Domingo 19 enero
Todos deben ser rápidos para escuchar, pero lentos para hablar (Sant. 1:19).
Si eres una hermana joven, es bueno que aprendas a comunicarte bien con los demás. Esta es una habilidad muy importante para todos los cristianos. El discípulo Santiago nos dio un consejo muy práctico relacionado con esto en el texto de hoy. Escuchar con atención cuando te hablan es una manera de demostrar empatía (1 Ped. 3:8). Si no estás segura de si estás entendiendo lo que alguien te dice o lo que siente, hazle preguntas con respeto. Y luego piensa un momento antes de responder (Prov. 15:28, nota). Pregúntate: “¿Lo que voy a decir es cierto? ¿Es animador? ¿Es respetuoso? ¿Es bondadoso?”. Piensa en hermanas maduras que sepan comunicarse bien con los demás y aprende de ellas (Prov. 31:26). Fíjate en las cosas que dicen y en cómo las dicen. Practica esta habilidad, y a medida que la vayas dominando verás que cada vez te llevas mejor con los otros. w23.12 52:12
Lunes 20 enero
El que se aísla rechaza toda sabiduría práctica (Prov. 18:1).
En nuestro caso, Jehová puede utilizar a nuestra familia, a nuestros amigos o a los ancianos para sostenernos. Pero es verdad que, cuando nos sentimos muy mal, quizás lo único que queramos es estar solos. Y eso es comprensible. Ahora bien, ¿qué tenemos que hacer para beneficiarnos de la ayuda que nos brinda Jehová? Luchemos contra el impulso de aislarnos. Cuando nos aislamos de los demás, tendemos a concentrarnos demasiado en nosotros mismos y en nuestros problemas. Y eso puede llevarnos a tomar malas decisiones. Claro está, todos necesitamos momentos para estar a solas de vez en cuando, sobre todo cuando sufrimos una tragedia. Pero, si buscáramos estar solos demasiado tiempo, podríamos estar rechazando precisamente el medio que Jehová está usando para sostenernos. Así que aceptemos la ayuda de nuestra familia, nuestros amigos y los ancianos. Veámoslos como lo que son: la ayuda que Jehová nos está enviando para sostenernos (Prov. 17:17; Is. 32:1, 2). w24.01 3:12, 13
Martes 21 enero
No debe pasar navaja sobre su cabeza (Núm. 6:5).
Por su voto, los nazareos no podían cortarse el pelo. De esa manera demostraban que respetaban totalmente la autoridad de Jehová. Tristemente hubo épocas en la historia de Israel en las que no se valoraba ni se respetaba a los nazareos. En ocasiones, ser diferente era un auténtico reto para ellos y requería mucho valor (Amós 2:12). De la misma manera, cuando obedecemos a Jehová, la gente que nos rodea se da cuenta de que somos diferentes. Hace falta valor para identificarnos como testigos de Jehová en el trabajo o en la escuela. Y, como las actitudes y la conducta de la gente van a ir de mal en peor, es de esperar que sea cada vez más difícil vivir de acuerdo con los principios bíblicos y predicar las buenas noticias del Reino a otras personas (2 Tim. 1:8; 3:13). Sin embargo, debemos recordar que alegramos el corazón de Jehová cuando tenemos el valor de ser diferentes a las personas que no le sirven (Prov. 27:11; Mal. 3:18). w24.02 7:7, 9