El clima extremo: ¿puede la Biblia ayudar a las víctimas?
Los huracanes, los tifones, los ciclones y los tornados causan graves daños, como inundaciones o subidas descontroladas de la marea. Las lluvias torrenciales provocan deslizamientos de tierra y las tormentas eléctricas causan grandes incendios forestales. Y no solo eso, las sequías, las olas de calor y las tormentas de nieve también provocan muchísimos desastres naturales. Millones de personas han sido víctimas de estos desastres. ¿Es usted una de ellas?
En muchas partes del mundo, las catástrofes provocadas por el clima son cada vez más frecuentes y más graves. Un informe de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja dice: “La cantidad de personas afectadas por los desastres también continúa en aumento, a medida que un mayor número de inundaciones, tormentas y sequías causan estragos en la vida y los medios de subsistencia, y desplazan a millones de personas cada año”.
Los que pasan por alguna de estas situaciones sufren tanto física como emocionalmente. Muchos de ellos pierden su casa, sus cosas e incluso a veces pierden a un ser querido.
¿Le ha tocado vivir algo así? La Biblia puede ayudarlo. De hecho, ya ha ayudado a millones de personas. ¿Cómo? Les ha dado consuelo, esperanza y consejos prácticos (Romanos 15:4). Además, la Biblia responde preguntas tan comunes como estas: ¿por qué permite Dios que ocurran estas cosas?, ¿nos está castigando por algo?
No es un castigo de Dios
Dios no es responsable del sufrimiento de las personas. La Biblia dice que “con cosas malas, nadie puede probar a Dios ni él prueba a nadie” (Santiago 1:13). Así que Dios no tiene nada que ver con el sufrimiento que provoca el clima extremo.
Es verdad que la Biblia dice que en el pasado Dios usó las fuerzas de la naturaleza para castigar a la gente mala. ¿Pero entonces qué diferencia hay? Ahora los desastres naturales vienen sin aviso y les hacen daño a buenos y malos por igual. En cambio, en el pasado, Dios avisaba con tiempo lo que iba a suceder, explicaba las razones y protegía a los inocentes. Por ejemplo, cuando Dios trajo el diluvio universal en los días de Noé, hizo tres cosas: avisó con suficiente tiempo, explicó por qué lo iba a traer y protegió a Noé y su familia (Génesis 6:13; 2 Pedro 2:5).
Si desea leer más información sobre este tema, vea el artículo “¿Qué dice la Biblia sobre los desastres naturales?”.
Dios se preocupa por las víctimas
La Biblia dice que Jehováa nos quiere y le duele vernos sufrir. Vea estos dos ejemplos.
Isaías 63:9: “Durante todas sus angustias, él [Dios] también estuvo angustiado”.
Lo que significa: A Jehová le duele vernos sufrir.
1 Pedro 5:7: “Él se preocupa por ustedes”.
Lo que significa: Jehová desea que estemos bien.
Como Jehová quiere tanto a las personas, les ofrece su ayuda. ¿Y dónde está esa ayuda? En la Biblia. Ahí encontramos buenos consejos y una esperanza para el futuro, un futuro sin desastres naturales (2 Corintios 1:3, 4).
El clima extremo pronto dejará de ser un problema
En la Biblia, Jehová promete: “Quiero darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11). Dios no quiere que suframos por culpa del clima. Él quiere que disfrutemos de una vida tranquila, en un paraíso aquí en la Tierra (Génesis 1:28; 2:15; Isaías 32:18).
Eso se logrará gracias al Reino de Dios. ¿Y qué es ese Reino? Es un gobierno en los cielos, y Jesús es el Rey (Mateo 6:10). Jesús tiene el poder y la sabiduría para controlar los elementos de la naturaleza. Ese poder ya lo demostró cuando estuvo en la Tierra (Marcos 4:37-41). Y en el futuro nos enseñará a cuidar del planeta y a vivir en armonía con la naturaleza, demostrando así lo sabio que es (Isaías 11:2). Como Jesús gobernará la Tierra, se encargará de que nadie tenga que sufrir por culpa del clima extremo.
Puede que se pregunte cuándo se hará realidad todo esto. Si quiere saber la respuesta, lea el artículo “¿Cuándo gobernará la Tierra el Reino de Dios?”.
¿Y qué puede hacer ahora?
Los consejos que da la Biblia pueden ayudarlo antes, durante y después de un desastre natural.
Antes: Esté preparado para actuar de inmediato.
Lo que dice la Biblia: “El prudente ve el peligro y se esconde, pero los inexpertos siguen adelante y sufren las consecuencias” (Proverbios 22:3).
Lo que significa: Piense en posibles desastres que podrían ocurrir en el lugar donde vive. Así estará preparado para actuar rápidamente y proteger a su familia.
Un caso real: “Hubo un gran incendio en la zona en la que vivíamos, y tuvimos que salir huyendo. La gente entró en pánico, nadie sabía qué hacer. Pero nosotros estábamos bien preparados. Teníamos nuestras mochilas de emergencia, nuestros medicamentos y la ropa que necesitábamos. ¡Qué bueno que estábamos preparados!” (Tamara, California, Estados Unidos).
Durante: Céntrese en lo más importante.
Lo que dice la Biblia: “Por mucho que uno tenga, las cosas que posee no le pueden dar la vida” (Lucas 12:15).
Lo que significa: La vida es más importante que las cosas.
Un caso real: “Cuando el tifón Lawinb destruyó nuestra casa, no sabía qué hacer, no podía pensar con claridad. Pero entonces le oré a Jehová y le conté cómo me sentía. Me di cuenta de que, aunque habíamos perdido la casa, seguíamos vivos” (Leslie, Filipinas).
Después: Piense en el día de hoy y no se agobie por el mañana.
Lo que dice la Biblia: “Nunca se angustien por el día siguiente, porque el día siguiente traerá sus propias preocupaciones” (Mateo 6:34).
Lo que significa: No se preocupe demasiado por lo que pueda pasar mañana.
Un caso real: “Cuando mi casa quedó inundada después del huracán Irma, me sentí superestresada. Tenía que tomar un montón de decisiones y no sabía qué hacer. Entonces recordé el consejo que da la Biblia de no preocuparnos por lo que pueda pasar mañana. Fue increíble cómo me ayudó Jehová a estar tranquila” (Sally, Florida, Estados Unidos).
Si quiere leer otras sugerencias, vea el artículo “Cuando golpea un desastre. Qué hacer para sobrevivir”.
a Jehová es el nombre de Dios (Salmo 83:18).
b También llamado Haima.