Elevar una cometa puede ser divertido
“HAY algo acerca de construir y elevar su propia cometa que se le mete a uno en la sangre. El proyecto lo lleva de hacer planos a construir y dirigir. En rápida sucesión uno es arquitecto, contratista y piloto. Empiece con varillas, papel y cola, un poco de cuerda, añada meditación, trabajo y un poco de exasperación; el resultado... una cometa, una sensación de orgullo y el feliz recuerdo de una buena tarde de vuelo. Y el que la cometa termine atascada sobre un árbol de ninguna manera estropea la diversión. Voló, y la hizo uno mismo. Y lo mejor de todo, uno la hizo volar.”
Así es como un entusiasta de elevar cometas describe su pasatiempo. Y muchos individuos por todo el mundo, jóvenes y viejos, se sienten exactamente igual. En los días claros, ventosos, dependiendo de donde uno viva, uno puede ver evidencia de las actividades de éstos... coloridas cometas que ascienden majestuosamente a lo alto.
Si el lector vive en Asia, sabe que ver a las cometas volar es una vista común. En otros lugares, raramente se ven. Pero cada vez que uno ve una arriba allá en lo alto, uno no puede menos que preguntarse quién estará al otro extremo de esa cuerda dirigiendo la cometa. ¿Es algún gordifloncito, de ojos negros, en alpargatas y camiseta listada? ¿O es un ancianito tirando de la cuerda con un resplandor de orgullo en sus ojos? Tal vez es un padre que introduce a sus hijos a este deleitable pasatiempo. Quienquiera que sea, ¡uno sabe que seguramente debe estarse divirtiendo elevando esa cometa!
¿Cómo vuela una cometa?
¿Se ha preguntado usted cómo vuela una cometa? Varios intrincados factores aerodinámicos hacen que esto suceda. Declarado sencillamente, cuando la presión del aire debajo de la cometa es mayor que por encima, ésta permanece arriba. Si la presión se hace mayor por encima, se cae.
Pero, ¿cómo se logra que la cometa despegue? Una cuerda o cordel largo que uno sujeta se ata a los hilos cortos por debajo de la cometa. Esto evita que ésta se vaya volando con el viento. También actúa como un estabilizador, pues permite mantenerla en una posición firme. Las cometas pueden elevarse mejor en espacios abiertos, airosos. Un poco de caminar o correr en contra del viento, asiéndose de la cuerda que lleva tras sí la cometa, por lo general logra que se eleve la cometa. La inclinación de la cometa la hace elevarse debido a que el viento impulsa su borde delantero.
Las cometas se hacen de varias formas y tamaños. Pero no vuelan a menos que estén construidas apropiadamente para satisfacer las demandas del vuelo. El uso de uno o varios hilos cortos que se enlazan al marco de madera de la cometa es vital. Estos hilos, atados a la cuerda larga que uno sujeta, permiten que la cometa se ajuste a las variantes corrientes de aire en el cielo. Además, una cola, en la parte trasera de la mayoría de las cometas, provee un peso que mantiene la cometa inclinada hacia arriba pudiendo así obtener el beneficio del empuje hacia arriba del viento que pasa por su superficie inferior.
Tal vez todo esto ha despertado su curiosidad en cuanto a cuándo empezó el elevar cometas.
No es un pasatiempo nuevo
Es interesante que el elevar cometas no es un pasatiempo recientemente inventado. La gente ha estado elevando cometas por miles de años. Algunos creen que un individuo griego llamado Arquitas, que vivió en el siglo cuarto antes de la E.C., armó la primera cometa. Pero parece que los pueblos asiáticos elevaban cometas mucho antes de su tiempo.
Por ejemplo, los coreanos afirman que en el lejano pasado uno de sus generales inventó la cometa para infundir valor a sus tropas. Se dice que sujetó un farol a una, y mientras volaba en lo alto, sus soldados pensaron que era una nueva estrella y una señal de ayuda divina. Los chinos, por otra parte, afirman que uno de sus hombres sabios, o un general hizo la primera cometa. Dicen que sujetó artefactos de bambú para hacer ruido a varias cometas que había hecho y las hizo volar por sobre un campamento de soldados enemigos tarde por la noche. El viento al pasar a través de los artefactos de bambú produjo ruidos sobrenaturales. Los enemigos huyeron, pensando que eran las voces de los ángeles guardianes advirtiéndoles de un peligro inminente.
En realidad nadie sabe quién armó la primera cometa o el año en que se hizo. Pero está establecido que eran bien conocidas en China para el siglo cuarto a. de la E.C.
Las cometas han tenido muchos más usos además del de entretener a la gente menuda en las altas y ventosas laderas de las montañas. Han tenido parte en que el hombre finalmente inventara el aeroplano. Él usó cometas en repetidos ensayos en su búsqueda para entender los principios que gobiernan el vuelo.
Es probable que usted haya oído del experimento de Benjamín Franklin con la cometa y la llave y los rayos. En este caso una cometa ayudó a probar que los rayos y la electricidad eran lo mismo. Sin embargo, Franklin corrió un riesgo muy peligroso, porque fácilmente pudiera haber sido electrocutado si el rayo hubiera dado en la llave de metal.
Además, las cometas han desempeñado un papel en la construcción de puentes, fotografía, comunicaciones radiales, observación del tiempo, y aun durante la guerra cuando se les usaba para elevar a un hombre por sobre el terreno a fin de espiar los movimientos del enemigo.
Tal vez lo más sorprendente para las mentes occidentales es el hecho de que las cometas también se han usado y todavía se usan en relación con creencias religiosas.
Su significado religioso
Los pueblos primitivos le atribuían significados religiosos a las cometas. Las veían como símbolos de un alma exterior; como cosas estrechamente relacionadas con los dioses y los héroes. También pensaban que eran un medio para establecer contacto con las regiones celestiales. Esto se ilustra por las creencias de los polinesios en las cometas. Para ellos, éstas representaban a los dioses. Y se dice que uno de sus héroes subió al cielo en la forma de una cometa, cantando una canción de cometa en su viaje a lo alto.
Los coreanos adornan sus cometas con lemas como ‘mala suerte aléjate, buena suerte quédate.’ Entonces la dejan irse volando en la creencia de que el que la hacía volar quedaba libre de la mala suerte. Nadie que se tropezara con esa cometa caída en el suelo la tocaba, por temor de que las desgracias de su anterior dueño cayeran sobre él.
Los chinos tienen una fiesta que cae en septiembre que se llama Día de la Cometa o El festival de Ascender a lo Alto. Jóvenes y viejos echan a correr a los airosos lugares altos para elevar sus cometas de diversas formas. Cuando terminan, no recogen la cometa sino que la dejan ir, con cuerda y todo. Ellos creen, igual que los coreanos, que las enfermedades, la iniquidad y la mala suerte se irán junto con la cometa.
Y también están los que emplean cometas musicales en la creencia de que sus sonidos plañideros asustarán a los espíritus malos. A menudo mantienen tales cometas volando sobre sus casas durante toda la noche.
Si el lector es un occidental, quizás esas ideas le parezcan ridículas. Sin embargo, un sermón pronunciado en una iglesia unitaria en Arizona, Estados Unidos, al principio de 1972, muestra que esas nociones religiosas no están confinadas a los países orientales. El ministro hizo arreglos para que una redactora religiosa pronunciara el sermón. El tema fue las cometas. Las paredes de la iglesia y el cielo raso estaban decorados con éstas. Y la congregación trajo cometas al servicio para elevarlas después de concluir la reunión.
Note lo que dijo la oradora: “Sea que las cometas sean una expresión de nuestras ansias de libertad de nuestras existencias abrumadas por la gravedad, o una búsqueda de Dios, o el echar a volar nuestros sueños, siempre tenemos una cuerda atada a ellas con esperanza de mantener contacto con nosotros mismos o con Dios o con nuestros sueños.”
Pensamientos de esa clase pueden apelar a las emociones, pero, ¿son razonables y verdaderos? ¿Cree usted que las cometas pueden ayudarlo a ponerse en comunicación con Dios? ¿Pueden volar lo suficientemente alto como para alcanzar su presencia en “el cielo de los cielos”? (1 Rey. 8:27) ¿Cómo se comunicaría Dios con uno? ¿Halando de su cometa? ¿Le ayudaría esto a enterarse de la voluntad y los propósitos de él para la humanidad? ¡Por supuesto que no! Es por eso que él ha provisto un registro escrito acerca de sí mismo, sí, la Santa Biblia. Esta, no el elevar cometas, le ayudará a aprender acerca de las leyes y los principios de Dios.—Sal. 119:129, 130.
¿Quiere decir esto que es incorrecto el elevar una cometa porque se le atribuye un significado religioso erróneo? Depende de sus motivos para hacerlo. También, ¿cómo lo interpretarán otros? Si vive en el Oriente, donde esas ideas son populares, quizás piense que sea mejor evitarlo. Pero en los países occidentales, la mayoría de la gente eleva cometas por diversión. Y si vive allí, quizás disfrute de este placer sin que nadie interprete mal su motivo.
Beneficios y peligros
Elevar una cometa al aire fresco es provechoso para la salud. Es un buen ejercicio el caminar y el correr que están implicados. También, ensancha su conocimiento de algunos principios del vuelo y los factores del tiempo. Esto aumenta el aprecio por la atmósfera como una creación de Dios.
Además, el construir cometas desarrolla la destreza individual. Pueden ser sencillas y baratas de hacer pero no volarán a menos que estén hechas apropiadamente. Los libros, disponibles en las bibliotecas públicas, muestran planos para muchas clases diferentes.
Las familias pueden participar unidamente en un proyecto de construir cometas, de esta manera reuniendo a los miembros en una relación más estrecha. Y esta actividad no está limitada a una estación. Algún tiempo libre en una fría tarde invernal o en un día lluvioso puede usarse para armar la cometa. El pintar diseños sobre éstas estimula la imaginación artística de la familia. Por fin, en un ventoso día de primavera, verano u otoño, la familia puede participar en la aventura llena de diversión de hacer elevar su propia cometa.
Pero hay peligros. Es imprudente el elevar cometas cerca de los campos de aviación, pues las cometas pueden ser una amenaza para los aeroplanos. Nunca se debería usar alambre o metal en la construcción de cometas. Esto puede atraer rayos. Nunca se debería elevar las cometas durante una tormenta o cerca de los postes de teléfono, torres de transmisión o cables de alta tensión. Un cable húmedo o uno hecho de alambre puede acarrear la muerte súbita.
Con un poco de precaución, si uno vive en una zona donde las cometas no se consideran como artículos religiosos, descubrirá por sí mismo que el elevar una cometa puede ser divertido.