Salmos
Al director; de Jedutún. Salmo de David.
62 De veras espero a Dios en silencio.
De él viene mi salvación.+
3 ¿Hasta cuándo seguirán atacando a un hombre para asesinarlo?+
Todos ustedes son tan peligrosos como una pared inclinada, un muro de piedra a punto de venirse abajo.*
4 Porque ellos conspiran para derribarlo de su posición elevada;*
disfrutan mintiendo.
De boca para afuera bendicen, pero en su interior maldicen.+ (Sélah).
6 Sí, él es mi roca y mi salvación, mi refugio seguro;
jamás seré sacudido.+
7 De Dios dependen mi salvación y mi gloria.
Mi roca fuerte, mi refugio, es Dios.+
8 Confía en él todo el tiempo, oh, pueblo.
Derramen su corazón delante de él.+
Dios es un refugio para nosotros.+ (Sélah).
9 Los hijos de los hombres son apenas un suspiro,
los hijos de la humanidad son una falsa ilusión.+
Puestos juntos en la balanza, pesan menos que un simple suspiro.+
10 No confíen en la extorsión
ni se hagan falsas ilusiones con el robo.
Si sus riquezas aumentan, no les entreguen a ellas el corazón.+
11 Dios ha hablado una vez, dos veces he oído esto:
que la fuerza es de Dios.+