Contrayendo nupcias... a la Hong Kong
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Hong Kong
EN LAS bodas de Hong Kong se incluyen muchas tradiciones que se transmiten en la China. Pero las familias observan diferentes tradiciones, dependiendo de la provincia de la China de donde vienen. También, la influencia occidental ha producido cambios. De modo que las bodas varían, y nadie puede decir dogmáticamente la norma exacta de una boda a la Hong Kong. Sin embargo hay ciertas costumbres de bodas que se dan por sentadas aquí que personas de otros lugares quizás consideren extrañas.
Por largo tiempo la costumbre china ha sido que los padres del muchacho se pongan en comunicación con los padres de la muchacha por conducto de un mediador para concertar un matrimonio, haciéndolo antes que los jóvenes se hayan conocido. Sin embargo, hoy el cortejo en Hong Kong por lo general se hace a la occidental. De hecho, el concertar citas comienza ahora en la adolescencia, aunque la mayoría de las parejas contraen matrimonio como a los veinticinco o cerca de los treinta años.
Fijando la fecha
Cuando una pareja que se corteja decide casarse, por lo general el muchacho se dirige a los padres de la muchacha para hablarles del asunto. A veces los padres del muchacho, o en algunos casos raros un mediador que ambas familias conocen, interceden por el muchacho. En este contacto entre las dos familias se consideran los detalles de la boda, la dote y otros requisitos. En estas consideraciones a los padres de la muchacha se les concede la autoridad decisiva.
Cuando se trata de escoger una fecha para la boda, los padres pueden consultar a un adivino que puede escoger un “día afortunado.” O se puede determinar el “día afortunado” considerando el almanaque chino. Este es básicamente un libro de astrología que alista cada día del año y lo que debe o no debe hacerse ese día. Los no cristianos y hasta miembros de las religiones de la cristiandad en Hong Kong consideran muy importante la “buena suerte.” Se explora toda vía posible de atraerse “buena suerte.”
El año lunar chino de 1969 a 1970, el “año del pollo,” fue considerado un “año afortunado” para casarse porque hubo dos fiestas de primavera en él. En consecuencia, hubo una enorme lista de espera de parejas que buscaban que su matrimonio se registrara ese año. Pero el año lunar de 1970 a 1971, el “año del perro,” se llama año ciego porque no hay fiestas de primavera. De modo que se considera un “año malo” para las bodas.
Sin embargo, los testigos cristianos de Jehová Dios saben que la Biblia prohíbe estrictamente todo lo conectado con astrología, adivinación o los dioses falsos de la “Buena Suerte” y el “Destino.” (Deu. 18:10-12; Isa. 65:11, 12) De modo que determinan su fecha para la boda según lo que sea conveniente para ellos mismos y sus familias y amigos. Y en vez de acudir a algún dios de la “Buena Suerte,” acuden a su Creador Jehová Dios para bendiciones.
La dote
Una vez que se fija la fecha de la boda, empieza el regateo sobre lo que se pudiera llamar el precio de la novia o dote. Los siervos de Dios en tiempos bíblicos pagaban el precio de la novia, y por eso en sí esto no es una costumbre a la que pongan reparos los cristianos. Si es la hija primera y mayor la que habrá de casarse, probablemente el precio por ella sea mayor que el que sería por, digamos, la cuarta hija.
La dote por lo general es una cantidad fija de dinero que se paga directamente a los padres de la muchacha, o para un banquete de bodas en un restaurante. Comúnmente los padres de la muchacha estipulan el número de mesas así como lo que algunos de los platillos del banquete han de incluir, como hongos, pollo y oreja marina.
Una mesa de un banquete de bodas es para doce personas. Los padres de la muchacha, por ejemplo, quizás requieran el pago de veinte mesas o más a un costo de 35 a 70 dólares por mesa, dependiendo del menú y el restaurante. Pero esto es solo para los parientes y amigos de la familia de la muchacha. Tal vez la familia del muchacho tenga un número igual de mesas.
Sin embargo esto es solo parte del pago. La familia de la novia quizás requiera que cierto número de catties (libras) de pastel de bodas se entreguen en un “día afortunado” antes del matrimonio.
Quizás la familia también quiera que se les envíen uno o más cerdos asados al tercer día después de la boda. En la China de la antigüedad el cerdo asado se enviaba al tercer día después de la boda como evidencia de que el muchacho había encontrado que la muchacha era virgen. Ahora no siempre hay adherencia a la costumbre del tercer día, y en este mundo inmoral, tampoco el cerdo indica necesariamente virginidad. Ahora se puede enviar el cerdo el primer día después de la boda, o hasta se puede incluir en el menú.
Nada del dote que se requiere le sorprende al muchacho. Él ha esperado pagar un precio. Pero no cede demasiado fácilmente. Hay regateo sobre el número de mesas, los catties del pastel y el cerdo asado, etc. Si hay un mediador, entonces el mediador efectúa el regateo.
Por lo general el regateo termina en un arreglo amigable, con concesiones hechas por ambas partes. Sin embargo, a veces surgen brechas en la relación, que hasta pueden resultar en que se suspenda la boda. O tal vez los parientes tengan banquetes separados. Por supuesto, los padres del muchacho se preocupan por el dinero envuelto, puesto que a menudo ayudan a su hijo a pagar la dote, y a veces pagan todo el costo. A algunos padres les parece que si pagan por la boda, los hijos tienen la responsabilidad de cuidarlos en sus años posteriores.
Si el muchacho se adhiere estrictamente a ciertas tradiciones, tal vez tenga que pagar por nueva ropa para todos los miembros de la familia de la novia. Tal vez tenga que pagar también por el vestido de la novia, que con frecuencia es del tradicional blanco occidental. La novia tal vez cambie de vestido varias veces el día de la boda. Incluido entre estos vestidos está el Kwa Kwan chino. Este traje tradicional, que consta de un saco y una falda larga, cuesta de 200 a 1.200 dólares. La mayoría de los matrimonios lo alquilan por de 15 a 120 dólares al día.
“Bueno, ¿no tienen que pagar nada los padres de la muchacha?” quizás pregunte usted. Comúnmente sí. Después de terminar el regateo relacionado con la boda, con frecuencia hay una discusión en cuanto a lo que los padres de la muchacha van a dar a los recién casados. A veces son muebles para la nueva casa, salvo la cama matrimonial, la cual solo el muchacho ha de comprar. Si los padres de la muchacha son bien acomodados, pueden suministrar un apartamiento con la renta pagada por todo un año, o pagado totalmente.
Día de la boda
¡Finalmente llega el día de la boda! Primero el novio va a buscar a su novia. Cuando llega, amigos y miembros de la familia tal vez no le permitan entrar a menos que primero pague “dinero de la suerte.” Este dinero, colocado en paquetes rojos, se da a quien abre la puerta o a todos los de la casa. Solo es después de ese pago que el novio recibe a su novia. Los cristianos verdaderos no participan en ninguna de esas prácticas que envuelven la “suerte,” y por lo general explican esto de antemano a los que están relacionados con la boda.
Entonces, todo el grupo nupcial puede dirigirse al registro matrimonial para la ceremonia. En Hong Kong, las parejas solo se pueden registrar legalmente como casadas en una de las oficinas de registro gubernamental, o yendo a una de las pocas iglesias grandes autorizadas con este propósito. La pareja tiene que solicitar con bastante anticipación el que se lleve a cabo la ceremonia en la oficina de registro en la fecha y hora que desean. ¡De modo que no hay novias que lleguen tarde aquí, pues pierden su turno!
Los testigos cristianos de Jehová gustosamente acatan esta ley de registro matrimonial, pues saben que Dios sólo aprueba los matrimonios registrados así legalmente. Además de la ceremonia legal por lo general hacen arreglos para que un ministro cristiano pronuncie un discurso basado en la Biblia sobre el matrimonio y sus responsabilidades concomitantes. Esto se efectúa en la oficina de registro matrimonial o antes del banquete de bodas.
Sin embargo, algunas personas de Hong Kong quizás quisieran casarse en un “día afortunado,” pero encuentran que es demasiado tarde para que su matrimonio sea registrado ese día. De modo que celebran una boda china acostumbrada, y luego, en el ínterin, viven juntos antes de registrar su matrimonio. Pero puesto que estas parejas no están casadas legalmente en realidad, el que vivan juntas no es correcto bíblicamente.
Después de la boda, la religión china requiere que la novia regrese a casa vestida con el Kwa Kwan y se arrodille y toque el suelo con la frente ante el altar de los dioses de la cocina, el cielo, la Tierra o cualesquier otros dioses que adore la familia. Luego tiene que arrodillarse y tocar el suelo con la frente ante cualesquier antepasados muertos representados por una placa, altar o cuadros que estén en la pared. Finalmente, se arrodilla y toca el suelo con la frente ante los miembros de la familia, y ceremonialmente les sirve té. Los adoradores del Dios de la Santa Biblia, por supuesto, no participan en esta costumbre, puesto que se condena en la Palabra de Dios como idolatría.—Éxo. 20:3-5.
Banquete de bodas
El banquete consta de diez platillos o más y por lo general se celebra cuando ya es de noche. Los parientes y amigos prefieren que sea tarde, porque les da la oportunidad de ir al restaurante temprano por la tarde y jugar por dinero hasta que llega la hora de comer, lo cual es alrededor de las 10 de la noche. Por supuesto, los matrimonios cristianos no permiten el jugar por dinero, puesto que esto no tiene la aprobación de la Biblia.
La pareja por lo general recibe regalos de dinero y de otras clases antes de la boda, durante ella, y después. Esto ayuda a sufragar los gastos. Pero las bodas a la Hong Kong, como se puede ver, a menudo son costosas. De modo que los recién casados quizás solo salgan sin ganar ni perder, o quizás se echen a cuestas una deuda. Para pagar su boda algunos matrimonios han tenido que cancelar una luna de miel en el extranjero y otros planes.
Los cristianos, aunque no ponen reparos a las costumbres matrimoniales que Dios no desaprueba, tratan de usar buen juicio para no incurrir en deudas que estorben su servicio a Dios. Por eso sus bodas —a la Hong Kong— son ocasiones felices como deben ser las bodas en todas partes.