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  • Problemas que afrontan los que aún asisten a la iglesia
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¡Despertad! 1973
g73 22/12 págs. 3-7

Problemas que afrontan los que aún asisten a la iglesia

“CRISIS DE LA IGLESIA Y CRISIS DE LA CIVILIZACIÓN.” Bajo esos titulares el cardenal francés Daniélou escribió para el diario parisién Le Monde: “El problema verdadero es que dentro de la Iglesia [Católica] hay una especie de colapso interno, una crisis sacramental, una crisis de vida íntima, una crisis de vocación sacerdotal. Y detrás de todo esto . . . hay una crisis de fe. . . . Estas crisis son verdaderas y son graves.”

Esta confesión de un prelado católico fue acompañada por cartas que católicos afligidos habían enviado a Le Monde. Estas indican que católicos sinceros, vivamente conscientes de la “crisis de fe,” están sufriendo porque gradualmente se están dando cuenta de que la crisis ha sido acarreada en gran medida por líderes eclesiásticos sin fe.

Los sacerdotes se avergüenzan de hablar acerca de Dios

Una señora escribió: “En ninguna iglesia puede uno oír a un sacerdote que se atreva a hablar de pureza, sacrificio, respeto a sí mismo y a otros, o de virtud (una palabra del siglo diecinueve que hace surgir una gran carcajada entre sacerdotes que se visten en jerseys de color celeste y monjas en faldas cortas). El clero trata de ‘ganar el favor del mundo,’ pero raramente habla acerca de Dios.”—Le Monde, 28 de agosto de 1971.

Un año después, un estudiante de veintidós años de edad se quejó acerca de los sermones que había oído durante sus vacaciones. Escribió: “Como muchos franceses, acabo de pasar un mes viajando por Francia, y como sucede con muchos católicos, eso significó asistir a la misa dominical y escuchar sermones en cinco diferentes iglesias parroquiales.” El primer sermón, explicó, fue acerca de la consolidación rural. El segundo trató de: “La mente durante las vacaciones.” El tercer sacerdote le pidió a los feligreses que hablaran en su lugar. ¡El cuarto relató acerca de una película cómica que había visto, y el quinto habló de la incompatibilidad del capitalismo y la hermandad!

Este joven católico añadió: “Los sacerdotes hablan menos y menos acerca de las cosas que queremos oír. Cuando escucho un sermón, espero que me avive la fe, o lo que queda de ella. Espero que el sacerdote hable acerca de Dios, y que explique Revelación. No me importa un pito lo que el reverendo padre X piensa acerca del cambio de gobierno. . . .

“En pocas palabras, hay un problema doble. Con respecto a los fieles, absolutamente no hay ninguna duda de que las iglesias se están quedando vacías. Cualquier turista confirmará ese hecho. Con respecto a los sacerdotes, se dice que están pasando por crisis vocacionales, y hay un gran aumento de ‘desertores.’ . . . El verdadero problema es que muchos sacerdotes sin rumbo ya no creen mucho en lo que están haciendo. . . .

“Estas pocas líneas no se proponen ofender a nadie. Su único propósito es pedir a los sacerdotes, a quienes les atañe, que de nuevo hablen de Dios, del amor o del pecado. ¡Si no tienen nada que decir acerca de esos asuntos, que guarden silencio!”—Le Monde, 6 al 7 de agosto de 1972.

Otro estudiante, de veinticuatro años de edad, que vive en el sudoeste de Francia, escribió: “Cuando estamos en la iglesia, nos gustaría oír acerca de Dios y el Evangelio, no un comentario sobre un reciente programa de televisión o sobre el costo de la vida. . . . El descontento que siento, por no decir la cólera . . . me está incitando a desertar lo que persisto en llamar la ‘casa de Dios.’” Un médico en Mulhouse, Alsacia, escribió: “En el servicio de casamiento de mi hijo, el sacerdote dio un sermón sobre la guerra en Biafra y sobre los accidentes de tránsito.”—Le Monde, 23 de agosto de 1972.

Así es que, evidentemente uno de los problemas que confrontan a los que aún concurren a la iglesia es hallar a un sacerdote que aún ‘crea en lo que está haciendo’ y que esté dispuesto a hablar acerca de “amor o pecado,” “Dios y el Evangelio.”

Problemas doctrinales

Pero, ¿quieren decir lo mismo los obispos y sacerdotes católicos cuando hablan, si es que lo hacen, acerca de “pecado,” “Dios” y “el Evangelio”? Por ejemplo, cuando los obispos holandeses Johannes Bluyssen y Hubert Ernst hablan acerca de esos temas importantes, ¿está su concepto en armonía con otros obispos, o aun con la central mundial católica en Roma?

Evidentemente no, porque el 13 de octubre de 1972 el Vaticano públicamente ordenó retirar un catecismo publicado bajo la autoridad de estos obispos para el uso en sus diócesis (Brabante, Países Bajos). Se halló que este libro, que se suponía enseñaba los rudimentos del cristianismo, era “herético” en su enseñanza de los siguientes seis puntos: “Los Evangelios no son históricos; Cristo nunca afirmó ser Dios; el dogma de la Trinidad no se enseñó sino hasta después de Cristo; la resurrección es una leyenda; ninguna iglesia puede alegar ser la única iglesia de Cristo; el cuerpo de Cristo, presente en el pan de la Eucaristía, meramente es un símbolo de la comunidad de la iglesia.”—Le Figaro, 14 al 15 de octubre de 1972.

En realidad, tanto los obispos modernistas de los Países Bajos como los tradicionalistas del Vaticano están equivocados. Los modernistas están equivocados al declarar que “los Evangelios no son históricos.” (Por ejemplo, vea Lucas 2:1, 2; 3:1, 2.) Pero el Vaticano también está equivocado al clasificar como “heréticas” las declaraciones de que “Cristo nunca afirmó ser Dios” (vea Juan 10:36; 5:19; 14:28) y que “el dogma de la Trinidad no se enseñó sino hasta después de Cristo.”a Los modernistas están crasamente equivocados cuando afirman que “la resurrección es una leyenda” (vea 1 Corintios 15:3-8) y que “ninguna iglesia puede alegar ser la única iglesia de Cristo,” pues Cristo tiene solamente una congregación verdadera, y debe ser una “columna y fundamento de la verdad.” (1 Tim. 3:15, Versión Nácar-Colunga, católica) Y tanto los modernistas como los tradicionalistas yerran con relación a la declaración de que “el cuerpo de Cristo, presente en el pan de la Eucaristía, meramente es un símbolo de la comunidad de la iglesia.” Por una parte, el cuerpo de Cristo no está presente en el pan, como lo afirman los tradicionalistas, y, por otra parte, aunque se puede decir que el pan “meramente es un símbolo,” no simboliza la “comunidad de la iglesia,” sino, más bien, el cuerpo carnal de Cristo ofrecido en sacrificio por sus discípulos.—Luc. 22:19.

Por lo tanto se puede ver que los católicos sinceros no están recibiendo una guía doctrinal clara de sus superintendentes espirituales, sean éstos modernistas o tradicionalistas. Comentando acerca de estas diferencias doctrinales dentro de la Iglesia Católica, la revista mensual francesa Le spectacle du monde escribió: “El Vaticano declaró que los Países Bajos no son un caso aislado en este respecto.” La confusión doctrinal es general.

La misma revista informó: “Los tradicionalistas culpan a la secularización por el derrumbe doctrinal e institucional de la Iglesia [Católica]: la Liturgia secularizada ha sido desviada de su propósito por ‘la adoración del hombre;’ la repentina introducción de la política en la Iglesia ha conducido al materialismo; la crisis doctrinal ha sido acarreada por los ‘teólogos piratas’ y los obispos débiles.”—Le spectacle du monde, diciembre de 1972.

Así es que, si el susodicho joven estudiante católico hubiera sido lo suficientemente afortunado como para hallar cinco parroquias donde los sacerdotes hubieran condescendido a predicar acerca de otros temas aparte de economía, películas cinematográficas o política, no hubiera podido estar del todo seguro de oír un mensaje coherente de semana en semana. ¿Cómo pueden los católicos sinceros tener una fe firme si sus sacerdotes y obispos les dicen cosas contradictorias? ¿Cómo se espera que sepan qué creer cuando se enfrentan con las enseñanzas en conflicto de los modernistas y los tradicionalistas, particularmente cuando frecuentemente ambos están en conflicto con lo que enseña la Biblia?

Problemas políticos y morales

En un artículo de fondo publicado en la primera página, Le Monde recientemente escribió lo siguiente: “La política ya no es una palabra prohibida para los cristianos. Por el contrario, esta palabra se ha hecho muy popular en la Iglesia [Católica] francesa. . . . Los obispos franceses acaban de estudiar la estrecha relación entre la fe y la política.”—Le Monde, 31 de octubre de 1972.

De hecho, la Asamblea Plenaria de obispos franceses de 1972, que se celebró en Lourdes, se dedicó principalmente al tema “La política, la Iglesia y la fe.” Publicó un largo informe episcopal intitulado “La manera cristiana de participar en la política,” de la cual fue principal promotor el obispo Matagrin de Grenoble. Este prelado francés es de la opinión de que “para cumplir con todos los requisitos del cristianismo, un católico tiene la obligación de tomar parte en la política.”—Le Dauphiné libéré, 23 de octubre de 1972.

¿Cuál es el resultado del envolvimiento político de los católicos patrocinado por la iglesia? Informando acerca de una reunión religiosa celebrada en París para discutir este informe episcopal, un diario católico declaró: “La reunión en el Salón Mutualité confirmó la amplia variedad de opiniones políticas que sostienen los cristianos [católicos], que van desde el ala extrema derecha hasta el ala extrema izquierda.”—La Croix, 18 de enero de 1973.

Las consecuencias de esas divisiones políticas son obvias. Como dijo un semanario francés: “De ahora en adelante, cada católico puede, con el Evangelio en la mano, construir su propio modelo de la sociedad futura. . . . Así es que, en cierto domingo en marzo de 1973, los católicos podrán arrodillarse lado a lado y recibir la comunión, y entonces ir y poner en las urnas votos radicalmente diferentes.” (L’Express, 16 al 22 de octubre de 1972) ¿Puede uno imaginarse a los apóstoles salir del “aposento alto” en Jerusalén y entonces depositar sus votos a favor de diferentes partidos políticos?

Pero el problema es aún más profundo. Los católicos con opiniones ampliamente diferentes fácilmente podrían dejar que predominaran sus sentimientos políticos, con serias repercusiones religiosas. De hecho, esta desunión ya ha aparecido, como se muestra por las siguientes citas: “La selección política crea clases que tienen dificultad en comunicarse entre sí.... Tanto así que los cristianos [católicos] se están preguntando si verdaderamente pueden participar juntos de la Eucaristía.” (La Croix, 16 de marzo de 1973) “Algunos [católicos] rehúsan celebrar la misa con los que desacuerdan en asuntos que ellos consideran fundamentales.”—Le Monde, 29 al 30 de octubre de 1972.

Por lo tanto, parece que las diferentes opiniones políticas constituyen otro problema para las personas sinceras que todavía concurren a la iglesia. ¿Qué hay acerca de la moral?

Los tradicionalistas dentro de la Iglesia Católica hablan de la necesidad de “desafiar a los ídolos del mundo moderno: el sexo, el dinero y el Estado.” Pero el clero modernista se ha adaptado a la sociedad permisiva del día actual. Bajo el título: “¿Quién aún guarda la cuaresma?... el pecado indefinido,” Robert Solé escribe: “¿Quién hace penitencia, en una iglesia cuyos miembros parecen estar progresivamente perdiendo todo sentido del pecado? . . . Hoy, los católicos están preguntando: ‘¿Qué es maldad?’, cuando por el contrario no hace mucho veían la maldad en todas partes. . . . Anteriormente, el pecado estaba bien definido y sujeto a reglas apropiadas, pero en la actualidad el pecado es algo indefinido. . . . La psicología barata ha convencido a los cristianos de que la religión, con sus antiguas prohibiciones, fue la que causó el sentimiento de culpa.”—Le Monde, 4 al 5 de marzo de 1973.

De nuevo, debido a que las iglesias no están dando una guía clara en lo que respecta a lo moral, los católicos sinceros que aún continúan asistiendo a la iglesia se enfrentan a graves problemas. ¿Deberían seguir a sus guías religiosos, muchos de los cuales han adoptado las normas de conducta de este mundo, o deberían adherirse a los principios bíblicos y prestar atención a la conciencia dada por Dios?

La responsabilidad de cada miembro de iglesia

El autor y filósofo francés católico Jean Guitton, miembro de la Academia Francesa, escribió en una ocasión: “Deberíamos estar completamente dispuestos a abandonar nuestra religión si no resulta ser la verdad.” Más recientemente declaró: “A la larga, un catolicismo ateo pudiera ser muy parecido al comunismo.”—Paris-Match, 16 de diciembre de 1972.

¿Qué opina acerca de esto? ¿Pertenece usted a una iglesia donde es difícil hallar “a un sacerdote que se atreva a hablar de pureza, sacrificio, respeto a sí mismo y a otros, o de virtud”? La acongojada católica que hizo esa queja añadió: “El clero . . . gradualmente nos está guiando a una forma atea de cristianismo.” ¿Quiere usted parar en eso?

¿Es usted parte de una iglesia donde los teólogos y los obispos están enseñando que “los Evangelios no son históricos” y que “la resurrección es una leyenda,” o donde se le dice a uno que “tiene la obligación de tomar parte en la política,” con la resultante confusión y desunión? ¿Es la suya “una iglesia cuyos miembros parecen estar progresivamente perdiendo todo sentido del pecado” porque sus líderes espirituales enseñan una moral que se basa en “la psicología barata” en vez de sobre los principios de la Biblia?

Si es así, no crea que puede pasar toda la responsabilidad a los guías de su iglesia. Cada uno de nosotros individualmente es responsable ante Dios. Como dice la Biblia: “Todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios.” (Rom. 14:10) Guitton estaba en lo correcto cuando dijo que si nuestra religión “no resulta ser la verdad,” entonces deberíamos abandonarla. La Biblia hace un llamamiento a los feligreses sinceros para que abandonen rápidamente todo el sistema mundial de religión falsa antes que sea destruido por Dios. (Lea Apocalipsis o Revelación, capítulos 17 y 18.)

La Biblia nos insta a adorar “al Padre con espíritu y con verdad.” (Juan 4:23) Esa es la clase de adoración que interesa a los testigos de Jehová. Es por esa razón que ponen mucho énfasis en el estudio de la Biblia. Se complacerán en estudiar la Biblia con usted, gratis, en su propio hogar. También se le invita a sus Salones del Reino. Allí usted oirá “acerca de Dios y el Evangelio,” sí, las buenas nuevas de vida eterna en el nuevo orden de Dios, ya muy cercano.—2 Ped. 3:13; Juan 17:3; Rev. 21:3, 4.

[Nota]

a Es interesante el hecho de que la New Catholic Encyclopedia (1967), en la página 295 del tomo 14, admite que “uno no debería hablar de Trinitarismo en el Nuevo Testamento sin serias reservas.”

[Recuadro de la página 4]

Apoyo financiero

● Las colectas de rutina y los pedidos para fondos especiales continúan rindiendo resultados. Sin embargo “Giving USA” para 1971 informa: “Las instituciones religiosas probablemente son las que más han sido dañadas por la inflación. El donar a la religión en los últimos 3 años . . . debido a la inflación representa una pérdida neta de por lo menos 2,5 por ciento.”

● ¿Están felices los feligreses acerca de donar? “Cantando refranes en contra de la iglesia, 500 italo-canadienses marcharon cinco kilómetros en el extremo norte [de Montreal] el domingo para protestar por los impuestos que algunas iglesias católicas han impuesto sobre sus feligreses,” dice el “Free Press” de Londres, Ontario, 26 de febrero de 1973.

● Las escuelas parroquiales están sintiendo el aprieto. En los Estados Unidos el número de monjas maestras ha menguado en 14.952 desde 1970. Por su decisión del 25 de junio, “el Tribunal Supremo parece haber frustrado tanto en el nivel nacional como en el estatal cualquier esperanza de importantes nuevas medidas de ayuda pública para las financieramente oprimidas escuelas . . . parroquiales,” dice el “Times” de Nueva York.

[Recuadro de la página 4]

Asociados y asistencia

● Se informa que los asistentes regulares a la iglesia en Australia han disminuido en un 30 por ciento durante los pasados 11 años. En Francia aproximadamente uno de cada cuatro va a la iglesia. En Lisboa, Portugal, solo el 15 por ciento de los católicos va a la misa dominical.

● El “Daily Telegraph,” del 16 de abril de 1973, comentó: “Un nuevo análisis del número de asociados a las iglesias en los Estados Unidos y el Canadá revela que la Iglesia Católica Romana y las principales iglesias protestantes o pierden miembros . . . o no están al paso con el aumento de la población. . . . Sin embargo, los testigos de Jehová informaron un aumento de 7,2 por ciento.”

[Recuadro de la página 5]

Cuestiones Morales

● Muchas iglesias ya no sostienen la alta norma moral de la Biblia. Por ejemplo, un artículo en “The Christian Century,” del 30 de mayo de 1973, dice: “Ha surgido una situación muy compleja, en las actitudes hacia las desviaciones sexuales . . . No es probable que se despida sumariamente a un clérigo a quien se le descubra algún grado de tendencia homosexual.”

● Algunas iglesias están muy dispuestas a estimular a los que están en el negocio del juego. Dice el “Guardian,” de Gran Bretaña: “Con la ayuda de la Iglesia Anglicana se ha formado un gremio para los empleados de los apostadores profesionales.”

● El registro de la religión incluye culpa de homicidio. En África oriental, donde más de 100.000 miembros de tribus fueron asesinados durante el año pasado, “la Iglesia Católica . . . afirma la lealtad del 60 por ciento de la población. . . . católicos mataron a católicos,” según “Newsday” del 23 de mayo de 1973.

● Tantas cosas inmorales están sucediendo en estos días que, según escribe John Cogley en “Catholic America,” “los predicadores vacilan de hablar públicamente acerca de culpa o pecado.”

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