“Tu palabra es la verdad”
La transmigración de las almas... ¿es lógica?
¿POR qué es que algunas personas llevan vidas comparativamente fáciles, disfrutan de buena salud, son prósperas y parecen contentas, mientras que muchas otras están afligidas, viven en pobreza abyecta o han estado tullidas desde su nacimiento? Sin duda usted se ha preguntado a qué se debe esta desigualdad de circunstancias. Los coreanos así como otros millones de personas de países orientales afirman que las circunstancias del hombre en la vida han sido determinadas por su proceder en su vida anterior.
2 Los orientales que alegan esto lo hacen porque creen que cuando una persona muere su alma transmigra, naciendo de nuevo como otra persona o como un animal. Creen que si ese individuo ha llevado una vida buena volverá a nacer como persona sana, rica o bien parecida; si ha llevado una vida inicua, entonces volverá a nacer en pobreza, enfermedad o como persona fea. Se cree que hasta puede volver como un animal o un insecto. Esta creencia o doctrina se llama transmigración del alma. No se basa en la Santa Biblia, sino en el antiguo concepto babilónico pagano de que el alma humana es inmortal.—Eze. 18:20.
3 ¿Es lógica esta creencia? ¿Son nuestras circunstancias presentes una retribución por nuestros hechos durante una existencia anterior? Para contestar estas preguntas, primero pregúntese: ¿No se castiga justamente a los que para empezar entienden con anticipación a qué conduciría la conducta incorrecta y que saben por qué se les está castigando? Sí. Pero, ahora, ¿sabe la gente pobre y que sufre de alguna enfermedad los males que haya cometido en una supuesta vida anterior para que merezca castigo? ¿Se le pueden suministrar los detalles de su vida anterior? Nadie puede hacerlo honradamente. Entonces, ¿de qué sirve este castigo que se supone que están recibiendo si no saben por qué lo están recibiendo? ¿Cómo pueden evitar el repetir los males de su supuesta vida anterior si no saben cuáles eran esos males?
4 Además, ¿qué les sucede a todas las personas que viven largo tiempo a pesar de sus diversas circunstancias? Usted sabe que todas ellas, prescindiendo de que sean ricas o pobres, saludables o enfermas, sabias o tontas, con el tiempo envejecen y mueren. Esto ha sucedido por miles de años y los escritores orientales antiguos de la Biblia lo notaron. (Sal. 49:1, 2, 6-12) Si la transmigración de las almas fuese cierta, entonces esto sería sumamente injusto. ¿Por qué? Porque las personas buenas y honradas están obligadas a pasar por la misma experiencia desagradable de morir que pasan las personas malas. ¿Le parece a usted lógico esto?
5 Hay discrepancias en esta idea imaginaria de que las almas humanas transmigran. Una de éstas tiene que ver con la creencia de que uno puede volver a nacer como animal o como insecto. Pedro, un escritor bíblico, escribió que los ‘animales son irracionales’ y “nacidos naturalmente para ser atrapados y destruidos.” (2 Ped. 2:12) La ciencia concuerda con esto, pues encuentra que los animales y los insectos no pueden razonar, sino solo pueden obrar en armonía con instinto dado. ¿Cómo, entonces, puede un animal esforzarse para mejorar a fin de elevarse en su siguiente transmigración? ¿Cómo puede razonar sobre lo que es correcto e incorrecto? ¡Si la transmigración fuese verdadera, una vez que una persona llegara a ser animal o insecto quedaría condenada a permanecer en esa categoría para siempre!
6 Esta creencia de hechura humana incluye la idea de que con cada transmigración en ascenso el alma se acerca más a su meta de Nirvana, en la que, de acuerdo con algunos, no hay más sentimiento ni conocimiento, pero, de acuerdo con otros, hay felicidad eterna. Esto es lo que están buscando muchos. Si esto fuese cierto, ¿por qué los humanos, cuyas buenas circunstancias parecen acercarlos más a Nirvana, hacen cuanto pueden por diferir la muerte? Si la transmigración fuese un hecho, entonces las personas sanas y prósperas no deberían hacer nada para evitar morir, sino que deberían recibir la muerte con regocijo porque significaría que estarían más cerca de Nirvana. De hecho, veríamos a millares de estas personas que creen esta doctrina suicidarse para apresurarse a alcanzar Nirvana. Pero esas personas se afianzan de la vida aun durante la vejez con todas sus dificultades, porque la muerte es un enemigo, el fin de la vida, no un principio.—1 Cor. 15:26.
7 En realidad, esta creencia oriental es tanto ilógica e irrazonable como injusta. Para aprender la verdad acerca del hombre, el alma y la muerte, considere lo que dice acerca de éstos el más antiguo libro oriental, la Santa Biblia. Los hechos que presenta son lógicos y razonables porque Dios, el Creador del hombre, es su Autor. Nos dice que el hombre no es inmortal, sino mortal. (Núm. 23:10; Eze. 18:4) No da indicación alguna de que el hombre tenga un alma inmortal, que transmigre. (Sal. 89:48; Ecl. 9:5, 10) La muerte es el resultado del pecado en acción en nuestros cuerpos, el cual pecado vino sobre la familia humana cuando el primer hombre desobedeció a Dios.—Rom. 5:12.
8 La Palabra de Dios, la Biblia, enseña que cualquier existencia futura del hombre depende de la promesa del Creador de una resurrección de los muertos y no de alguna transmigración del alma. (Hech. 24:15) Dios no solo resucitará a millones de personas muertas, sino que ofrece una esperanza maravillosa a los vivos. No, no es la nonada insensible en una Nirvana imaginaria, sino la expectativa de vivir para siempre en una Tierra paradisíaca donde el hombre disfrutará a grado cabal de todos los placeres deleitables que sus sentidos perfeccionados le comunicarán.—2 Ped. 3:13; Rev. 21:1-4.
9 Si esta maravillosa esperanza le parece extraña a usted, entonces por favor note que la humanidad empezó en alrededores paradisíacos de esa clase. Jehová Dios creó al hombre en un jardín de placer donde tenía todo lo que podía desear su corazón. (Gén. 2:7-9, 15) El hombre pudo haber vivido en ese paraíso para siempre si hubiera continuado obedeciendo a Dios. Solo la desobediencia del hombre acarreó la muerte y la pérdida de todo.
10 Por consiguiente, las calamidades y las enfermedades que le sobrevienen a la gente hoy se deben al pecado, el egoísmo, los sucesos imprevistos, la mala administración de gobiernos corruptos y el rehusar obedecer las leyes de Dios. (Rom. 6:23; Ecl. 9:11) Nadie está pagando por males que hizo en una vida anterior, porque ésta es la única vida que ha tenido. Hoy las personas sabias se aprovecharán de la oportunidad de conseguir vida eterna que Dios le está ofreciendo a la humanidad. Sinceramente lo instamos a usted a que haga lo mismo. Empiece ahora aprovechándose del curso gratis de seis meses de un estudio de la Biblia en el hogar que ofrecen los testigos de Jehová.—Juan 17:3.
¿Puede usted contestar estas preguntas? Para obtener las respuestas lea el artículo anterior.
(1) ¿Qué explicación dan algunas personas por la desigualdad de circunstancias que existe entre la humanidad? (2) ¿Qué creen muchos orientales que le sucede al alma de la persona cuando ésta muere? (3) ¿Por qué es ilógico pensar que la gente está siendo castigada por obras que se hicieron en una vida anterior? (4) ¿Qué les sucede a todas las personas prescindiendo de lo que sean? (5) ¿Qué discrepancia hay al creer que los animales pueden transmigrar en ascenso? (6) ¿Qué inconsistencia se ve en la conducta de las personas que afirman que se esfuerzan por alcanzar Nirvana? (7) ¿A dónde tenemos que dirigirnos para aprender la verdad acerca del hombre, el alma y la muerte? (8) ¿Qué futuro ofrece el Creador del hombre? (9) ¿Dónde comenzó la humanidad? (10) ¿Por qué sufre hoy la gente, y cuál es el proceder sabio que se puede emprender?