Proverbios
2 El terror que infunde el rey es como el rugido de un león;*+
el que provoca su furia arriesga la vida.+
4 El perezoso no quiere arar en invierno;
por eso mendigará durante la cosecha, cuando no tenga nada.*+
5 Los pensamientos* del corazón del hombre son como aguas profundas,
pero el hombre discernidor sabe sacarlos.
6 Muchos hombres pregonan su amor leal,
pero un hombre fiel, ¿quién lo puede encontrar?
7 El justo vive con* integridad.+
¡Felices los hijos que vienen detrás de él!+
12 El oído que oye y el ojo que ve,
los dos fueron hechos por Jehová.+
13 No ames el sueño o terminarás en la pobreza.+
Abre los ojos, y te saciarás de pan.+
14 “¡No es bueno! ¡No es bueno!”, dice el que compra;
luego se va y presume del negocio que hizo.+
15 Hay oro, también mucho coral;
pero los labios que transmiten conocimiento son algo precioso.+
19 El calumniador anda por ahí revelando conversaciones confidenciales;+
no te juntes con los que disfrutan del chismorreo.*
20 A todo el que maldiga a su padre y a su madre
se le apagará su lámpara al llegar la oscuridad.+
22 No digas: “¡Me voy a vengar!”.*+
Pon tu esperanza en Jehová,+ y él te salvará.+
23 Las pesas fraudulentas* son algo que Jehová detesta,
y las balanzas engañosas no son buenas.
24 Los pasos del hombre los dirige Jehová.+
¿Cómo puede alguien entender su propio camino?*
25 Es una trampa para el hombre gritar precipitadamente “¡Santo!”+
y solo después pensar en los votos que hizo.+
27 El aliento de un hombre es la lámpara de Jehová;
ella examina lo más profundo de su ser.