Tres segundos de silencio
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Australia
TODAS las noches a las siete en punto en Australia los oyentes que tienen sintonizados sus radios en la Estación Radiodifusora Nacional de su zona oyen que una voz desapasionada proclama: “Esta es la Comisión Radiodifusora Australiana. Son las siete en punto, hora normal del Este.” Entonces vienen los cinco pitíos de la señal horaria, seguidos por un son de trompetas y de nuevo por otra voz desapasionada que dice: “He aquí las noticias.”
Pocas personas se dan cuenta de la tremenda cantidad de actividad que acontece en los vitales “tres segundos de silencio” entre las señales horarias y el son de trompetas. Durante esos tres segundos por lo menos veintiocho personas en seis estados australianos han desempeñado alguna función que tiene que ver con el cambio del programa. Así se prepara al sistema nacional que hay en todos los estados para recibir el programa que procede del estudio originador en Sydney, Nueva Gales del Sur.
Pero, ¿qué ha llevado a estos vitales “tres segundos de silencio”?
El sistema australiano
En Australia hay un sistema singular de radiodifusión. Sin embargo, como en la mayoría de los otros países, hay un arreglo acostumbrado de radiodifusión comercial, pues Australia tiene más de cien estaciones de radio comerciales. Puesto que las estaciones dependen de los anunciantes, los anunciantes determinan a buen grado la clase de programa que se presenta. Cuando los programas se inclinan a la preferencia de la mayoría, la calidad puede degenerar.
Sin embargo, por un Acta del Parlamento se formó una comisión para asegurar buena radiodifusión... la Comisión de Radiodifusión Australiana. La comisión no tiene vínculos con la política. Los fondos para su funcionamiento son en gran medida suministrados por las cuotas de licencia que paga todo amo de casa de la comunidad que posee radio o receptor de televisión.
La obligación de la comisión es suministrar un programa de amplio alcance de calidad excepcionalmente elevada. Esto suministraría algo para el oyente o televidente cuyas necesidades pasan por alto, en gran medida, las estaciones comerciales. Para efectuar esto, hay tres programas separados: nacional, regional e interestatal. Estos tres programas se transmiten en cada estado al mismo tiempo.
Puesto que no tiene que satisfacer los gustos de un patrocinador comercial la comisión puede diseñar programas que atiendan a todas las secciones de la comunidad: difusiones de noticias, música orquestal, procedimiento parlamentario, música de cámara, asuntos de la actualidad, comentarios, programas más ligeros para la generación más joven, etc. Todo esto beneficia al oyente o televidente australiano en general.
En consecuencia, las estaciones comerciales de Australia no se sienten inclinadas a permitir que sus programas bajen a un nivel de presentación que pudiera hacer que sus oyentes o televidentes cambiaran de estación.
El aspecto técnico
El aspecto técnico de la radiodifusión y la televisión principalmente es de la incumbencia del Departamento del Director General de Correos (DGC). Esta agencia opera servicios de radio, teléfono y telégrafo y catorce transmisores de radiodifusión de la ciudad capital, docenas de transmisores de radiodifusión regional (campestre), muchos transmisores de onda corta y un porcentaje grande de los transmisores de televisión.
La comisión opera el equipo de los estudios, pero una vez que el programa sale de los estudios el Departamento del DGC se encarga de él, suministrando los amplificadores, los interruptores y los centenares de kilómetros de líneas para los programas por toda la nación.
Las líneas para los programas son de calidad especialmente elevada, con una respuesta de frecuencia que permite el caso de audiofrecuencias sin distorsión perceptible. Se llevan a cabo pruebas diarias de estas líneas para asegurarse de que el factor de distorsión no exceda de 1 ó 2 por ciento.
Los transmisores regionales difunden un programa casi exclusivamente suministrado por los estudios apropiados de la ciudad capital. Sin embargo, hay arreglos que permiten insertar programas locales desde estudios regionales a lo largo de la ruta. Un personal de noticias se reúne en estos estudios y difunde noticias locales, detalles de interés local, y a veces un programa de música preparado localmente.
Por lo general, estos estudios regionales suministran un programa local exactamente antes de las siete en punto cada noche.
Los vitales tres segundos
Ha llegado el tiempo de actuar. ¿Qué está sucediendo? El anunciador regional, mientras da sus noticias y anuncios locales, está escuchando en los auriculares la voz del anunciador de la ciudad capital según llega por la línea. Sincroniza sus propios anuncios para que cuando el anunciador de la ciudad capital diga: “Esta es la Comisión Radiodifusora Australiana. Son las siete en punto, hora normal del Este,” él esté diciendo lo mismo. Entonces hace que su micrófono deje de funcionar y pone un interruptor que conecta al estudio de la ciudad capital con su transmisor.
Esta misma acción está siendo tomada por todos los anunciadores regionales por todo el país en ese instante. El anunciador de la ciudad capital opera su manipulador de señal horaria, y se oyen cinco pitíos de la señal horaria en todas las estaciones del estado. Al mismo tiempo que él opera el manipulador de la señal horaria, el anunciador de la ciudad capital oprime el botón de su red y docenas de luces del indicador se encienden a medida que las redes nacionales, regionales e interestatales se unen.
Ahora vienen los “tres segundos de silencio.”
Cada uno de los anunciadores de la ciudad capital ha estado escuchando la voz del anunciador central que entra por la línea del programa, y ahora, después de oír la señal horaria del Estudio Central, todos apagan sus propias señales horarias y prenden un manipulador que conecta al Estudio Central con el propio equipo de ellos. Esto significa que ahora el Estudio Central en Sydney tiene acceso al transmisor más lejano del país (con excepción de Australia Occidental), a través de la línea de programa a ese estado en particular, a través de los estudios de la ciudad capital, a través del cuarto de interruptores, a través de los diversos cuartos de prueba de tronco y a través de los estudios regionales locales.
El anunciador central opera un manipulador. Tres segundos después del último pitío horario, las notas de apertura del son de trompetas que sirve de introducción a las noticias se escuchan por la nación.
Hay millares de kilómetros de líneas para programa envueltos en esto, y centenares de amplificadores y docenas de hombres, todos ocupados en llegar al oyente esos “tres segundos de silencio.”