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¡Despertad! 1973
g73 22/9 págs. 14-17

La inundación del Misisipí trastorna el granero de los Estados Unidos

UNA de las mayores inundaciones de la historia estadounidense ha azotado al río Misisipí y sus tributarios.

No es raro que en la primavera el Misisipí alcance niveles de inundación. Su sistema de tributarios desagua las vastas y bien regadas planicies fértiles que se extienden desde las montañas Rocosas hasta la cordillera de los Apalaches. Sin embargo, la inundación de este año es diferente, gravemente diferente.

Ha trastornado por completo lo que se pudiera llamar ‘el granero de los Estados Unidos,’ la zona de más producción agrícola en el país. Grandes cantidades de granos, legumbres, carne y productos lecheros han fluido de esta zona por generaciones. Anteriormente se había predicho que 1973 sería el año de la mayor cosecha en su historia.

Pero no ahora. ¿Cómo sucedió? ¿Qué significa esto exactamente para usted?

La causa de la inundación

Un peculiar patrón de tiempo hizo que el río creciera a un nivel que estableció marca. Comenzando en octubre pasado, cayó una superabundante lluvia sobre el sur y los estados centrales del norte de los Estados Unidos.

En marzo tan solo el estado de Misisipí registró un aumento del 218 por ciento de precipitación sobre el mismo mes del año anterior. Memphis, Tennessee, tuvo lluvias en 65 de los primeros 106 días del año.

El río Misisipí lentamente subió alcanzando niveles que establecieron marcas en varios lugares. En abril superó una marca de doscientos años en Saint Louis cuando se elevó a más de 13 metros.

Pero no fue solamente el tamaño lo que hizo diferente a la inundación de este año. Un portavoz del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos dijo: “La inundación de este año nos ha dado un largo y sostenido período de aguas altas en vez de un rápido punto máximo y una bajada.” El daño durante este largo período de inundación ha sido muy extenso.

En lugar tras lugar a lo largo del río y sus tributarios, los hogares y los edificios agrícolas fueron totalmente cubiertos por las aguas de la inundación. Los reparos de tierra para contener las aguas y los diques fueron arrastrados. Ciudades enteras —como Cairo, Illinois— parecían como islas separadas por un mar de ondulantes aguas barrosas. Es fácil de entender que un veterano de muchas furias del Misisipí llamara a la inundación de 1973 “la abuelita de todas.”

Para junio, se calculaba que el daño a la propiedad era de por lo menos 500 millones de dólares. Murieron más de 20 personas, y unas 35.000 tuvieron que abandonar sus hogares. Las cifras en cuanto a cuánta tierra estuvo verdaderamente inundada, varían entre 4 y más de 8 millones de hectáreas.

Lo que es sorprendente es que las enormes cantidades de agua no hayan ocasionado más daños del que hicieron. ¿A qué se debió esto?

Por qué el daño no fue mayor

El sistema de control de inundación del Misisipí construido por la Comisión del río Misisipí del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos funcionó bien, evidentemente sin una sola rotura. En mayo, un portavoz de la Comisión calculó que los daños sin el proyecto hubieran sido catorce veces más grandes.

Este sistema de control de inundaciones de 3.200 kilómetros de largo se comenzó a lo largo del Misisipí después de la inundación que estableció marca en 1927, en la cual perecieron más de 300 personas. Su construcción ha costado más de 625.000 dólares por kilómetro. Cuando el río Misisipí rebalsa sus orillas normales este sistema mantiene al río dentro de un canal hecho por el hombre.

Sin embargo parece que el buen éxito de la red de control de inundaciones fue responsable por lo menos de parte de la inundación de 1973, aunque en otras zonas. El Misisipí llegó a estar tan lleno de agua que ya no podía entrar más en él. Como consecuencia, el agua retrocedió a lo largo de los tributarios. Los reparos para contener agua estatales, de los condados y los particulares, incapaces de aguantar la sobrecarga, se rompieron e inundaron la tierra adyacente.

Por supuesto, el sistema federal de reparos para contener agua no hubiera funcionado sin gente trabajadora que cuidara de él. Estos, también, ayudaron a disminuir los daños. Los boquetes en el sistema, por ejemplo, tenían que ser taponados con medidas de emergencia. Cerca del pequeño pueblo de Nairn, Luisiana, cuadrillas de trabajo reforzaron un debilitado reparo para contener agua arrojando más de 300 automóviles de chatarra y miles de toneladas de roca en él.

Los voluntarios a todo lo largo del río y sus tributarios también respondieron a innumerables pedidos para llenar millones de bolsas con arena para contener el agua temporariamente con diques. Otros voluntarios, jóvenes y viejos, trabajaron largas horas, frecuentemente sin alimento o sin dormir, junto a la Guardia Nacional y a los soldados de Marina en operaciones de rescate o tratando de salvar de las aguas a hogares o edificios prominentes.

Se salvaron también muchas vidas debido a lo ordenado de las evacuaciones de la gente de las zonas en peligro. Además de cuidar de sus propias familias, los ancianos en las congregaciones de los testigos de Jehová se ocuparon de que los compañeros Testigos estuvieran a salvo.

Así es que, en Morgan City, Luisiana, se supo que las compuertas de una esclusa cercana quizás serían abiertas para atenuar la presión sobre una represa débil, inundando el valle donde vivían. El superintendente presidente relata la acción que tomaron los ancianos:

“Unas dos semanas antes que las compuertas fueran abiertas, los ancianos, previendo esta posibilidad, se reunieron con sus auxiliares y otros hermanos preocupados para discutir los planes de evacuación e hicieron asignaciones de transporte para casi una tercera parte de la congregación que no tenía automóviles. Cada conductor de estudio del vecindario y su auxiliar debería ayudar a evacuar a los de su propio grupo.”

En la mañana del martes 17 de abril, se abrieron las compuertas de la esclusa. Las lluvias también habían comenzado otra vez el día anterior. Velozmente la inundación cubrió toda Morgan City. La congregación siguió adelante con la celebración de la Cena del Señor después de las 6 de la tarde. Pero de ahí en adelante, llevaron a cabo sus planes de evacuación.

La mayoría de los Testigos fueron albergados en los hogares de los miembros de la cercana congregación de Lafayette. Las congregaciones de Baton Rouge enviaron ayuda financiera a Lafayette para ayudar con los gastos.

Entre los daños más devastadores de la inundación estuvieron los trastornos a las tierras de labranza. Estos daños tendrán consecuencias de largo alcance.

Los efectos de largo alcance

Tan grave es la situación que el Press-Scimitar de Memphis (Tennessee) dijo: “Los funcionarios de agricultura . . . advierten de las posibilidades de hambre debido a las cosechas.”

Las lluvias y las inundaciones le asestaron un golpe doble a los agricultores. Las lluvias del otoño pasado no permitieron que se completaran las cosechas. Ahora, este año, los agricultores han estado demasiado ocupados combatiendo las aguas para plantar cultivos.

Exactamente, ¿qué rendimiento obtendrá el agricultor este año? Por supuesto, la cantidad exacta queda por verse. Sin embargo, considere:

El maíz debe ser plantado durante mayo. Pero los campos todavía estaban bajo muchos centímetros de agua para mediados del mes. Se había plantado solo uno por ciento del maíz de Misuri para principios de mayo. Un observador dijo: “Es algo espantoso el viajar a través de campo tras campo de las más ricas tierras bajas de los Estados Unidos y no ver asomar más que los tocones del año pasado fuera del agua o de la tierra empapada.”

Cada día que se atrasa el plantar se reduce grandemente la cantidad del rendimiento. Además, debido a la demora, muchos agricultores recurren al maíz de crecimiento rápido de ‘temporada corta,’ que por lo general rinde menos por hectárea que la variedad de temporada completa.

También sufrirán otros cultivos. El cultivo de arroz en Arkansas, el principal estado arrocero, sin duda se verá agudamente reducido. Menguará la producción de la caña de azúcar.

También han sido afectadas muchas hectáreas de algodón. La mayoría de la gente solo piensa del algodón como un cultivo para la ropa, pero, de cada 680 kilos de algodón cosechado, aproximadamente 450 kilos se usan como alimento para uso humano o para forraje. De los 450 kilos de semilla proviene el aceite de algodón, la harina o torta de semilla de algodón o la cáscara de la semilla de algodón. Señaló el Democrat de Arkansas: “La lluvia quizás derroque al Rey del Algodón. Los funcionarios federales predicen que nuevas lluvias en el inundado valle del Misisipí pudieran significar el fin para las cosechas de algodón en las inundadas granjas de Misisipí y Luisiana.”

Muchos agricultores planean reemplazar sus cultivos corrientes con soja. Esta se puede plantar más tarde en la temporada y consigue precios altos. Sin embargo, el presidente de la Asociación Norteamericana de la Soja advierte que el plantar con exceso pudiera resultar en una brusca baja de precio en el mercado de la soja, en cuyo caso los agricultores obtendrían ingresos reducidos.

Al mismo tiempo la Asociación Nacional Norteamericana de Ganaderos calcula que 250.000 cabezas de ganado maduro han sido muertas por la inundación del Misisipí o por borrascas de nieve fuera de temporada en otras zonas de los Estados Unidos. La producción de cerdos también ha bajado debido a los campos barrosos.

Para complicar aún más las cosas, el embravecido Misisipí ha impedido que los embarques de fertilizantes lleguen a los agricultores. La escasez de fertilizante, dice el agrónomo de Misuri P. G. Stryker, está “frustrando a los ya frustrados granjeros.”

Además está la escasez de gasolina. Los abastecedores de petróleo dicen que quizás haya una súbita demanda en las reservas de petróleo existentes en las zonas de las granjas a medida que la inundación comience a secarse, produciendo lo que un funcionario agrícola llama un “verdadero crujido.”

Todos estos problemas, producidos o agravados por la inundación del Misisipí, han dado como resultado menores ingresos para los agricultores. Muchos pequeños granjeros que han estado luchando para pasarla con operaciones de poco margen quizás sean eliminados.

Dice el escritor agrícola Keith L. Wilkey en el Herald-Whig de Quincy, Illinois:

“Pocas veces, si es que alguna vez, en la historia de la agricultura de los EE. UU. han ido los agricultores al campo en la primavera confrontados con tantos imponderables . . . Fuerzas cataclísmicas cayeron sobre el agricultor desde todos los lados en la misma hora en que se vio una de las más húmedas primaveras de la historia . . . Siempre hay varios ‘si’ en la agricultura. Pero pocos agricultores pueden recordar cuándo hubo tantos como este año y seguramente ninguno puede decir que recuerda que los asuntos hayan sido tan graves.”—1 de mayo de 1973.

Y ciertamente, si el agricultor es afectado, lo será usted el consumidor. Menos abastecimientos significan precios de alimentos aun más altos para fines de año. La escasez de cereales significará precios más elevados para los productos de panadería. Pero también resultará en precios más altos para la carne y otro ganado alimentado con cereales. Las otras pérdidas que sufran los agricultores se reflejarán en la cuenta de alimentos de usted.

Así es que la inundación del Misisipí ha hecho más que trastornar temporariamente las vidas de la gente en la zona más productora de alimentos de los Estados Unidos. Ha contribuido al creciente espectro de la escasez de alimentos y precios más altos al que se enfrenta la gente por todas partes del mundo.

[Ilustración de la página 15]

A todo lo largo del Misisipí, obreros voluntarios llenaron sacos de arena para salvaguardar de las aguas de inundación hogares y otros edificios importantes

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