él hizo surgir originalmente, a saber, la cuestión de lo correcto de la gobernación de Dios. Él fracasa, porque los fieles, que indudablemente constituyen la gran mayoría de la humanidad, permanecen fieles. Entonces Satanás y los que lo siguen son arrojados en el “lago de fuego.” Esta es la “muerte segunda,” donde, para toda la eternidad, se les retiene en ‘tormento’ (en la antigüedad se llamaba “atormentadores” o “torturadores” a los carceleros [Mateo 18:34, Versión Nácar-Colunga]). Quedan ‘encerrados con llave’ en la no existencia para siempre.
22. (a) ¿Cómo puede Dios garantizar sin riesgo vida eterna en la Tierra a los que permanezcan fieles a él bajo la prueba final? (b) ¿Qué ejemplo tenemos de que Dios puede conocer a una persona tan cabalmente que puede estar seguro de que esa persona jamás pecará?
22 A los que con fidelidad se hayan mantenido firmemente a favor de la gobernación o soberanía de Dios se les otorgará entonces vida eterna. ‘Llegarán a vivir,’ es decir, adquieren verdadera vida asegurada. (Revelación 20:4-6) Así Dios llega a ser “todas las cosas para con todos.” (1 Corintios 15:28) Pero ¿cómo puede Dios garantizar sin riesgo que éstos hayan de vivir para siempre? Porque él sabe a cabalidad quiénes son los que lo aman y quiénes jamás se apartarían de él. Tenemos un ejemplo de esta habilidad de Dios en el caso de Jesucristo, a quien Dios conocía tan cabal y completamente que pudo predecir que Cristo sería fiel a través de toda prueba. Dios hasta hizo que sus profetas escribieran de antemano muchos de los mismos detalles de cosas que Cristo haría en obediencia a Dios bajo severas penalidades.—Isaías 53:7, 11; Salmo 40:7-10; 45:7.
SE CUMPLE EL PROPÓSITO DE DIOS PARA LA TIERRA
23. ¿Cómo se disfrutará de la vida, con plena oportunidad de usar talentos y aptitudes para el bienestar de todos los que estén en la Tierra?
23 Por eso, aunque para ello se ha tomado tiempo, el propósito de Dios para la Tierra se cumplirá gloriosamente. La Tierra será un magnífico paraíso, lleno de seres humanos que alabarán a Dios y se mostrarán amor unos a otros. Pero ¿llegará a estar demasiado llena de gente la Tierra entonces? No. Podemos estar seguros de que Dios sabe qué cantidad de personas puede vivir cómodamente en la Tierra. Por eso él puede reservar suficiente espacio para montañas y mares así como lugar para la habitación de la vida animal salvaje, para belleza y recreo. Él ajustará los asuntos de modo que no haya ningún sentimiento de demasiada población como sucede en las ciudades grandes de hoy día. Se podrá disfrutar de la vida, pues todas las personas estarán en armonía. Sin embargo, puesto que variarán en personalidad y en dones o talentos y aptitudes, en compañía de ellas se disfrutará de un sin fin de ocasiones y experiencias interesantes y deleitables. Los muchos campos de actividad suministrarán estudio e investigación y actividad absorbentes, con propósito verdadero y duradero. Cada individuo podrá contribuir sus talentos y aptitudes para el bienestar común, y tendrá la energía y el tiempo que tal cosa exigirá.—Compare con Isaías 40:29-31 y el principio que se expresa en Eclesiastés 5:18-20.
24. (a) ¿Qué relación habrá entonces entre el hombre y los animales? (b) ¿Ocurrirán accidentes serios?
24 Cuando Dios creó al hombre y la mujer, les dijo que sojuzgaran la Tierra y ejercieran dominio sobre la creación animal. (Génesis 1:28) La Tierra fue hecha como don o dádiva para el hombre... su hogar. (Salmo 115:16) Por lo tanto, el hombre sabrá cómo atender la Tierra, y ejercer dirección apropiada, amorosa, sobre los animales. Los animales serán los amigos del hombre e instintivamente respetarán su dominio. Dios demostró esto cuando restauró al Israel antiguo del destierro en Babilonia. (Oseas 2:18) Estando en plena posesión de sus facultades, y con todos sus sentidos alerta, el hombre no tendrá accidentes serios. Mire a los animales en su morada natural. El murciélago, con su equipo de “sonar,” vuela en la oscuridad y sin errar evita objetos tan finos como un alambre de piano. Un pájaro ejecuta un aterrizaje perfecto sobre una rama o ramita. Están plenamente equipados para la vida que viven, y disfrutan de la vida. Con más fuerte razonamiento podemos estar seguros de que el hombre, siendo superior a los animales, estará en cómoda y perfecta armonía con su ambiente.
25. ¿Por qué nunca se hará aburridora y monótona la vida entonces?
25 En aquel tiempo el trabajo será gozoso. El hombre no tendrá que comer pan ‘con el sudor de su rostro,’ como se le dijo a Adán después que hubo pecado. (Génesis 3:19) El trabajo y el ejercicio de todas sus facultades mantendrá a las criaturas humanas ocupadas en actividades merecedoras y llenas de propósito. Como se prefiguró en el Israel antiguo cuando obedecían la Ley, se permitirá tiempo suficiente para que uno se asocie con las personas más cercanas a uno y que más íntimas le sean, así como para familiarizarse con nuevos amigos. De modo que en toda la Tierra uno tendrá amigos que siempre seguirán siendo amigos de uno. Todo esto vendrá como resultado de entablar amistad con los que más aman a la humanidad, Jehová Dios y su Hijo Jesucristo.—Juan 15:14.
[Ilustración de la página 169]
Cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, de hecho devolvió la vida a los muertos