Preguntas de los lectores
● ¿Es verdad que por razones religiosas los testigos de Jehová no deben hacerse miembros de la YMCA (Asociación de Jóvenes Cristianos)?
Sí, así es. Por mucho tiempo hemos reconocido que la YMCA, aunque no es una iglesia propiamente dicha, definitivamente se alinea con las organizaciones religiosas de la cristiandad en esfuerzos encaminados a promover la unión de fes.
En septiembre de 1885 la revista Watch Tower (hoy en español La Atalaya) tomó esta posición:
“¡Ay de la educación bíblica que se practica en las Asociaciones Y.M.C.! Están bajo el control completo de los sectarios, quienes las mantienen. Aunque afirman que no son sectarias, y afirman que no están controladas por ningún credo, sino por la Biblia, están más atadas a los credos que otras, porque están atadas a todos los credos populares.”—Pág. 6.
Posteriormente se mencionaron el propósito religioso implícito y los esfuerzos hacia la unión de fes de la YMCA en el número de octubre de 1964 de la edición estadounidense del Ministerio del Reino, usado por los testigos de Jehová en una de sus reuniones.
Para muchas personas la “Y” es simplemente una organización social que ofrece varios servicios, como los de una piscina, mecanismos para entrenamiento atlético y un lugar donde pueden reunirse clubes. Aunque algunas de estas provisiones sean loables, es importante tener presente que la YMCA fue fundada sobre una base distintamente religiosa. Esto se expresó en una Alianza Mundial en París en 1855. La parte principal de esa declaración oficial (llamada la Base de París) dice:
“Las Asociaciones de Jóvenes Cristianos procuran unir a estos jóvenes, quienes, considerando a Jesucristo su Dios y Salvador, según las Santas Escrituras, desean ser Sus discípulos en su fe y en su vida, y asociar sus esfuerzos para la extensión de Su Reino entre los jóvenes.” (Cursivas añadidas)
Aunque puede ser que en algunos países las iglesias no sean la principal fuente de ingresos para la YMCA, y aunque personas de toda raza, nacionalidad y religión puedan ser miembros, no se pueden pasar por alto los fines religiosos fundamentales de la “Y.”
‘Pero,’ quizás se pregunten algunos sinceramente, ‘¿es la religión o unión de fes realmente un aspecto de la YMCA?’ La respuesta tiene que ser: “Sí.” Aunque en algunos ramales de la YMCA se reste énfasis a los rasgos religiosos, todavía se espera que todas las Asociaciones YMC locales cumplan con la Base de París. Además, note los comentarios de Christian and Open, una publicación de la YMCA con fecha de 1975:
Anza A. Lema, asociado con el comité ejecutivo de la Alianza Mundial de las Asociaciones YMC, escribió:
“Desde su misma fundación, siempre ha acudido a la Biblia por inspiración y guía. Su papel en el mundo ha tendido a complementar de muchas maneras el de la iglesia sin que alegue que sea una congregación ella misma. . . .
“Pero es más que solo un instrumento por medio del cual los cristianos ponen en práctica sus ideales morales y enseñanzas mientras sirven a la sociedad. La mayoría de los apoyadores de la YMCA la consideran un lugar en el cual se experimenta verdadero compañerismo mutuo por medio de Jesucristo. . . .
“Al humillarse y tratar de poner sus edificios y servicios en relación más directa con la comunidad, estará desempeñando más eficazmente su papel de rendir servicio y sacerdocio a su prójimo. . . .”
Matthias Dannenmann, secretario general del Concilio Nacional de las Asociaciones de Jóvenes Cristianos de Alemania, dijo:
“No hay duda de que desde su mismo principio la YMCA había de tener como miembros solamente a cristianos, y por otra parte existía la obligación misional para con los miembros que no pudieran todavía profesar creencia en Jesucristo. . . .
“La YMCA es una gran oferta, pero solo mientras Jesucristo esté trabajando en ella como Salvador Vivo. Debemos hacer cuanto podamos para no echar a este Señor, más bien, mientras lo llevamos en nuestro nombre debemos usar personalmente toda oportunidad de encontrarnos con él en la YMCA y de continuamente extender esta posibilidad a otras personas.”
Oficiales de esta organización han señalado que creen que hay que dar más atención a la orientación religiosa de la YMCA. El Dr. Paul M. Limbert, secretario de la Alianza Mundial de Asociaciones de Jóvenes Cristianos desde 1952 hasta 1962 en Ginebra, Suiza, escribió:
“Se puede admitir inmediatamente que muy pocas Asociaciones de Jóvenes Cristianos aprovechan plenamente la oportunidad de impartir educación ecuménica que es inherente en estos contactos informales entre cristianos . . .
“Cuando entre jóvenes y adultos surgen preguntas en cuanto a diferentes formas y creencias, el líder sabio aprovecha la ocasión para guiar la consideración desde el argumento superficial hasta un diálogo más profundo. . . .
“Es necesario que tanto los líderes de las iglesias como de las Asociaciones de Jóvenes Cristianos reconozcan con mayor claridad la naturaleza esencial de un movimiento ecuménico cristiano de naturaleza laica. Una Asociación de Jóvenes Cristianos no es una iglesia ni un sustituto para una iglesia. . . . Sin embargo, en 1959 la Comisión sobre Fe y Orden del Concilio de Iglesias Británico declaró en una declaración cuidadosamente fraseada que las Asociaciones Cristianas son ‘valiosos auxiliares’ de las iglesias, órganos de su propia actividad misional.”—The Christian Century, 10 de junio de 1964.
Y The Christian Century del 29 de agosto de 1969, en su artículo “¡Feliz cumpleaños, Y.M.C.A.!”, declaró:
“Los líderes de la ‘Y’, dándose cuenta de que su identidad cristiana frecuentemente ha sido ahogada en piscinas, están ocupados en el recobro de la conciencia teológica y el vigor ecuménico. . . . Quizás el mayor desafío al cual se enfrenta la Y.M.C.A. es el de intentar la recuperación de su patrimonio religioso para la afirmación robusta de un nuevo ecumenismo entre los legos en las comunidades locales. Muy bien pudiera suceder que la Y.M.C.A. lograra para las iglesias cristianas cosas que, por sus rigideces parroquiales, las iglesias, según parece, no pueden hacer ellas mismas.”
Por consiguiente, hay amplia evidencia de que la YMCA se originó con fines religiosos y continúa teniéndolos hasta este día.
El que se une a la YMCA como miembro acepta o respalda los fines y principios generales de esa organización. Esa persona no esta simplemente pagando por algo que recibe, como cuando compra cosas que se venden al público en una tienda. (Compare con 1 Corintios 8:10; 10:25.) La calidad de miembro no es tampoco simplemente un pase de entrada, como cuando alguien compra un boleto de teatro. El ser miembro significa que uno ha llegado a ser parte integrante de esta organización que se fundó con fines religiosos claramente definidos, entre ellos la promoción de la unión de fes. Por eso, el que un testigo de Jehová se hiciera miembro de tal asociación llamada “cristiana” equivaldría a apostasía.
Puede ser que algunos individuos no hayan llegado a ser miembros de tal asociación, pero que hayan pagado alguna vez una cuota de entrada, al considerar esto como simplemente pagar por un servicio comercial disponible. Hasta con relación a esto es sabio considerar si este proceder pudiera afectar adversamente la conciencia de otras personas.—1 Cor. 8:11-13.
Por supuesto, los testigos de Jehová consideran valioso el tener una cantidad equilibrada de ejercicio saludable. La Biblia dice que el “entrenamiento corporal es provechoso para poco.” Pero añade que “la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas.” (1 Tim. 4:8) Eso no significa devoción a un Dios trino y uno. La Biblia no enseña que Jesús sea “Dios” en una trinidad, como se enseña en muchas iglesias de la cristiandad y todavía se incluye en la “Base de París” de la YMCA.—1 Cor. 11:3; Juan 17:3.
Aunque hoy los esfuerzos de unión de fes y el ecumenismo son tendencias populares, no tienen el apoyo del Dios verdadero, quien dijo a sus siervos: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. . . . ‘Por lo tanto sálganse de entre ellos y sepárense.’” (2 Cor. 6:14-17) Además, Jesús dijo claramente que al Todopoderoso hay que adorarlo “con espíritu y con verdad.” (Juan 4:24) Muy definitivamente eso no significa unirse a una causa religiosa con personas que tienen creencias que son contrarias a lo que las Escrituras enseñan. (Rev. 18:4, 5) Así, es debido al entendimiento que tienen de lo que Dios espera de los adoradores verdaderos, y de lo que son los propósitos y la dirección de la YMCA, que los testigos de Jehová no pueden hacerse miembros de esa organización.
Además, es bueno considerar el hecho de que durante casi todos los años de la existencia de la YMCA, esa asociación no ha obrado en armonía con el espíritu de Isaías 2:2-4, como se puede notar al examinar los siguientes hechos históricos:
“En los Estados Unidos los servicios de la YMCA a las fuerzas armadas empezaron con la Guerra Civil, y ese servicio continuó dándose a través de todas las guerras desde entonces.”—Encyclopædia Britannica, Micropædia, tomo X, pág. 835, ed. de 1976.
“En la Guerra Civil, solo diez años después de su comienzo en Boston, y antes de que hubiera edificios o secretarios o recursos financieros, se reclutó y desplegó un total de 4.859 ‘delegados’ y se usaron más de seis millones de dólares en fondos donados para satisfacer las necesidades temporales y espirituales de los soldados. . . . En la I Guerra Mundial, la Y.M.C.A. de los Estados Unidos aceptó en el país y en el exterior una enorme responsabilidad de servicio para la cual se requirió un personal de 25.926 personas, con gastos de más de 167 millones de dólares. En la II Guerra Mundial, la Y.M.C.A. llegó a ser una de las organizaciones que fundaron las Organizaciones de Servicio Unido [USO], al unirse como grupo de organizaciones religiosas privadas de las fes protestante, católica y judía en un acuerdo con el gobierno federal para suministrar servicios civiles de recreación, asistencia material y ayuda religiosa a los hombres uniformados y a los obreros de la producción bélica que trabajaban en comunidades adyacentes a establecimientos militares.”—The New Funk & Wagnalls Encyclopedia, tomo 36, págs. 13.467, 13.468, ed. de 1952.
“Las actividades de la YMCA para miembros de las fuerzas armadas empezaron durante la Guerra Civil (1861-1865). Estos servicios aumentaron con la llegada de cada guerra posterior y alcanzaron su desarrollo más pleno durante la II Guerra Mundial (1939-1945). La YMCA mantuvo más de 450 clubes para las fuerzas armadas de los Aliados.”—The World Book Encyclopedia, tomo 21, pág. 477, ed. de 1978.
Esta clase de servicio bajo el nombre de “cristiano” ciertamente no se efectuó en cumplimiento de Miqueas 4:3.