Jueves 17 abril
Mi Reino no es parte de este mundo. Si mi Reino fuera parte de este mundo, mis ayudantes habrían peleado (Juan 18:36).
En el pasado, “el rey del sur” lanzó ataques directos contra el pueblo de Jehová (Dan. 11:40). Durante la primera mitad del siglo veinte se encarceló a muchos hermanos y se expulsó de las escuelas a algunos niños Testigos por ser neutrales. Pero, en los últimos años, la lealtad de los siervos de Jehová al Reino de Dios se ha puesto a prueba de otras maneras menos directas. Por ejemplo, durante las campañas electorales, puede que un cristiano se sienta tentado a apoyar a un partido político o a un candidato. Claro, aunque no votará por nadie, quizás en su mente y en su corazón prefiera que alguno gane. Pero, para ser completamente neutrales, debemos tener cuidado no solo con lo que hacemos, sino también con lo que pensamos y lo que sentimos (Juan 15:18, 19). w23.08 34:17
Viernes 18 abril
Alabado sea Jehová, que día tras día nos lleva las cargas (Sal. 68:19).
Para recibir el premio de la vida, debemos seguir este consejo: “Corran de tal modo que lo ganen” (1 Cor. 9:24). Jesús dijo que nuestro corazón puede llegar a estar “sobrecargado por comer en exceso y beber en exceso y por las preocupaciones de la vida” (Luc. 21:34, nota). Estos y otros textos bíblicos nos ayudarán a identificar los cambios que tenemos que hacer para correr con éxito la carrera por la vida. Estamos seguros de que ganaremos la carrera porque Jehová nos dará las fuerzas para llegar hasta el final (Is. 40:29-31). Así que no afloje el paso. Sea como el apóstol Pablo, que dio todo de él para recibir el premio (Filip. 3:13, 14). Es cierto que nadie puede correr por usted, pero Jehová está ahí para darle su apoyo. Lo ayudará a llevar sus cargas y a quitarse las que no necesita. Con Jehová a su lado, podrá correr con aguante y ganar la carrera. w23.08 36:16, 17
Sábado 19 abril
Honra a tu padre y a tu madre (Éx. 20:12).
Cuando tenía 12 años, Jesús viajó con su familia a Jerusalén para celebrar una de las fiestas anuales (Luc. 2:46-52). Cuando José y María emprendieron el viaje de regreso a su casa, no se dieron cuenta de que Jesús no estaba con ellos. En realidad, tendrían que haberse asegurado de que todos sus hijos estuvieran en el grupo. Cuando por fin encontraron a Jesús, ¡María lo culpó por el susto que se habían llevado! Aunque Jesús podía haberles dicho que eso era muy injusto, no lo hizo. Más bien, les dio una respuesta sencilla y respetuosa. Pero José y María “no entendieron lo que les estaba diciendo”. A pesar de todo, Jesús “continuó sujeto a ellos”. Joven, cuando tus padres cometen un error o no te entienden, ¿se te hace difícil obedecerlos? ¿Qué podría ayudarte? Ten en cuenta cómo se siente Jehová. La Biblia dice que, si los hijos obedecen a los padres, “eso le agrada al Señor” (Col. 3:20). Cuando tus padres no te entienden o ponen normas que no son del todo justas, Jehová lo sabe. Pero, si decides obedecerlos a pesar de todo, él se sentirá muy feliz. w23.10 42:5, 6