Conozca a su enemigo
“No estamos en ignorancia de sus designios” (2 COR. 2:11).
1. Después del pecado de Adán y Eva, ¿qué reveló Jehová sobre nuestro enemigo?
ADÁN sabía bien que las serpientes no hablan. Así que, cuando una serpiente habló con Eva, tal vez él imaginó que quien hablaba en realidad era un espíritu (Gén. 3:1-6). Ninguno de los dos sabía casi nada sobre él. Aun así, Adán decidió darle la espalda a su amoroso Padre celestial y unirse a la rebelión de aquel desconocido (1 Tim. 2:14). Jehová comenzó de inmediato a dar información sobre este enemigo que había corrompido a Adán y Eva, y prometió que acabaría con él. Pero también advirtió que durante un período este espíritu atacaría a los que aman a Dios (Gén. 3:15).
2, 3. ¿Por qué dio Jehová poca información sobre Satanás antes de la venida del Mesías?
2 Jehová, que es muy sabio, nunca nos ha dicho cómo se llama el ángel rebelde. La Biblia revela los nombres de algunos ángeles (Juec. 13:18; Dan. 8:16; Luc. 1:19; Rev. 12:7). Y también dice que Jehová les ha dado nombre a todas las estrellas (Sal. 147:4). Así que es lógico suponer que todos los ángeles tienen nombre, incluido el que se convirtió en Satanás. Y decidió esperar dos mil quinientos años para darnos a conocer el término descriptivo que usa para referirse a él: Satanás, que significa “Opositor” (Job 1:6). De hecho, este término solo aparece en tres libros de las Escrituras Hebreas: 1 Crónicas, Job y Zacarías. ¿Por qué dio Jehová tan poca información sobre este enemigo antes de la venida del Mesías?
3 Al parecer, Jehová no quería darle un protagonismo indebido a Satanás. Por eso, no dedicó porciones extensas de las Escrituras Hebreas a hablar de él y sus obras. El motivo principal por el que inspiró esa parte de la Biblia fue ayudar a la gente a reconocer y a seguir al Mesías (Luc. 24:44; Gál. 3:24). Cuando este llegó, Jehová los usó a él y a sus discípulos para dar a conocer gran parte de lo que sabemos sobre Satanás y los ángeles que se pusieron de su lado. A Satanás se le menciona por ese nombre solo 18 veces en las Escrituras Hebreas, pero más de 30 veces en las Escrituras Griegas Cristianas. Y es apropiado que así sea, pues Jehová utilizará a Jesús y a los ungidos para aplastar a Satanás y sus seguidores (Rom. 16:20; Rev. 17:14; 20:10).
4. ¿Por qué no debemos tenerle un miedo excesivo a Satanás?
4 El apóstol Pedro describió al Diablo como un “león rugiente”, y Juan lo llamó “serpiente” y “dragón” (1 Ped. 5:8; Rev. 12:9). ¿Significa eso que debemos tenerle un miedo excesivo a Satanás? No, porque su poder es limitado (lea Santiago 4:7). Contamos con el apoyo de Jehová, Jesús y los ángeles fieles. Con su ayuda, podemos resistir sus ataques. Pero todavía tenemos que dar respuesta a tres preguntas fundamentales: ¿Cuánta influencia tiene Satanás? ¿Cómo intenta influir en la gente? Y ¿hasta dónde llega su poder? Analicemos estas cuestiones y veamos qué lecciones aprendemos.
¿CUÁNTA INFLUENCIA TIENE SATANÁS?
5, 6. ¿Por qué no pueden los gobiernos humanos traer los cambios que más necesita la humanidad?
5 Una cantidad importante de ángeles se unió a la rebelión de Satanás. Antes del Diluvio, él logró que al menos algunos de ellos tuvieran relaciones sexuales inmorales con mujeres. La Biblia se refiere de manera simbólica a este suceso cuando describe a un dragón que arrastra con él a la tercera parte de las estrellas del cielo (Gén. 6:1-4; Jud. 6; Rev. 12:3, 4). Cuando aquellos ángeles abandonaron la familia de Jehová, se sometieron al control de Satanás. Pero no pensemos que son sencillamente un grupo desorganizado de maleantes. Satanás ha creado una imitación del Reino de Dios, y se considera a sí mismo el rey. Ha organizado a los demonios en gobiernos, les ha dado autoridad y los ha hecho gobernantes mundiales (Efes. 6:12).
6 Satanás se vale de esta organización para controlar a todos los gobiernos humanos. Este hecho quedó claro cuando le mostró a Jesús “todos los reinos de la tierra habitada” y le dijo: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy” (Luc. 4:5, 6). A pesar de la malvada influencia del Diablo, muchos gobiernos hacen cosas buenas por sus ciudadanos. Y hay gobernantes que tienen buenas intenciones. Pero no hay ningún gobierno ni gobernante que sea capaz de traer los cambios que más necesita la humanidad (Sal. 146:3, 4; Rev. 12:12).
7. ¿Cómo usa Satanás la religión falsa y el sistema comercial, además de los gobiernos, para engañar a la gente? (Vea el dibujo del principio).
7 Para engañar “a toda la tierra habitada”, Satanás y los demonios no solo usan los gobiernos, sino también la religión falsa y el sistema comercial (Rev. 12:9). Mediante la religión falsa, Satanás difunde mentiras sobre Jehová. Y parece que está decidido a conseguir que el mayor número de personas posible olvide el nombre de Dios (Jer. 23:26, 27). Como resultado de todo esto, muchos creen sinceramente que adoran a Dios, pero en realidad adoran a los demonios (1 Cor. 10:20; 2 Cor. 11:13-15). Mediante el sistema comercial, Satanás difunde otras mentiras. Por ejemplo, hace creer a la gente que la clave de la felicidad está en tener mucho dinero y muchas posesiones (Prov. 18:11). Los que creen esta mentira dedican su vida a servir “a las Riquezas” en lugar de a Jehová (Mat. 6:24). Su amor por las cosas materiales termina asfixiando su amor por Dios (Mat. 13:22; 1 Juan 2:15, 16).
8. ¿Qué dos lecciones aprendemos de los ejemplos de Adán, Eva y los ángeles rebeldes?
8 Los ejemplos de Adán, Eva y los ángeles rebeldes nos enseñan por lo menos dos lecciones importantes. La primera es que, o nos ponemos de parte de Jehová, o de parte de Satanás. No hay punto intermedio (Mat. 7:13). Y la segunda es que los beneficios de apoyar a Satanás son limitados. Adán y Eva lograron fijar sus propias normas sobre lo que está bien y está mal, y los demonios consiguieron cierta influencia sobre los gobiernos humanos (Gén. 3:22). Pero el precio que hay que pagar por ponerse del lado de Satanás siempre supera a cualquier supuesto beneficio (Job 21:7-17; Gál. 6:7, 8).
9. ¿En qué nos beneficia conocer cuánta influencia tiene Satanás?
9 ¿En qué nos beneficia conocer cuánta influencia tiene Satanás? Por un lado, nos permite comprender que Jehová desea que respetemos a las autoridades y gobiernos (1 Ped. 2:17). Espera que obedezcamos sus leyes siempre y cuando no contradigan las normas divinas (Rom. 13:1-4). Pero también sabemos que debemos ser neutrales y no apoyar a ningún partido o líder político (Juan 17:15, 16; 18:36). Por otro lado, conocer la influencia de Satanás nos motiva a predicar. Como vemos lo que trata de hacer con el nombre y la reputación de Jehová, sentimos un mayor deseo de enseñarles a las personas la verdad sobre nuestro Dios. Usamos su nombre y lo llevamos con orgullo. Sabemos que amar a Dios nos reporta muchos más beneficios que amar el dinero y las posesiones (Is. 43:10; 1 Tim. 6:6-10).
¿CÓMO INTENTA SATANÁS INFLUIR EN LA GENTE?
10, 11. ¿Cómo usó tal vez Satanás un señuelo para entrampar a muchos ángeles?
10 Para lograr que la gente haga lo que él quiere, Satanás emplea métodos que le dan buenos resultados. Como veremos, unas veces utiliza señuelos y otras veces se vale de presiones directas.
11 En primer lugar, analicemos cómo usó Satanás un señuelo para entrampar a muchos ángeles. Seguro que pasó mucho tiempo estudiándolos para ver cómo atraerlos y lograr que se pusieran de su parte. Por lo menos algunos de ellos mordieron el anzuelo y tuvieron relaciones sexuales inmorales con las mujeres. Sus hijos fueron una raza híbrida de gigantes violentos y crueles (Gén. 6:1-4). Es posible que Satanás no solo usara como señuelo la inmoralidad, sino también la promesa de dominar a la humanidad. Puede que su intención fuera impedir que llegara la “descendencia” de la “mujer” que Dios había prometido (Gén. 3:15). Pero Jehová trajo el Diluvio y así frustró los planes que tenían Satanás y los demonios.
12. ¿Qué podemos aprender de lo que les pasó a aquellos ángeles?
12 ¿Qué podemos aprender? Que no debemos subestimar el peligro de la inmoralidad y el egocentrismo. Los ángeles que se unieron a Satanás habían servido en la presencia de Jehová durante muchísimos años. Pero, incluso en ese entorno tan saludable, muchos ángeles permitieron que los malos deseos echaran raíces y crecieran en su interior. De manera parecida, puede que nosotros hayamos servido durante décadas en la parte terrestre de la organización de Dios. Pero, incluso en este entorno tan saludable, los malos deseos pueden echar raíces en nuestro interior (1 Cor. 10:12). Es muy importante que siempre analicemos nuestro corazón y que rechacemos la arrogancia y los malos pensamientos (Gál. 5:26; lea Colosenses 3:5).
13. a) ¿Qué otro señuelo le da buenos resultados a Satanás? b) ¿Qué podemos hacer para no morder este anzuelo?
13 Otro señuelo que le da buenos resultados a Satanás es la curiosidad por lo sobrenatural. Él fomenta el interés por los demonios no solo mediante la religión falsa, sino también mediante la industria del entretenimiento. Se vale de películas y juegos electrónicos, entre otras cosas, para que el mundo de lo oculto parezca emocionante. ¿Qué podemos hacer para no morder este anzuelo? No debemos esperar que la organización de Dios publique una lista de las diversiones que son aceptables y de las que no. Cada uno de nosotros debe educar su conciencia para que esté en armonía con las normas de Jehová (Heb. 5:14). Tomaremos buenas decisiones si seguimos el consejo del apóstol Pablo de amar a Dios “sin hipocresía” (Rom. 12:9). Preguntémonos: “Si un estudiante o una revisita viera con qué cosas me divierto, ¿pensaría que practico lo que predico, o que soy un hipócrita?”. Si hacemos lo que predicamos, será menos probable que caigamos en las trampas de Satanás (1 Juan 3:18).
14. a) ¿Cómo puede presionarnos Satanás? b) ¿Cómo podemos resistir estas presiones?
14 Veamos ahora cómo nos presiona Satanás para que dejemos de ser leales a Jehová. Por ejemplo, puede influir en los gobiernos para que prohíban nuestra predicación. De manera parecida, puede hacer que los compañeros de trabajo o de clase se burlen de nosotros porque queremos obedecer las normas morales de Dios (1 Ped. 4:4). También puede influir en nuestros parientes para que nos desanimen de ir a las reuniones, aunque sea con buena intención (Mat. 10:36). ¿Cómo podemos resistir estas presiones? Primero, reconozcamos que estas cosas van a ocurrir, pues Satanás está en guerra con nosotros (Rev. 2:10; 12:17). Segundo, no dejemos que estos problemas nos hagan perder de vista la cuestión más importante: que Satanás afirma que solo servimos a Dios cuando nos conviene y que le daremos la espalda si se nos presiona (Job 1:9-11; 2:4, 5). Y, en tercer lugar, pidamos a Jehová que nos dé fuerzas para aguantar. Recordemos que nunca nos abandonará (Heb. 13:5).
¿HASTA DÓNDE LLEGA EL PODER DE SATANÁS?
15. ¿Puede obligarnos Satanás a hacer algo que no queramos? Explique.
15 Satanás no puede obligarnos a hacer algo que no queramos (Sant. 1:14). Muchas personas hacen lo que él quiere sin darse cuenta de ello. Pero, cuando aprenden la verdad, deben decidir a quién desean servir (Hech. 3:17; 17:30). Si estamos resueltos a obedecer a Dios, no hay nada que pueda hacer Satanás para que dejemos de ser íntegros (Job 2:3; 27:5).
16, 17. a) ¿Qué otras cosas no pueden hacer Satanás y los demonios? b) ¿Por qué no debemos tener miedo de orar en voz alta?
16 Hay otras cosas que Satanás y los demonios no pueden hacer. Por ejemplo, la Biblia no dice en ningún sitio que puedan leernos la mente o el corazón. Solo de Jehová y Jesús se dice que tienen esa capacidad (1 Sam. 16:7; Mar. 2:8). Pero ¿qué ocurre cuando hablamos o hacemos una oración en voz alta? ¿Debemos temer que el Diablo y los demonios oigan lo que decimos y lo usen en contra nuestra? No. Así como no tenemos miedo de servir a Jehová porque el Diablo pueda vernos, tampoco debemos tener miedo de orar en voz alta porque pueda oírnos. De hecho, la Biblia habla de muchos siervos de Dios que oraron en voz alta, y nada indica que tuvieran miedo de que Satanás los escuchara (1 Rey. 8:22, 23; Juan 11:41, 42; Hech. 4:23, 24). Si hacemos lo posible por hablar y actuar en armonía con la voluntad de Dios, podemos confiar en que Jehová no permitirá que el Diablo nos haga ningún daño permanente (lea Salmo 34:7).
17 Debemos conocer a nuestro enemigo, pero no tenerle un miedo excesivo. Aunque somos imperfectos, podemos vencerlo con la ayuda de Jehová (1 Juan 2:14). Si nos oponemos al Diablo, él huirá de nosotros (Sant. 4:7; 1 Ped. 5:9). Por lo visto, uno de sus objetivos preferidos son los jóvenes. ¿Qué cosas concretas pueden hacer ellos para estar firmes contra el Diablo? Responderemos esta pregunta en el siguiente artículo.