Los problemas petroleros sacuden la economía mundial
A PRINCIPIOS de este año, se levantó el embargo árabe del petróleo contra varias naciones occidentales, y se reanudó con más normalidad el flujo de petróleo procedente de África del Norte y del Oriente Medio. Muchas personas suspiraron aliviadas. Esperaban que esto significaría el fin de las escaseces de petróleo.
Pero, aunque ese fue el fin de las reducciones de los suministros de petróleo, no fue el fin de los problemas petroleros. Hay problemas relacionados con el petróleo que quizás hasta eclipsen las escaseces anteriores. De hecho, debido a esos problemas, casi de la noche a la mañana la economía mundial ha sido sumida en la confusión.
Los problemas económicos giran en torno de lo que le ha sucedido al precio del petróleo, especialmente desde la guerra árabe-israelí en octubre de 1973. Ese precio se ha cuadruplicado en tiempos recientes. Los países productores de petróleo del Oriente Medio y África del Norte fueron los primeros que de súbito aumentaron sus precios. Entonces siguieron otros principales productores de petróleo, como Indonesia, Nigeria y Venezuela.
¿Cuáles son las consecuencias de este petróleo de precio más elevado para un mundo que ha basado su economía en el petróleo barato? ¿Son verdaderamente catastróficos los resultados para algunas naciones, según dicen muchas autoridades? Y, ¿es todo esto un complot de las compañías petroleras para ganar más dinero?
Hay mucha gente que piensa que la escasez de petróleo y los precios más altos fueron parte de una conspiración de las compañías petroleras. En una encuesta efectuada por Business Week se halló que la actitud del público norteamericano se había hecho muy escéptica. Informó que:
“El 62% cree que las compañías petroleras retuvieron los suministros para elevar los precios
“El 68% no está satisfecho con los esfuerzos de la industria para aliviar la crisis
“Ahora el 55% duda que la crisis realmente sea un problema a largo plazo.”
Una razón para el escepticismo fue que las compañías petroleras informaron enormes ganancias para 1973 y a principios de 1974, mucho mayores que en 1972. Esto sucedió en el mismísimo tiempo en que hubo crecientes escaseces, especialmente después del embargo árabe. Muchas personas se preguntaron, si las escaseces fueron tan malas como se había informado, ¿cómo se obtuvieron ganancias tan enormes?
Las compañías petroleras contestaron que sus ganancias solo parecieron tan elevadas en 1973 y a principios de 1974, a razón de porcentaje, pues las ganancias de 1972 habían sido excepcionalmente bajas. Además, afirmaron que en relación a sus inversiones sus ganancias no fueron más altas que las de muchas compañías en otros campos.
Prescindiendo de cuánta verdad había en las afirmaciones y en las contraafirmaciones, no hay duda de que en un período de escasez y de sacrificio público las compañías petroleras segaron un vasto tesoro. Sin embargo, ¿qué podía esperarse? En la mayor parte de los países, las compañías no participan en el comercio sencillamente para agradar al público. Participan en el comercio para ganar dinero, y la mayor parte de los gobiernos lo permite.
La ganancia es el motivo más importante en la mente de los que tienen negocios en esas sociedades. Como le dijo un funcionario a Leonard Silk, escritor de artículos de fondo para el Times de Nueva York:
“Cuando un estadista de negocios pronuncia discursos públicos, él tiene que hablar en términos de responsabilidad social y de ganancias máximas a largo plazo, pero la verdad . . . es que está interesado en ganancias máximas a corto plazo.”
Lo que este negociante estaba diciendo es que los funcionarios de las compañías trabajan en pro de los intereses de sus propias compañías. Quieren obtener la mayor cantidad de ganancias en la menor cantidad de tiempo. Para eso es que participan en el comercio. El editorial señaló:
“El aceptar esta sencilla realidad de la vida puede evitarle a uno mucha indignación moral y sorpresa... la sorpresa de que, después de años de recibir enormes reducciones de impuestos y cuotas de importación de petróleo para evitar supuestas escaseces domésticas de petróleo, hubiera una terrible escasez doméstica de petróleo.”
No, en esas sociedades no debería sorprender el que las compañías petroleras, y otras, hagan lo que consideran lo mejor para ellas mismas. El hecho de que millones de personas sean incomodadas y sufran es parte del sistema. El que un problema pueda ocasionar sufrimiento a tantos, y al mismo tiempo sea tan provechoso para otros es un testimonio elocuente de las injusticias del sistema.
¿Por qué las escaseces?
Sin embargo, en los Estados Unidos los productos petroleros han escaseado aun antes del embargo árabe. ¿Por qué ha sucedido esto? Después de todo, las compañías petroleras recibían un tratamiento favorecido en los impuestos, y la competencia del petróleo importado estaba limitada. ¿No deberían haber sido estos hechos incentivos para mayor producción, evitando así las escaseces?
Las compañías petroleras contestan que las regulaciones gubernamentales mantenían demasiado bajo el precio del petróleo producido en los Estados Unidos. Esto, se dice, no permitió obtener las ganancias que las compañías petroleras necesitaban para garantizar que se hicieran suficientes nuevas perforaciones de pozos para aumentar la producción. Así, con el tiempo, en el país se produjo mucho menos petróleo del que se usaba. El resto, aproximadamente una tercera parte del total requerido, prevenía de las importaciones. Sin embargo, esas importaciones también eran reguladas por el gobierno a fin de evitar competencia indebida.
Las compañías petroleras afirman que debido a estos factores no tenían garantía de poder obtener todo el petróleo crudo que necesitarían en los Estados Unidos. Así es que por años no construyeron ninguna refinería nueva para convertir el petróleo crudo en gasolina, petróleo para calefacción, y otros productos petroleros.
En cambio, muchas de las ganancias de las compañías petroleras se gastaron en el extranjero, pues pensaban que allí las ganancias de sus inversiones serían más grandes y el suministro de petróleo crudo más seguro. No habría dificultades con la demanda, pues Europa y el Japón han visto un enorme incremento en el uso de los productos petroleros en los años recientes.
Así es que, la producción doméstica y las importaciones no eran suficientes para satisfacer la demanda creciente en los Estados Unidos. Es por eso que hubo escaseces de petróleo para calefacción y gasolina aun antes del embargo árabe del petróleo. El embargo de a fines de 1973 meramente empeoró una situación dificultosa.
El levantar el embargo en 1974 alivió temporariamente las peores escaseces. Pero en realidad no resolvió el problema del abastecimiento, porque los Estados Unidos y muchos otros países usan mucho más petróleo del que producen. Y la demanda de petróleo en esos países continúa creciendo. Para el presente y el futuro inmediato hay que satisfacer la mayor parte de estas demandas crecientes por medio de importaciones del Oriente Medio y África, donde está localizado aproximadamente el 80 por ciento de las reservas petrolíferas probadas del mundo no comunista.
El Dr. Wilson M. Laird, director de exploración del Instituto Petrolero Norteamericano, dice: “No hay que ser un gran matemático para comprender que nos veremos obligados a importar enormes cantidades de petróleo hasta que podamos desarrollar más de nuestro petróleo y gas natural, o desarrollar fuentes de energías sustitutas.” Sin embargo, las fuentes sustitutas no podrán desarrollarse en el futuro cercano y costarán una vasta fortuna.
Pero mientras las demandas continúan creciendo más rápidamente de lo que lo anticipan muchos funcionarios, no hay ninguna seguridad de que el suministro crecerá con suficiente rapidez. El experto en petróleo Walter J. Levy escribe para Business Week: “Los países productores de petróleo quieren usar los recursos petrolíferos que tienen para desarrollar una futura base industrial y económica independiente de las reservas petrolíferas en disminución. Sin importar cuán abundantes sean, las reservas están limitadas.”
Por lo tanto, la Asociación Norteamericana para el Adelanto de la Ciencia, que cuenta con 130.000 miembros advierte que los problemas de la energía son ‘serios y duraderos.’
Aunque el conseguir petróleo es una preocupación principal especialmente para las naciones altamente industrializadas, hay otra preocupación. Es el precio que habrá que pagar por los productos del petróleo.
El precio del petróleo se cuadruplicó en los mercados mundiales, resultando en aumentos de precio para todos los productos derivados del petróleo. Aunque los precios pueden fluctuar, aun descender en ocasiones, no hay esperanza de que vuelvan a los precios muy bajos de los años pasados. Lo que eso significa lo describió un ingeniero explorador de petróleo quien dijo: “Ya no habrá ninguna energía barata. Uno tiene que aceptar la realidad de la situación.” Y el economista Paul A. Samuelson advirtió: “Los precios que ahora pagamos por la gasolina quizás parezcan altos, pero todavía no están ajustados en lo más mínimo al nivel mundial del precio del petróleo.” En la mayoría de los países el precio de la gasolina ya aumentó vertiginosamente desde el año pasado.
Sí, el consenso es que la edad de la energía barata ha terminado. La revista Harper’s informa:
“Los historiadores quizás consideren a 1973 como un año que divide una época de la otra. La naturaleza de los cambios en reserva para nosotros está simbolizada por el anuncio del sha de Irán de diciembre pasado de que el precio del petróleo de su país a partir de esa fecha sería de 11,87 dólares por barril . . .
“El sha acompañó su anuncio con una franca advertencia a las naciones industrializadas de que la ‘fiesta’ de energía barata y abundante había terminado. Desde ahora en adelante, el recurso del cual depende toda nuestra civilización sería escaso [y caro].”
Cambiada la economía mundial
Los precios más altos del petróleo han sacudido a las naciones hambrientas de petróleo. Muchas lo consideran un problema más grande que las escaseces. The Wall Street Journal declaró:
“El problema más grande, sin embargo, no son las escaseces sino el aumento vertiginoso de los precios del petróleo y los productos relacionados. Esos aumentos crearán una tensión para todas las naciones consumidoras... y, por supuesto, aun más para las que tienen pocos fondos.”
El costo adicional del petróleo para las naciones que lo importan verdaderamente sobrepasa todo cuanto uno pueda imaginarse. Gerald A. Pollack, un funcionario de la enorme compañía multinacional Exxon, dice, en Foreign Affairs, que para Europa, los Estados Unidos y el Japón “este año las importaciones petroleras quizás cuesten 50 mil millones de dólares más que en 1973.” Él señala que para 1985 esas naciones tendrán que pagar unos 150 mil millones de dólares más que en 1973.
Las naciones productoras de petróleo segarán de los precios aumentados vastas ganancias. Quizás tengan un excedente de los ingresos petroleros de 50 a 60 mil millones de dólares tan solo en 1974; algunos mencionan una cifra más elevada. El funcionario de Exxon, Pollack, piensa que estas naciones podrán acumular aproximadamente 500 mil millones de dólares en fondos excedentes para 1980. Añade: “Estas cantidades parecerían ser suficientes para echar a pique cualquier sistema monetario.”
Es por eso que un experto financiero llamó al aumento del precio del petróleo “el mayor desenvolvimiento económico del período posterior a la II Guerra Mundial.” Y el canciller Helmut Schmidt de la República Federal de Alemania dijo: “Prescindiendo de qué acción adopten las naciones industrializadas para eliminar los déficits de las cuentas corrientes de la balanza de pagos, el problema fundamental como tal permanecerá sin solución. Se ha puesto en movimiento un proceso a gran escala de cambios en los modelos de ingresos.”
Los precios más elevados del petróleo amenazan la mismísima existencia de las naciones más pobres. Los peritos en estadísticas de las Naciones Unidas calculan que aun las naciones pobres tendrán que pagar aproximadamente 14 mil millones de dólares más en 1974 por el petróleo que usan. Tendrán que obtener ese dinero extra del dinero que se iba a usar para otras cosas necesarias, como equipo de labranza, alimentos, abonos y bienes de consumo.
¿Tienen los líderes mundiales soluciones para los enormes problemas que surgen de la inflación de los precios, particularmente de los productos del petróleo? El canciller Schmidt dijo:
“Por supuesto, sería incorrecto creer que la explosión de los precios del petróleo ha sido la única causa de la inestabilidad. Pero el colosal aumento en los precios del petróleo ha revelado claramente la fragilidad actual de este elaborado sistema de relaciones económicas entre las naciones del mundo, desde la estructura de su balanza de pagos hasta su política de intercambio. . . .
“El petróleo ha sacudido los mismísimos cimientos del actual sistema económico del mundo. . . . el petróleo quizás haga añicos a la laboriosamente construida estructura de la economía mundial.”
En la revista Harper’s, el autor William Ophuls, comentando acerca de la incapacidad de los gobiernos para enfrentarse a estos nuevos desenvolvimientos, dijo: “El sistema político que hemos heredado de nuestros antepasados está moribundo. Hemos llegado al acto final de la tragedia.”
Se hace más y más evidente que el actual sistema de cosas que ahora domina la Tierra no puede resolver los problemas de la humanidad. Lo que se necesita es un sistema totalmente nuevo, uno que no sea desgarrado por el comercialismo codicioso y el nacionalismo divisivo. ¿Quién puede proveer tal orden nuevo? Es claro que los líderes humanos no pueden hacerlo, porque ellos han tratado y han fracasado.
Solo el Creador del hombre y de esta Tierra puede construir ese nuevo orden para la humanidad. Y la inspirada Palabra de Dios, la Santa Biblia, predice ese nuevo arreglo, llamándolo ‘nuevos cielos y una nueva tierra en los cuales morará la justicia.’ (2 Ped. 3:13) Los “nuevos cielos” significan un nuevo gobierno para toda la Tierra, que gobierna desde el Cielo bajo la dirección de Dios y en las manos de su Funcionario Autorizado, probado y confiable, Cristo Jesús. La “nueva tierra” significa una nueva sociedad humana.
Ese reino celestial de Dios dará principio a un nuevo sistema para controlar y distribuir los abundantes recursos de la Tierra. No funcionará para la ventaja de algunos y el perjuicio de otros, “porque, cuando hay juicios procedentes de [Dios] para la tierra, justicia es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprenderán.” (Isa. 26:9) Tampoco demorará mucho en venir ese nuevo orden, porque la profecía de la Biblia muestra claramente que el actual corrupto sistema de cosas que ahora dirige los asuntos terrestres está cerca de su fin.—2 Tim. 3:1-5.